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En Vitoria. Vargas Llosa visita la catedral en obras, hace siete años . :: EL CORREO
Mario Vargas Llosa y el País Vasco
CULTURA

Mario Vargas Llosa y el País Vasco

IÑAKI EZKERRA

Sábado, 9 de octubre 2010, 04:37

No debe resultar nada extraño que quien ha sabido mantener en su propio país un valiente y honesto compromiso con la libertad, que le acabó complicando seriamente la vida e incluso llevándole al exilio, también supiera vibrar ante la injusticia y la ausencia de libertad que se estaban produciendo en el País Vasco, o sea, en una región de España, el país al que decidió exiliarse después de su aventura en la política peruana y de la persecución a que le sometió el truculento Fujimori. Y es que el compromiso de Mario Vargas Llosa con los demócratas de Euskadi, que no ha sido en ningún modo ocasional, sino constante e inequívoco, responde, por un lado, al orden de valores éticos de un verdadero intelectual y, a la vez, al orden de sensibilidades y afectos de un hombre que no va por la existencia y por el mundo sin enterarse de nada; que desde su juventud ha empatizado natural y profundamente con la realidad española (con el Madrid y la Barcelona culturales del tardofranquismo), y que ha sido incapaz de mirar para otro lado ante la opresión y la humillación del otro, se dieran éstas en Bilbao o en Lima.

No debe resultar extraño, no, que su nombre aparezca junto con el de Nadine Gordimer, Juan Goytisolo, Günter Grass, Bernard-Henri Lévy, Paul Preston o Gianni Vattimo como firmante de aquel 'Manifiesto de intelectuales europeos ante las Elecciones Municipales en el País Vasco' que se publicó en mayo de 2003 y en el que se decían cosas tan insólitamente contundentes como que «hoy los candidatos de los ciudadanos libres del País Vasco están condenados a muerte por los mercenarios de ETA, y condenados a la humillación por sus cómplices nacionalistas». «Aunque los partidos nacionalistas -especificaba el texto- aprovechan las garantías constitucionales de la democracia española, ciudadanos libres del País Vasco deben esconderse, disimular sus costumbres, omitir la dirección de su domicilio, pedir la protección de escoltas y temer constantemente por su vida y la de sus familiares».

No debería resultar extraño que un escritor tan reconocido como Vargas Llosa se moje de ese modo en un asunto del que podía perfectamente escabullirse, pero sí resulta extraño, en efecto, porque no es lo habitual. Como es menos habitual aún la reincidencia, y que, tres años más tarde, se pronunciara con nitidez sobre la negociación del Gobierno con ETA en un acto del movimiento cívico vasco, puntualizando que «no todas las formas de alcanzar la paz son idénticas y que, en algunos casos, la paz puede ser muy provisional y precaria y costar, luego, peores violencias de las que se trata de conjurar». En su firme compromiso civil con la libertad, como en todas sus declaraciones y reflexiones políticas, Vargas Llosa representa un caso de ejemplar equilibrio. Nunca ha sido un exaltado ni un provocador profesional, ni tampoco un bañista experto en nadar y guardar la ropa. Se ha mostrado extremadamente escrupuloso a la hora de apoyar causas y mirar la letra pequeña de éstas, pero no picajoso, ni falto de generosidad. De hecho, su compromiso con el País Vasco no se ha quedado en la cuestión terrorista, sino que le llevó a apoyar en 2007 el nacimiento de un nuevo partido político como UpyD, por la amistad y la credibilidad que le inspiraba la figura de Fernando Savater, así como a suscribir, el 23 de junio de 2008, el 'Manifiesto por la lengua común' y una cuestión cultural como la del derecho de los españoles a expresarse y estudiar en castellano, no sólo reivindicable en Euskadi, sino también en Cataluña, Galicia o la Comunidad Valenciana. Porque Vargas Llosa es, ante todo, un escritor y un humanista, un referente de cultura y civilización, razón por la cual sus viajes al País Vasco no han estado siempre ligados al problema político. Ahí está su entusiasta visita en 2003 para seguir en directo las obras de la original y sincrética catedral de Vitoria.

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