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I. LARRAZ
Domingo, 15 de agosto 2010, 04:43
La aldea de Song Zuang, en Pekín, se considera la comunidad más grande de intercambio cultural. Se calcula que hay más de 5.000 artistas censados, entre los cuales se encuentra un grupo de siete artistas, cuatro de los cuales son riojanos. Llevan algo más de dos meses integrándose en la cultura china y mezclando sus pinturas con las de sus compañeros.
No son nómadas, pero están de paso, y su tiempo allí toca a su fin. Fruto de la experiencia acaban de presentar la exposición 'Trashumantes', como muestra de su propia vivencia en el país asiático. «Trashumancia implica un camino de vuelta entre el origen y el destino, una constante interacción entre el punto inicial y el de acogida», explican los curadores de la muestra.
«Lo que buscaban hacer es reflejar la trashumancia de la época antigua trasladada al arte, una semejanza con cómo los artistas tienen que moverse de un lado a otro en el presente», explica Judith Arteaga, curadora de la exposición y responsable de la residencia internacional de artistas que la Galería Arteaga posee en China. Con las treinta obras que han presentado, sólo una parte de todas las creadas en este periodo, los artistas pretenden ejemplificar la visión y los sentimientos de los viajeros en tránsito por la capital china Beijing.
Diferentes puntos de vista, diferentes sentimientos, a veces en conflicto, a veces en armonía, es lo que transmite esta experiencia colectiva que se viene repitiendo en este centro experiencial para artistas, aunque es la primera vez que en él coinciden siete al mismo tiempo. «La idea es que fluyan las ideas, que las experiencias adquiridas se vayan heredando conforme entran y salen artistas», cuenta Arteaga. El centro está ideado para acoger de dos en dos artistas, sin embargo, de este experimento «se ha creado una especie de diálogo interno de cada uno y externo, en el intercambio entre todos ellos».
A su regreso a La Rioja, la galerista ha planteado una exposición con algunas de las obras que han trabajado allí para «dejar constancia de su paso por Beijing y lo que traen de nuevo aquí». Además, otra de las obras trabajadas es un documental que ha ido filmando el proceso artístico al tiempo que crea otras nuevas historias.
'Lo que han visto en nosotros'
¿Cómo es el estilo de cada uno? «Lo que los chinos han visto en los artistas y nos han comentado es lo siguiente», contesta Judith Arteaga. Diego Sáinz es la explosión sobre el lienzo, una carga de pintura y otra temática. Abel Robino, de origen argentino, representa lo opuesto; el detalle, cuidado, dibujo, la línea... El logroñés Julio Sarramián realiza obras con mucha carga de material, paisajes inventados por yuxtaposición, «son paisajes que crea en su mente a partir de otros que va viendo en su vida, en cualquier lugar».
Por su parte, Mercedes González de Garay aplica una crítica social a imágenes populares, elementos de la vida cotidiana en China que a ella le sugieren una contradicción. Por último, la francesa Tamara Hauvuy «es la que más evolución ha sufrido. Antes hacía fotografías muy cuidadas, de estudio, pero con el problema del idioma ha dado un giro para demostrar que se pueden entender de otra forma, y ha dejado una silla y una cámara para registrar las reacciones».
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