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Merkel. Hollande y Schultz. / Reuters
La UE pacta un restrictivo Presupuesto tras un maratón negociador
crisis financiera

La UE pacta un restrictivo Presupuesto tras un maratón negociador

España obtiene un paquete de 3.800 millones y seguirá como receptor neto de fondos en el periodo 2014-2020

IÑAKI CASTRO

Viernes, 8 de febrero 2013, 20:49

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Tras 25 horas de reuniones y sin haber podido pejar ojo, los Veintisiete han alcanzado un acuerdo sobre el Presupuesto para el periodo 2014-2020. Los países ricos, liderados por Alemania y Reino Unido, han conseguido imponer sus tesis y se ha pactado la primera reducción de las cuentas en la historia de la UE. En total, el tajo asciende a 85.000 millones si se toma como referencia el ambicioso planteamiento inicial de la Comisión y a 34.000 si se compara con el actual periodo presupuestario (2007-13). Aunque Francia, España e Italia se han resistido hasta el final, la austeridad ha vuelto a abrirse paso en Europa.

Para España, el saldo de las negociaciones no ha resultado del todo amargo. Ideado para compensar los recortes en fondos de cohesión, el cheque previsto en la fallida cumbre de noviembre se reduce, pero las arcas españolas ganan en otras partidas. De esta manera, se obtiene un paquete de 3.800 millones que ha ganado altura por la lacra del paro. El Gobierno se beneficiará de buena parte del nuevo mecanismo contra el paro juvenil que aglutinará 6.000 millones. Además, España seguirá manteniendo su condición de socio receptor neto de ayudas comunitarias por el ahorro logrado en las contribuciones a las cuentas.

El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, ha presentado una propuesta a los socios poco antes de las seis de la mañana para intentar alcanzar un compromiso. En sintonía con los contribuyentes netos, los países que como Reino Unido y Alemania aportan a las arcas europeas más de lo que reciben, el mandatario belga ha aumentado el tijeretazo con respecto a su plantemiento de la fallida cumbre de noviembre. En total, ha propuesto un ajuste extra de 14.000 millones que afectará en buena medida a proyectos transfronterizos en materia de transportes, energía y telecomunicaciones. Los gobiernos se han retirado a estudiar las cifras y, tras una nueva ronda de contactos que se ha alargado hasta las cuatro de la tarde, han dado su aprobación.

La llave para cerrar el pacto la tenían Reino Unido y Francia. Ambos han protagonizado las posiciones más antagónicas. El primer ministro británico, David Cameron, ha reclamado extender a las instituciones europeas la misma austeridad que aplican los distintos gobiernos. El líder conservador, que recientemente presentó sus planes para realizar un referéndum sobre la salida de su país de la UE, quería que se redujera el coste de los 50.000 eurofuncionarios y se actualizara el destino de los fondos. François Hollande, por su parte, se negaba a tocar el dinero asignado a la Política Agraria Común (PAC) del que tanto se beneficia su país. Además, ha insistido en que hay que poner freno a unos tijeretazos asfixiantes.

Van Rompuy ha dado con una solución para conciliar las exigencias de Cameron y Hollande. Utilizando un truco contable, ha conseguido que los dos vean las cifras que les interesan. El Presupuesto de la UE, como hacen algunos socios del bloque, ofrece dos cifras como techo de gasto. Una de ellas -los pagos- recoge el dinero que los gobiernos ponen por adelantado. La otra -los compromisos- siempre es superior y amplía la horquilla para posibles nuevas necesidades que los países estarían dispuestos a sufragar. El mandatario belga ha restringido al máximo los pagos con 908.000 millones para contentar a los británicos, mientras que ha elevado los compromisos hasta los 960.000 para satisfacer a los galos. Ha costado, pero su estrategia ha funcionado.

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