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Piezas de la exposición. / Foto y vídeo: J. Luis Álvarez
Toneladas de historia
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Toneladas de historia

La Base del Goloso alberga el nuevo Museo de Medios Acorazados del Ejército de Tierra que acoge ejemplares únicos

J. LUIS ÁLVAREZ

Sábado, 5 de octubre 2013, 09:29

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Miles de toneladas del mejor acero, millones de kilómetros recorridos, cientos de gestas conseguidas. Estos son los méritos que atesoran los vehículos blindados que se exponen en el nuevo Museo de Medios Acorazados del Ejército de Tierra, ubicado en la Base Militar El Goloso, en Madrid.

Si la historia de un país puede conocerse por la historia de sus ejércitos, esta instalación lleva al visitante, a través del tiempo, a principios del siglo XX, cuando las fuerzas armadas españolas comenzaron a organizar sus efectivos en torno a los medios acorazados. Un grupo de militares, orgullosos del patrimonio que el Ejército de Tierra quisieron que este no se echara a perder y, quitando horas a su tiempo libre, consiguieron organizar la exposición, inaugurada en pasado mes de febrero en estas instalaciones del Regimiento Alcázar de Toledo, integrante de la Brigada Guadarrama XII -única brigada de Infantería acorazada española-. Mecánica, pintura y mantenimiento, porque el 50% de los carros de combate expuestos funcionan.

El recorrido comienza en 1919 cuando España adquirió su primer carro de combate el Renault FT-17, actualmente en restauración. Estos vehículos tomaron parte en la campaña del Norte de África, donde demostraron su eficacia en el apoyo al avance de las tropas y en la defensa de posiciones como integrantes de una compañía de asalto.

Los siguientes protagonistas del museo son los acorazados de la Guerra Civil. El principal es el T-26B de fabricación soviética, empleado por el bando republicano y conducidos por personal enviado desde Rusia. El Ejército nacional poco podía hacer frente a ellos, por lo que optó por su captura. Se pagaban 500 pesetas de la época a cada soldado que se hiciera con uno. Al final el bando franquista pudo organizar batallones de estos carros de combate, a los que pintaron una gran bandera con los colores rojo y amarillo para evitar que se confundieran con los de la República. En el museo están dos de estos carros, cada uno de un bando distinto.

También de la contienda civil procede el carro ligero Fiat Ansaldo y los Panzer I B y 1 A, que poco podían hacer frente a los T-26. Sin embargo, el Museo es el único centro del mundo que alberga juntos a los dos modelos de este incipiente Panzer que Hitler envió a España para experimentar y mejorar. De la Guerra Civil existe un camión 3HC utilizado por el Ejército Rojo, donado al Museo por un particular, y que se conocían popularmente Hermanos Comunistas por su fabricación soviética. Este camión de transporte de tropas después se utilizó por Eduardo Barreiros para remotorizarlo a diesel y ser utilizado en servicios civiles.

De la Guerra Civil también están presentes la ametralladora UNL35 del Ejército republicano montada en un camión blindado, que también fue posteriormente capturada por el bando franquista; y el cañón de asalto StugIII de fabricación alemana que se desplaza sobre cadenas. De la relación entre la España de Franco con la Alemania de Hitler procede el famoso Panzer 4 H, perfectamente conservado, aunque no funciona, de la serie de carros que conquistaron buena parte de Europa y el Norte de África para el gobierno de Berlín.

Llegan los americanos

De la posguerra está presente en el Museo una joya de la transformación, a la que eran sometidos los equipos para su mejora, como es la pieza de artillería autopropulsada Verdeja.

Tras la Guerra Civil, el Ejército español comenzó a recibir material de Estados Unidos, gracias a los convenios de colaboración militar. Así, a partir de los años 50 comenzaron a llegar los camiones oruga blindados M-3 A 1 cuyo ejemplar del Goloso funciona-.

De esta etapa y hasta la actualidad en el Museo se exponen carros AMX-30, M-41, M-47, M-48, M-60 procedentes de tratado de reducción de armas convencionales FACE- y el Leopardo 2. Parte de estos vehículos participan en la exhibición que se realiza durante las visitas. También hay un ejemplar de obus M-110A, cuya potencia de fuego alcanza objetivos a distancias considerables.

En los jardines de El Goloso también se emplazan vehículos blindados sobre cadena y ruedas, en una exposición estática. Entre ellos están los Panhard AML, antecesores del BMR en el transporte de tropas y reconocimiento del terreno, en servicio durante el conflicto del Sáhara español y la Marcha Verde, en los años 70. Junto a estos carros de combate y vehículos blindados existe una amplia colección de piezas de artillería y anticarro.

El Museo de Medios Acorazados cuenta también con una sala de exposiciones con una muestra de la evolución de la indumentaria, del equipo, medios de comunicaciones, manuales, telémetros y munición. Muchos de los objetos han sido donados por entidades civiles como la Asociación Trubia, las Asociación Retógenes o Soldiers. Otros han sido adquiridos por los encargados del Museo, con cargo a sus propios bolsillos, en el Rastro madrileño o certámenes de militaría.

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