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Iluminación navideña en Oxford Street.
Londres, capital mundial de la Navidad
Un buen momento para visitar la ciudad

Londres, capital mundial de la Navidad

Los británicos se toman muy en serio el espíritu festivo: hay luces, villancicos y mercados, pero también se puede patinar sobre hielo en el foso de la Torre o inflarse a cervezas creadas para estas fechas

CARLOS BENITO

Lunes, 9 de diciembre 2013, 10:31

Londres es una buena aspirante a capital mundial de la Navidad. Los británicos se toman muy en serio el espíritu de estas fechas, como si los fantasmas aquellos de Dickens les hubiesen ido visitando casa por casa, y ahora mismo la Navidad se respira ya en cada calle, en cada plaza y, sobre todo, en cada escaparate. Periódicos y revistas publican auténticos tratados sobre la mejor receta para preparar el 'pudding', ese elemento esencial de su tripada del 25 de diciembre, y prácticamente no hay atracción turística que no enriquezca su programa con alguna ocurrencia navideña. Estas semanas previas a las vacaciones son uno de los mejores momentos del año para viajar a Londres, convertida en un entorno mágico y deslumbrante. A menos, claro, que uno sea alérgico a lo navideño, porque en ese caso la tortura puede ser mortal.

Las luces

Las luces callejeras de las arterias principales de la capital no son cualquier cosa. De hecho, hasta se monta un buen fiestón en el momento de apretar el interruptor: este año, hubo actuaciones de cantantes como Jessie J o las 'spice girls' Emma Bunton y Melanie C, pero eso, por supuesto, fue en la primera quincena de noviembre, cuando arrancó la dinámica prefestiva. Oxford Street ha estrenado este año una iluminación novedosa que ha costado 1,8 millones de euros, compuesta por 750.000 'leds' que imitan la caída de copos de nieve. La perpendicular Regent Street, como de costumbre, tiene un enfoque más comercial y enfocado a los niños, con un diseño que se basa en 'Mr. Peabody & Sherman', la peli de DreamWorks que se estrenará en febrero. Claro que la opción de vanguardia se esconde en Canary Wharf, el futurista distrito de negocios de la Isla de los Perros, con un dispositivo de alimentación eólica que va cambiando de color según la fuerza del viento.

Las pistas de hielo

Se han instalado diez, muchas de ellas en lugares emblemáticos. Está, por ejemplo, la del Museo de Historia Natural, adornada por 76.000 lucecitas parpadeantes y con complementos como un tiovivo de feria. O la de Somerset House, que por la noche se transforma en un club de baile (sobre hielo, claro) con sesiones de DJs. O, en fin, la del foso de la Torre de Londres, una manera de aprovechar la estructura que habría dejado estupefactos a los constructores de la fortaleza. De nuevo, Canary Wharf se postula como interesante excursión festiva: ya no llegan a tiempo de participar en el récord mundial de conga más larga sobre hielo, que se batió el 12 de noviembre, pero su pista aporta novedades como un "camino de hielo" para deslizarse entre los árboles.

El abeto y los villancicos

Los británicos son celosos guardianes de las tradiciones, y se ve que lo suyo es contagioso: Noruega les regala todos los años un árbol por su ayuda durante la Segunda Guerra Mundial. A mediados de noviembre, la alcaldesa mayor de Westminster se desplazó hasta Oslo para la tala del abeto -en realidad, una picea-, que después emprendió viaje por barco y está ya colocado en el sitio que le corresponde, Trafalgar Square. Las luces, en ristras verticales al estilo noruego, se encendieron este jueves. Trafalgar Square es también el centro neurálgico de los villancicos en Londres: desde ayer sábado, hay 'carols' junto al árbol todas las tardes, a partir de las cuatro los laborables y a partir de las dos los festivos. Medio centenar de grupos y coros se turnan para que no falte la música.

Los mercados

Los tradicionales mercados navideños son incontables, desde modestas iniciativas parroquiales hasta focos turísticos como las casetas del Southbank Centre. Allí, además de comprar artesanía y regalos, el visitante puede entregarse a clásicos de la Navidad británica como los 'mince pies'-pasteles rellenos de manzana y frutos secos- o el 'mulled wine' -vino caliente con especias-, además de ingerir nutritivas salchichas alemanas. Entre las incontables propuestas de la agenda, destaca el mercado 'vintage' del parque olímpico Queen Elizabeth: hay atracciones victorianas, una discoteca en una pista de autos de choque, una tentadora feria cervecera -con variedades especiales para estas fechas, como la 'Venganza de Rudolph'- y actuaciones musicales tan sugerentes como la del Coro de Hombres Gays de Londres.

El País de las Maravillas

Hyde Park se transforma estos días en la Winter Wonderland, un recinto que reúne varios de los alicientes de estas fiestas, como el árbol gigante, la pista de hielo, las barracas de feria, el mercado bávaro-(con una hoguera para calentarse que no suele venir nada mal- o la presencia de Papá Noel. También Covent Garden se viste de Navidad e incorpora atracciones curiosas, como el modelo a escala de catorce edificios de Londres construido con piezas de Lego o la Gran Carrera del Pudding Navideño, en la que varios equipos disfrazados deben superar obstáculos sin dejar caer el 'pudding' que llevan en una bandeja. Los británicos quizá sean los campeones del espíritu navideño, pero está claro que a extravagantes no les gana nadie

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