La ría recupera a los bañistas
Los bilbaínos redescubren las aguas del Nervión para sofocar el calor estival
JORGE BARBÓ
Viernes, 2 de julio 2010, 10:04
Los tiempos en que los bilbaínos veían la ría como una cloaca parecen haber quedado atrás. Ahora, sus aguas incluso invitan a darse un txonbo para aplacar el sofocante calor de los días de verano. Durante las últimas jornadas, los termómetros de la villa han llegado a alcanzar los 30 grados y las cuadrillas de jóvenes no han dudado en zambullirse en el Ibaizabal a su paso por la villa. Los socios del Club de Remo de Deusto ya son viejos conocidos de la ría. «Cuando hace calor y terminamos los entrenamientos siempre nos damos un baño», relata Aitor Mojas, su director. «Cuando la temporada toca a su fin y llega la pleamar, los chavales se dan un chapuzón», admite.
«Nos hemos bañado toda la vida sin ningún problema», sostiene tajante. «Llevo haciéndolo desde el 81 y nunca me ha pasado nada, ni siquiera he cogido hongos como en las piscinas», recuerda el director de la sociedad deportiva. «Siempre se han organizado carreras aquí», recuerda el preparador. «Los bañistas le dan más vida a la ría», sostiene.
Mejor si es con chaleco
A los pies de la grúa Carola, delante del Museo Marítimo, la empresa Bilbobentura alquila canoas y pedalos a los más aventureros. Estos días, cuando el calor aprieta hasta el sofoco, muchos de sus clientes aprovechan el paseo para refrescarse y lanzarse al agua. «Animamos a los clientes para que se tiren. Al principio, muchos muestran reparos y les da miedo, pero en cuento llevan media hora en las canoas no pueden resistirse», relata Txomin Aranbarri, responsable de la empresa. «Esta mañana -por ayer- se han animado más de 20 personas», calculaba.
Para que la invitación al chapuzón no se convierta en una experiencia desagradable, los responsables se afanan en tomar todas las precauciones para velar por la seguridad de los nadadores. «Les obligamos a bañarse con el chaleco y les aconsejamos por dónde deben hacerlo, porque hay zonas donde cubre más de 9 metros», subrayan.
Aunque a muchos vecinos la sola idea de meter el pie en la ría les provoque un rechazo automático, el empresario insiste en que a la altura del Euskalduna las aguas del Ibaizabal son «cristalinas, sobre todo cuando tenemos marea alta. Si llenas una garrafa, verás que es completamente transparente. Pero cuando terminan -reconoce-, les obligamos a tomar una ducha».
«Me daba un poco de asco al principio, pero al meterme he visto que que estaba más limpia de lo que esperaba», relata Ane, todavía empapada tras emerger del agua. Ante la afluencia de bañistas que la empresa espera recibir a lo largo de la temporada, Bilbobentura planea abrir unas duchas en sus instalaciones.
Sin multas
Bañistas y empresarios parecen no albergar ninguna duda sobre la calidad de las aguas. Pero, ¿es realmente seguro zambullirse en la ría? Portavoces del departamento de Sanidad del Gobierno vasco sostienen que el cauce «no es un entorno apto para el baño». Y explican: «No hay infraestructuras suficientes para garantizar la seguridad de los bañistas, ni se cuenta con socorristas. La zona no está declarada como punto de baño. Por eso no se realizan mediciones que garanticen la calidad y el estado del agua», resuelven. Por su parte, los representantes del Consorcio de Aguas coinciden en que el cauce no es el entorno óptimo para darse un chapuzón, pero apuntan que el agua «reúne las condiciones sanitarias necesarias para el baño».
Los nadadores que se aventuren en la ría pueden estar tranquilos. Tampoco se llevarán a casa en el bolsillo del bañador una multa de la Policía Municipal como recuerdo. «Los agentes no pueden sancionar a los ciudadanos por bañarse en la ría, no hay una ordenanza que lo regule», confirman portavoces del Consistorio bilbaíno.
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