El 'cicerone' de Brian Currin

Hasta hace no mucho a Paul Ríos, en Algorta, la localidad en la que nació y reside, le relacionaban con los ya desaparecidos cines Gurea, el negocio que gestionaban unos familiares. Ahora, a sus 36 años, es conocido en la escena política por ejercer de 'cicerone' de Brian Currin, el mediador sudafricano que ha asesorado a Batasuna en los últimos años.

Casado y con dos hijos de 4 y 2 años, el coordinador de Lokarri puede presumir de haber acabado la carrera de Derecho, aunque «nunca» ha ejercido. A sus 36 años, lleva metido dos décadas en movimientos sociales contra la violencia. Su compromiso surgió asistiendo a concentraciones de Gesto por la Paz o en grupos en favor del Tercer Mundo como el Comité Edilberto Vizcarra. Después, con un papel más activo, en Elkarri, la coordinadora por el diálogo y el acuerdo alumbrada por Jonan Fernández en la década de los noventa y que, en 2006, derivó en lo que ahora es Lokarri.

Esta organización se significó por respaldar la consulta popular que abanderaba el ex lehendakari Juan José Ibarretxe. Es ésa, precisamente, una de las críticas que le llegan desde las fuerzas constitucionalistas: haberse «pegado demasiado» a los postulados de la anterior Administración, del PNV. La coordinadora recibía en la legislatura pasada un 80% más de subvenciones de Lakua respecto a lo que percibe con el Gabinete socialista.

Quienes conocen a Ríos destacan de él su carácter «reposado, tranquilo y educado», aunque algunos le ven un defecto: «Es demasiado 'sapientín'. Sabe de todo». Ahora, su pasión son las nuevas tecnologías e Internet. Tiene blog y en él hace gala de otra obsesión: la transparencia. Ha publicado su sueldo y hasta llegó a confesar que le habían robado el móvil.