

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
MANU ALVAREZ
Lunes, 7 de octubre 2013, 18:13
El PNV acaba de girar 180 grados en su estrategia fiscal y probablemente con ello en su política económica. Hace ahora 30 años, decidió inaugurar la capacidad normativa que el Concierto Económico otorgaba a las diputaciones forales con una rebaja importante en el Impuesto de Sucesiones. Se instauró entonces el "gratis total" para las herencias entre familiares de primer grado -de padres a hijos- con el objetivo de iniciar la configuración de un territorio tributario amable. Si no un paraíso fiscal, sí al menos un oasis en el desierto. En las próximas semanas, el acuerdo alcanzado por PNV y PSE, al que puede sumarse el PP, acabará con aquella reforma que inauguró el concierto. Punto y final a una etapa liberal y victoria definitiva de la corriente más socialdemócrata del PNV, asentada en el poder de la formación jeltzale desde hace ya algunos años.
El "gratis total" de las herencias no era un regalo. Fue una operación dirigida a retener en Euskadi la residencia oficial de grandes fortunas, de ciudadanos que víctimas de la extorsión y las amenazas de ETA habían decidido exiliarse en otras zonas de España. "Mantenga su residencia oficial aquí, no cambie su empadronamiento y así, en el futuro, sus hijos podrán heredar su gran fortuna sin pagar dinero a Hacienda", era, más o menos, el reclamo de las autoridades vascas. Y la verdad es que tuvo éxito. La Diputación de Bizkaia, sin ir más lejos, tiene decenas de contribuyentes "prestados". Ciudadanos que ya no viven en este territorio, que pese a ello mantienen su empadronamiento y el de sus descendientes y pagan cuantiosas facturas cada año a la Hacienda foral vizcaína por IRPF y Patrimonio. Un colectivo que, probablemente, encontrará a partir de ahora un mejor acomodo fiscal en la Comunidad de Madrid -sin Impuesto de Patrimonio y con una exención prácticamente total en el Impuesto de Sucesiones-, que es donde realmente viven la mayoría de ellos.
En los primeros -y también en los segundos- compases de la creación de las instituciones vascas tras la aprobación del Estatuto y el Concierto, el PNV recurrió a profesionales de prestigio que ya habían triunfado en el mundo de la empresa privada. El propio Carlos Garaikoetxea, Javier García Egocheaga, Mario Fernández, Pedro Luis Uriarte, José Alberto Pradera, Juan Carlos Isasti, José Ignacio Arrieta, Alfonso Basagoiti, Joaquín Ochoa o José María Makua, por citar tan solo algunos nombres, formaban parte de ese colectivo. De ahí que no fuese extraño apreciar que muchas decisiones adoptadas entonces por la Administración vasca tenían un claro componente de gestión empresarial. El concepto de "ganar cuota de mercado" estaba presente en muchas de las iniciativas.
Solo los más viejos del lugar se acuerdan, pero las diputaciones bajaron el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales para que los habitantes de las comunidades limítrofes contratasen los servicios de los notarios afincados en Euskadi para formalizar la compra-venta de sus viviendas. Aquello no era sino una estrategia de captar mercado. Algo similar sucedería más tarde con la rebaja de los tipos del Impuesto de Sociedades, la creación de las Sociedades de Promoción de Empresas -en vías de desaparición-, las ventajas fiscales a los centros de coordinación de las multinacionales o la reducción de cinco a tres años el plazo de prescripción de los impuestos. También hay que recordar algunas medidas que entran más bien en el capítulo de errores, como es el caso de las "vacaciones fiscales" o los incentivos a la inversión, no tanto por su contenido y objetivos -que eran loables- sino por su desastrosa gestión que generó un conflicto muy serio con la Unión Europea.
Buena parte de aquellas arriesgadas medidas tributarias han desaparecido en los últimos años o están a punto de hacerlo. Y no es una cuestión táctica y coyuntural sino estratégica. La actual dirección del PNV y también quienes en su nombre han asumido responsabilidades en el área económica de las instituciones tienen una inclinación más socialdemócrata. La recaudación, la transferencia de mayores recursos desde el sector privado al público, se ha convertido en una prioridad. Aunque sea para construir campos de fútbol para las ligas profesionales y de empleados multimillonarios que gozan de un tratamiento fiscal más benévolo que el resto de los ciudadanos. Construir y mantener una Administración fuerte se ha convertido ahora en la prioridad, frente a aquella vieja estrategia de generar una base "amable" para atraer empresas, generar con ello más actividad y riqueza. Éstos, son otros tiempos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.