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Cifu con el músico McCoy Tyner, en una grabación de 'Jazz entre amigos'.
El club de jazz de Cifu
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El club de jazz de Cifu

Juan Claudio Cifuentes, que saltó a la fama por el programa 'Jazz entre amigos', recibirá el premio Donostiako Jazzaldia. Su pueblo, Elciego, acaba de homenajearle. Ésta es su historia

ISABEL IBÁÑEZ

Viernes, 14 de junio 2013, 10:56

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"En la autopista, en el peaje de Pancorbo, dije dos palabras y sin verme la cara me dice el tío '¡Coño, el Cifu! ¿A qué festival va?'". Los españoles empezamos a familiarizarnos con la voz de Juan Claudio Cifuentes, 'Cifu' para todos (incluso para sus hijas) en 1971. Se iniciaba entonces la emisión de 'Jazz porque sí', el programa de radio que aún mantiene en RNE y que ha pasado por diferentes emisoras en todo este tiempo (tambien conduce 'A Todo Jazz' en Radio 3). 42 años de labor divulgativa. Aunque lo que pocos sabrán es que uno de sus primeros cometidos fue el de acompañante y traductor de Karina en el festival de Eurovisión, que se celebraba aquel año en Dublín. La representante era escogida en aquel espacio televisivo precedente de 'OT' que se llamó 'Pasaporte a Dublín'. Karina cantaba aquello de 'En un mundo nuevo'. "¡No me hables, no me hables! Tuve que acompañar a Karina a Eurovisión porque era el único gilipollas que hablaba inglés en TVE. Yo hacía de traductor y me aprendí la carta de un restaurante, hasta cómo se dice lubina. Y ahí estaba Karina, que toda la vida ha sido igual... Pues el día del ensayo general se fue de compras. Y estábamos con los calcañales de corbata, porque el ensayo se hacía tal y como iba a ser la retransmisión, es decir, con cronómetro en mano, y ahí estaba la orquesta dando los primeros compases... pues justo llega ella jadeando y se pone a cantar... Bueno, quedó segunda, y al fin y al cabo nos lo tomamos con buen humor. No la echaron de milagro".

Juan Claudio Cifuentes, en la actualidad, en su casa de Madrid. / Foto de José Ramón Ladra

Mucho camino recorrido desde entonces. Había llegado a Madrid con 20 años y una gran afición por la batería. En la facultad de Derecho, preguntó por el aula de actividades musicales. "Al fondo del pasillo", le contestaron, pero al abrir la puerta... "¡Estaba la tuna! Me disculpé y me largué". Su faceta musical pasó a desarrollarse entonces en los medios de comunicación a lo largo de una dilatada trayectoria que ha sido premiada en varias ocasiones. La última, el sábado pasado en Elciego, su pueblo alavés de adopción, adonde el Cifu (París, 20 de abril de 1941) lleva acudiendo desde hace seis décadas -incluso está empadronado-, cuando sus padres decidieron comprar una casa allí para pasar los veranos. El periodista no sabía nada de la sorpresa que le tenían reservada y que a punto estuvo de suspenderse por la tromba de agua que cayó. Así lo cuenta su hija Laura: "Los músicos suizos ETH Big Band se metieron debajo de los arcos del ayuntamiento y se pusieron a tocar. En un descanso se subió al escenario Ana Villarreal, la chica de la oficina de turismo, y empezó a hablar de mi padre. Luego subió él. Para que Cifu dijese que no tenía palabras no te digo como estaba. Emocionado y feliz de que su pueblo le rinda un homenaje. Todo esto ha pasado gracias al alcalde, Luis Aldazabal". Su padre lo vivió así: "Fue muy bonito y simpático, con toda la gente del pueblo por allí. Me hizo mucha ilusión, aunque ya me olía algo porque un concejal me dice 'nos vemos el día tal, pero no te digo nada porque va a ser una sorpresa', jajaja".

Momento del homenaje en Elciego, el sábado pasado. / Foto de Pablo Cañas

Dentro de poco más de un mes recibirá también el Premio Donostiako Jazzaldia dentro del Festival de San Sebastián. Y cuenta en su haber con un Ondas, el que le entregaron en 2011 por su "labor de difusión y divulgación del jazz", poco antes de enterarse de unos problemillas de salud que tiene controlados. "No sé si viste fotos de la entrega del Ondas, pero las complicaciones de salud estaban allí aunque no lo sabía; estaba muy delgadito. Iba perdiendo peso sin explicación, ¡y como como una lima! No era normal estar en 56 kilos y fui al médico. Me comentó que tenía el páncreas mal y que había que operar. Me dije 'oh, palabras mayores, atentos'. Así, el 15 de junio de ese mismo año entré en quirófano cinco horas, donde se dieron cuenta de que eso iba camino de transformarse en cáncer, si no lo ha sido, con lo que decidieron quitármelo enterito y, ya de paso, el bazo y la vesícula. Luego te preguntas cómo es posible seguir viviendo sin todo eso... Pues sí, me hicieron una fontanería de cuidado y salí transformado en diabético porque no produces insulina sin páncreas. Ahora voy con la farmacia a cuestas: pastillas para digerir, insulina en inyecciones tres veces al día... Nos vamos defendiendo, somos una generación correosa". Eso sí, sigue como siempre con los 'destornilladores' (vodka con naranja) con los que disfruta del jazz en vivo en los clubes. "Ja, ja. El 'destornillador' que no falte, con zumo de naranja natural o de brick, sin burbujas. Se lo pregunté al cirujano y me dijo: 'Hombre, ocasionalmente'. Pues el ocasionalmente me supone todas las noches después de cenar".

Presentando 'Jazz entre amigos'

Sin duda, en todas estas distinciones y reconocimientos han tenido mucho que ver los siete años que sobrevivivió en las madrugadas de La 2 presentando actuaciones de bandas internacionales con un decorado de pared de ladrillos y bebiendo tónica "preparada para que pareciera un gin tonic y con varios cigarrillos que encendíamos, apagábamos y recortábamos para que no hubiera fallos de racord (continuidad) por los cortes en la grabación", desvela él. "Cuando empezamos con el programa quisimos recurrir a las cintas que TVE había grabado en los festivales de jazz. Y nos encontramos con que cosas como el trío de Bill Evans y el de West Montgomery en la única gira europea... ¡Estaban borradas! Hallamos unos 'maravillosos' partidos de fútbol encima de aquellas grabaciones. Los guiones me los hacía yo. Me gustaría romper una lanza por Clara Isabel Francia, que en aquella época puso música todas las noches en La 2. Evidentemente íbamos de madrugada, pero había gente fiel que nos buscaba. Hace más de 20 años que desapareció 'Jazz entre amigos' y todavía hay gente que me dice: 'Me aficioné porque tenía 12 años y aunque mi padre me mandaba a la cama, yo me quedaba'. Con el programa hicimos una labor didáctica importante. ¡Y teníamos menos presupuesto que la santa misa!". Aquel espacio trajo a los mejores músicos del jazz internacional del momento y dedicó monográficos a figuras históricas. Aquí va la primera parte del espacio dedicado a Miles Davis.

Todo llega a su fin, y a 'Jazz entre amigos' le tocó siete años después de su nacimiento (350 programas emitidos), en 1991. ¿Por qué? "Ah, ese es el gran misterio, como quién mató a Kennedy. Han pasado catorce años y sigo sin saber por qué se lo cargaron. Sospechas tienes muchas. Hombre, Ramón Colom y Jordi García Candau estaban preparando su enfoque del desembarco de las privadas y de las productoras independientes y había que vaciar la programación de La 2 como fuera. Y desapareció todo, incluso aquel magnífico programa, 'Arte y artistas flamencos'. En 1991 nos fuimos a hacer el festival de Vitoria y volvimos en agosto para llevar a cabo los montajes. Y me susurra la secretaria en los pasillos: 'Me han dicho que desaparecemos', sin nota interior ni nada que se le pareciera. Y en cinco despachos nos dieron cinco explicaciones distintas. ¡Vete tú a saber! Me hicieron grabar los últimos programas en noviembre del 91 y con cuarenta y tantos años me quedé en paro, con una mano delante y otra detrás". En este vídeo, el pianista Tete Montoliu actúa en el plató del programa.

Pese a tratar exclusivamente de jazz, emitirse en La 2 y de madrugada, el programa se ganó hasta una imitación del dúo Martes y Trece en su especial de Nochevieja de 1990, con Josema Yuste metido en su piel y Millán Salcedo cantando como Linda Wendsley. "Me pareció muy graciosa, estaba muy bien, supongo que si nos hicieron una imitación es que fuímos algo importante, ¿no?", se pregunta él. Seguro que sí. La parodia puede verse aquí.

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