Borrar
Francisco saluda a Cristina Fernández tras la misa de inicio de Pontificado. / Efe
Francisco clava la espina de las Malvinas
MUNDO BRITISH

Francisco clava la espina de las Malvinas

Reino Unido recibe con desconfianza al nuevo Papa, del que recuerda que hizo un llamamiento a recuperar "un territorio usurpado"

ÁLVARO SOTO

Miércoles, 27 de marzo 2013, 12:27

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Una ola de alegría parece recorrer el mundo entero tras la elección de Francisco. ¿El mundo entero? ¡No! Un pequeño territorio, isla para más señas, no ha recibido con tanto entusiasmo al nuevo Papa. Por motivos culturales, históricos y, claro, religiosos, los católicos y los anglicanos han sido como dos hermanos que sin llevarse mal del todo, sí que se miran con recelo. Y ahora que el hermano mayor (1.200 millones de fieles en el mundo) está muy contento consigo mismo, el hermano pequeño (apenas 80 millones) tuerce un poquito el morro.

Por el momento, los gestos del Reino Unido hacia Francisco han sido fríos. Primero, la delegación británica que acudió a la misa de inicio de Pontificado fue de un perfil muy bajo. En representación de la Casa Real británica lo hizo un primo de la Reina, Ricardo Gloucester, vigésimo en la línea de sucesión al trono y arquitecto frustrado, dado que en 1972, con la muerte de su hermano mayor, tuvo que dejar a un lado su profesión para asumir sus obligaciones familiares y reales como duque. Y por parte del Gobierno, a David Cameron ni se le pasó por la cabeza acudir a la ceremonia. Al igual que hizo su predecesor, Tony Blair, en la entronización de Benedicto XVI, el primer ministro británico también prefirió quedarse en el 10 de Downing Street.

Los periódicos tampoco recibieron a Francisco con una alfombra roja. Los más serios (The Times, The Daily Telegraph) apuntaron a que el Papa tiene una ardua tarea por delante para renovar la Iglesia católica, muy lastrada por el caso Vatileaks y por las denuncias de pederastia. Los sensacionalistas no defraudaron. Sobre todo, The Sun, que tituló en portada, directamente, La mano de Dios, recordando que el Papa comparte nacionalidad con Maradona, el jugador que les eliminó con trampas (pero también con otro golazo) del Mundial de México. Ya en el interior fue incluso más explícito, tratando de asustar a sus lectores: El Papa hace un llamamiento para recuperar las Malvinas. Ahí se recordaban unas supuestas declaraciones de Francisco en las que, al parecer, calificaba a las Malvinas como un territorio usurpado.

Ay, las Malvinas, ese eterno reclamo de Argentina y de los argentinos. Como escribía esta semana John Carlin en El País: Todos los países, como las personas, son ensimismados, pero Argentina con las Malvinas llega a extremos pocas veces vistos en la rocambolesca historia de la humanidad. Pues eso, un ensimismamiento que ayuda a explicar por qué la presidenta argentina, en el primer encuentro de un mandatario mundial con el nuevo y carismático Papa, desperdicie la oportunidad de lavar su imagen y convertirse en una presidenta seria y, sin embargo, le pida ayuda a Francisco para negociar con Reino Unido sobre las Malvinas.

Como el que espanta una molesta pero inofensiva mosca, Reino Unido ha respondido que no espera que el Papa Francisco vaya a intervenir en el contencioso entre los dos países. La Santa Sede es clara en considerar que la cuestión de las islas Falkland (el nombre que se le da a las Malvinas en el Reino Unido) es de índole bilateral entre naciones soberanas y que no tiene un papel que desempeñar. No esperamos que cambie esa posición, aseguró un portavoz del Foreign Office. El mensaje era más o menos este: Francisco, haz lo que quieras, pero deja en paz las Malvinas.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios