Procesiones a buen paso

La procesión del Borriquito, una de las citas más emblemáticas y multitudinarias de la Semana Santa bilbaína, volvió a confirmar ayer su tirón popular. Con el sol como invitado de excepción, los 900 cofrades y los dos pasos participantes reunieron a miles de espectadores en su recorrido por las principales calles de la villa. Un año más, los pequeños volvieron a ser los auténticos protagonistas de la mañana al preceder a la comitiva y aclamarla en los Jardines de Albia. Como manda la tradición, las palmas fueron otro de los grandes símbolos del recorrido más significativo del Domingo de Ramos.

Organizada por la Cofradía de la Pasión, y con la participación de las otras ocho hermandades bilbaínas, la procesión estuvo presidida por el paso del Borriquito, que rememora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. A su lado, la imagen de Nuestra Señora de Ramos acompañó el desfile mostrando que, pese a su 'juventud', ya tiene un nutrido grupo de admiradores. «La imagen fue bendecida hace cuatro años y ya ha calado profundamente en el corazón de la gente por su extraordinaria belleza», explicó Javier Diago, vicesecretario de la Hermandad de Cofradías Penitenciales.

En una mañana marcada por el buen tiempo y la masiva presencia de niños, la procesión salió de la parroquia de San Vicente a mediodía para recorrer el 'corazón' de la villa antes de volver al punto de partida y vivir su momento álgido en los Jardines de Albia. Las filas de cofrades, que empuñaron las habituales palmas, desfilaron acompañadas por las marchas procesionales de cornetas y tambores de todas las hermandades. Junto a ellos, un buen número de chavales compusieron un animado cortejo que precedió a los pasos en su caminar, anunciando su llegada. No faltaron tampoco las caras de asombro entre los más jóvenes en el desfile de las imágenes, otra de las señas de identidad de un desfile que mezcla la solemnidad de la Semana Santa con un ambiente festivo y risueño.

«Ha sido la primera gran convocatoria de la Semana Santa y no podemos estar más satisfechos», reconocía uno de los cofrades participantes. «Incluso a la vuelta del cortejo hasta la parroquia había muchos espectadores, y eso no suele ser habitual», añadía Diago. La programación festiva sigue hoy con la procesión de El Nazareno, una de las citas con más solera entre las que recorren los barrios altos de Bilbao. Es la única comitiva que hace paradas espontáneas, cuando los fieles se acercan a cubrir la carroza de flores, besar y rezar a la imagen e, incluso, entonarle saetas. Partirá a las 20.30 horas de la parroquia de San Francisco.