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EVA MOLANO
Domingo, 20 de junio 2010, 04:55
La antigua fábrica de Harino Panadera de Las Arenas, un peculiar edificio industrial construido en 1933 en hormigón armado -un material vanguardista en aquella época- se convertirá en un inmueble que albergará 21 viviendas de diseño. El Consistorio ya ha otorgado la licencia a la promotora interesada en recuperar este bloque para usos residenciales y las obras comenzarán en septiembre. Los apartamentos estarán terminados 18 meses después. Para entonces, la fachada del edificio también se habrá renovado tras la modernización de sus materiales constructivos.
Ubicada en el cruce de las calles Arellano y Máximo Aguirre, la antigua factoría cuenta con 2.000 metros cuadrados de superficie. Su carácter protegido obliga a preservar su fachada original, en la que predominan materiales como el ladrillo rojo caravista, muy utilizado en la actualidad en la construcción de pisos residenciales.
Según destacaron los especialistas del Ejecutivo en 2007, cuando incluyeron el edificio en el inventario de Patrimonio Cultural Vasco, «la fachada a la calle Máximo Aguirre tiene una presencia visual muy destacada. Consta de un paño de ladrillo como base de la composición». Otra de sus particularidades, además de su cubierta plana, son las dos puertas principales, delimitadas por una portada plana de piedra caliza.
El futuro edificio residencial mantendrá la estética racionalista. De hecho, los pisos compartirán un amplio recibidor de entrada, de modernas líneas, que contará con luz natural, gracias a una bóveda de cristal que se habilitará en el techo del pasillo central.
El edificio, compuesto por semisótano, primera planta y ático, albergará viviendas de una, dos, tres habitaciones y dúplex. Se venderán a partir de los 350.000 euros, con la cocina totalmente equipada. En total, tendrán entre 52 y 142 metros cuadrados y dispondrán de jardines privados, garaje y trastero, según explicaron fuentes de Gestión Getxo XXI, la inmobiliaria encargada de su comercialización.
Variaciones arquitectónicas
El inmueble original fue objeto de diversas modificaciones arquitectónicas en 1986, y pasó a ser un edificio de oficinas. Allí establecieron su sede algunas ingenierías y también la empresa Tabacalera en Vizcaya, pocos años después de que la panificadora optara por la clausura de la fábrica getxotarra.
Aun así, la Harino Panadera bilbaína, ubicada en el barrio de Irala y construida en 1902, siguió funcionando hasta mediados de los noventa. También fue declarada monumento en 2005 y, tras años de abandono, se convirtió en 2009 en la sede de la concejalía de Salud y Consumo de Bilbao.
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