Ingenieros de videojuegos

Las profesiones que más se demandarán en 2020 hoy aún no existen. El avance de las nuevas tecnologías obliga al mercado laboral a abrir caminos insospechados a una velocidad vertiginosa. Por eso, la Cámara de Comercio de Bilbao ha apostado por adelantarse al futuro asociándose con la estadounidense Digipen, universidad de ingeniería informática especializada en el desarrollo y programación de videojuegos, que ha elegido la capital vizcaína para instalar su primer centro europeo.

«Un estudio encargado en 2008 a una consultora belga colocaba a la industria creativa como uno de los sectores que mayor actividad podría tener en Euskadi, sobre todo en el ámbito de los videojuegos», explica Juan Luis Laskurain, ex director general de la Cámara de Comercio, hoy director general del Digipen Europe-Bilbao. Los datos también muestran que en Europa el nivel de consumo de estos productos es mayor que el de producción. Escasea, además, el personal técnico capacitado, lo que está impidiendo el crecimiento del sector .

Ilaskiñe Echeandía (22 años) y Eder Beldad (20 años) podrían ser algunos de los profesionales que en un futuro nutran esa todavía incipiente industria del entretenimiento. Ellos son dos de los 16 alumnos que formarán la primera promoción de estudiantes del Digipen Institute of Technology Europe-Bilbao. Ambos han optado por el Grado de Simulación Interactiva en Tiempo Real, una carrera que exige un alto nivel de matemáticas y que les aportará unos conocimientos técnicos con aplicación en ámbitos como el de la medicina o la aeronáutica, además de, por supuesto, en el de los videojuegos.

El otro grado ofertado por la institución es el de Bellas Artes en Producción de Animación, para el que se requieren unas elevadas destrezas artísticas. Entre ambas carreras, el Digipen de Bilbao capacitará a sus alumnos para desarrollar proyectos completos, desde la creación de la historia y el diseño de los personajes hasta la composición de la música y, evidentemente, la programación del juego. La titulación obtenida será equivalente a la de una carrera universitaria estadounidense, aunque no cuenta con la homologación europea.

Eder, que ya ha estudiado un grado superior de informática, cree que «estos estudios ofrecen lo máximo a lo que un programador puede aspirar». Pero, ¿qué es lo que hace exactamente un programador? Ilaskiñe ha tenido que explicárselo unas cuantas veces a sus amigas, que la tachan de «loca» por elegir esta carrera: «Cuando jugamos a Mario Bros, por ejemplo, ellas ven que apretando un botón Mario salta. Entonces les explico que lo que quiero aprender es a hacer que Mario salte precisamente en el momento en que alguien aprieta ese botón».

La Cámara de Comercio no oculta que con esta iniciativa pionera pone en marcha, además del servicio educativo, una ambiciosa estrategia empresarial que pretende convertir Bilbao en motor económico del sector a nivel europeo, atrayendo a las empresas más punteras y fomentando la creación de otras nuevas. «El ejemplo más claro está en Sillicon Valley, donde hoy se concentra la industria tecnológica más importante; Google y Apple son sólo un ejemplo. Pero antes de que aparecieran todas esas empresas, sólo estaba la Universidad de Berkeley. Todo nace ahí», afirma Laskurain.

Cada uno de los cuatro cursos que componen los grados cuesta 13.500 euros y las clases se imparten íntegramente en inglés. Este año, además, los 16 alumnos matriculados tendrán la oportunidad de realizar el primer curso en Redmond (Washington), ciudad en la que Digipen tiene su sede, junto a empresas como Nintendo, Microsoft o Pixar. Quién sabe si alguno de ellos está llamado a ser el sucesor de Bill Gates.