Los hombres que juegan con la vida
'Spiderman', 'El Hombre del Hielo', 'Marathon Man', el 'Domador de Abejas'... Sus peligrosas hazañas al filo de lo imposible han convertido a estos superhéroes en estrellas mediáticas
PEDRO SAN JUAN
Martes, 20 de agosto 2013, 02:19
Ostentan el honor de ser fenómenos de la naturaleza que no han encontrado el límite a su capacidad para resistir en las más adversas y peligrosas aventuras, sin más protección que la obsesión de ser los reyes absolutos en sus temerarias profesiones. Son personajes tocados con un halo místico, que arriesgan sus vidas afrontando hazañas casi imposibles de lograr.
Publicidad
NICK WALLENDA, FUNAMBULISTA
Atravesó las cataratas del Niágara un siglo después
En lo más alto de la lista, manteniendo el equilibrio, se encuentra Nick Wallenda. Este estadounidense de 33 años ha logrado ser el primer hombre en más de un siglo en atravesar las cataratas del Niágara caminando sobre un alambre de más de 500 metros de longitud. La última persona en hacerlo fue James Hardy, en 1896. Para Wallenda eso de andar por la cuerda floja es algo muy natural, lo tiene incrustado en lo más profundo de sus genes: el funambulista proviene de una estirpe de equilibristas que se remonta a finales del siglo XVIII.
A los seis años sus padres lo llevaron por primera vez a las cataratas, el chaval quedó fascinado y la inspiración que sintió entonces de cruzarlas sobre un delgado cable fue decisiva para cimentar su futuro como acróbata. «Lo mismo que un pintor crea arte o un músico interpreta una partitura, yo utilizo este instrumento», afirmó refiriéndose al delgado cable por el que se mueve como pez en el agua momentos antes de afrontar uno de sus retos. Wallenda siempre resume su actitud vital tirando de una frase que su abuelo le repitió hasta la saciedad: «La vida está sobre el cable y todo lo demás es simplemente una espera» Su última proeza: cruzar en junio el Gran Cañón del Colorado.
ALAIN ROBERT, EL SPIDERMAN FRANCÉS
Ha escalado un centenar de edificios en todo el mundo
Seguimos mirando hacia arriba. Con Alain Robert hay que agarrarse bien y, en la medida de lo posible, no mirar hacia abajo. Este francés de 46 años es famoso por haber coronado los rascacielos más altos del mundo sin más herramientas que sus manos y pies, lo que le ha valido el sobrenombre de Spiderman francés, aunque en su caso «no hay efectos especiales o red de protección». Rara vez pide permiso a las autoridades para realizar semejantes acciones, que suelen provocar un gran despliegue policial y mediático, con la posterior detención del escalador hasta que paga la multa correspondiente. Su obsesión es coronar el mayor número posible de estas cumbres de cristal, acero y hormigón, que parecen «injustamente» fuera de alcance. Reconoce además que «la escalada es una pasión. Es mi filosofía de vida», suele repetir.
Su afición por trepar comenzó a la temprana edad de 12 años, cuando escaló las ocho plantas del edificio donde vivía su familia porque se había olvidado las llaves en casa. Desde entonces ha hollado unos 80 edificios en todo el mundo, entre ellos algunos de los más emblemáticos, como la Torre Eiffel, el Empire State de Nueva York, el Canary Wharf de Londres o la torre Sears de Chicago.
Publicidad
Pero tales habilidades exigen mucho sacrificio y vivir al borde de la tragedia. En 1982 sufrió dos graves accidentes. En el más crítico se golpeó en la cabeza tras caer desde quince metros de altura. Los médicos llegaron a pronosticar que no podría escalar más. Hoy, la Seguridad Social francesa lo considera inválido al 66%.
HERBERT NITSCH, APNEÍSTA
Desciende a 214 metros bajo el agua a pulmón libre
Lo que lleva a cabo Alain Robert en las alturas lo hace también Herbert Nitsch, pero bajo el agua. Este vienés de 43 años posee el récord mundial de buceo libre o en apnea (sin respirar, en griego). Solo unos pocos buceadores practican esta modalidad no limit y Nitsch es el soberano absoluto. En 2007, poco después de la muerte de su más directo competidor, el francés Loic Leferme, a causa de una parada cardíaca en un entrenamiento, mejoró su propio récord de 180 metros hasta los 214 metros bajo el agua. Las condiciones en las que Nitsch se mueve a tales profundidades no han sido investigadas. Nadie sabe lo que sucede al organismo allí abajo, qué daño puede causarle la presión. «Estoy seguro de que nuestro cuerpo tiene un límite, pero todo depende de los materiales que se usen y sobre todo de las técnicas a las que recurras», expone Nitsch.
Publicidad
«Cuando se alcanzan grandes profundidades llega un momento en el que no te queda más oxígeno para subir a la lancha, así que estando ahí abajo trato de estar lo más relajado posible y olvidarme del resto del mundo», desvela este austriaco capaz de aguantar sin respirar más de nueve minutos en condiciones normales.
El hombre tuvo que recibir tratamiento en una clínica especializada en neurorrehabilitación en Murnau (Alemania), después de fallar un intento de situar el récord de buceo no limits en los 244 metros en Santorini (Grecia). Herbert regresó consciente a la superficie tras 4 minutos y 20 segundos de inmersión, pero al poco se quejó de síntomas extraños que fueron empeorando y que le obligaron a ser atendido de urgencia.
Publicidad
SHAUN ELLIS, EL HOMBRE LOBO
«He llegado a amar a los lobos como a mi familia»
Shaun Ellis, Wolfman (hombre lobo), es un biólogo británico que, tras encontrar tres lobeznos abandonados, decidió criarlos él mismo en cautividad. Fue tal su fascinación que en 2004 y 2005 vivió, durmió, se bañó y se alimentó durante 18 meses en una manada de lobos, adaptando el papel de una madre, aunque esto le supusiera «recibir dentelladas en la cara y cabezazos en los riñones, comer sopa de carne cruda con bilis y oler todo el día a pis de lobo», según describió.
Mediante la observación de los zorros y animales salvajes en la noche, aprendió a usar su sentido del olfato y el sonido para desplazarse. «Aunque muchas personas se refieran a los lobos como asesinos salvajes, he llegado a conocerlos y a amarlos como parte de mi familia», admite Ellis.
Publicidad
Con el tiempo pasó a ser el macho dominante de esta manada, enseñando a los más jóvenes a aullar y a cazar. Incluso conoció el amor lobuno. «Me cortejó una loba, que aparecía en los lugares más insólitos como una acosadora peluda. Pero no era mi tipo y no tuvimos ningún rollo entre especies, así que la relación no prosperó», bromea este hombre, ya insertado en la sociedad. «Recuperar las relaciones humanas y una vida social fue el mayor sacrificio que hice», afirma. Se hizo todavía más famoso gracias a un documental del National Geographic, en el que se le podía ver sacrificar su condición de ser humano en aras de la investigación.
WIM HOF, EL HOMBRE DE HIELO
Pretende subir al Everest en calzoncillos
Si le ha impactado lo que ha leído, el holandés Wim Hof le dejará sin respiración y tiritando. Holf, de 51 años, superó en el año 2000 todas las barreras humanas imaginables al bucear 57,5 metros bajo el hielo. A Hof le han hecho todo tipo de pruebas para estudiar su capacidad para resistir el frío y sigue siendo una incógnita. En las mismas circunstancias en que cualquier ser humano moriría al instante o sufriría graves lesiones, Hof consigue regular su temperatura interna de alguna forma que le permite, por ejemplo, permanecer hasta una hora y doce minutos en una bañera llena de hielo. Tiene en su palmarés haber escalado descalzo el Mont Blanc y actualmente pretende subir al Everest en calzoncillos, aunque en un primer intento fracasó.
Noticia Patrocinada
NORMAN GARY, DOMADOR DE ABEJAS
Su cuerpo pede soportar a miles de abejas
Si Wim Hof no siente frío, Norman Gary no tiene dolor. Más conocido como el Domador de Abejas, tiene la habilidad de mantenerse impertérrito con un enjambre de miles de abejas posado en su cuerpo, como si estuviera enfundado en un traje viviente. Si solo una de ellas lo picara, el resultado podría ser fatal. Norman hace creer al enjambre que él es su reina y así lo rodean con el fin de protegerlo. Sus habilidades fueron utilizadas en el mundo del espectáculo: ha protagonizado escenas de acción en películas, series de televisión y publicidad.
DEAN KARNAZES, MARATHON MAN
Corrió 50 pruebas en 50 días en 50 Estados
Lo de Dean Karnazes no es precisamente permanecer quieto. No se detiene ni para comer. Este estadounidense de 51 años lleva 20 años corriendo casi sin parar, sin cansarse ni deshidratarse. Es uno de los ultrafondistas más famosos del planeta y ha sido proclamado como «el hombre más en forma del mundo» por algunos medios especializados.
Publicidad
Entre sus hazañas destacan las 50 maratones completadas en 50 días en 50 estados de los Estados Unidos, atravesar la Antártida a pie sin raquetas de nieve, cubrir 560 kilómetros sin parar o correr siete veces la maratón de Badwater (217 kilómetros por el Death Valley) en condiciones extremas. Aunque lo que más le gusta es trotar por caminos de montaña. «Correr es para mí la más pura expresión de libertad total. No hay límites, metas, nada es inventado», afirmaba en una entrevista a la revista Trail en 2007.
Este estadounidense de origen griego ha llevado sus límites tan lejos como ha podido, a pesar «del dolor y el agotamiento» que sufre durante sus largos maratones. Lo ha hecho, además, aplicando sus propias normas, entre las cuales está la de no estirar nunca porque considera que no le aporta nada a la ahora de llevar sus actividades físicas. «La fuerza mental es tan importante como la física. Cuando corres eres libre, no importa si eres rico o pobre», proclama.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión