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JULIA FERNÁNDEZ
Jueves, 6 de junio 2013, 17:37
Los editores de libros de autoescuelas engrasan las máquinas. La Dirección General de Tráfico trabaja ya en una reforma del código de circulación que, de salir adelante como es previsible, deberá reflejarse en el material de estudio para futuros conductores. Los que ya lo son, sin embargo, deberán ponerse al día de la nueva normativa por su cuenta. Y lo que se ha contado y filtrado a algún medio ya está levantando ampollas.
Pero ¿en qué nos van a afectar los cambios que prepara el ente que dirige María Seguí? Si usted no conduce seguramente que dirá que en muy poco, pero no es cierto. Las modificaciones atacan tres frentes: el coche, la bicicleta e, incluso, el peatón, aunque éste último en menor medida. Y su objetivo es "reducir el número de accidentes con víctimas", señala la DGT. En 2011, último año con datos consolidados, hubo 83.027 siniestros en los que murieron 2.060 personas. Más de 115.000 resultaron heridas y en 11,347 casos, su pronóstico fue grave.
Lo que más polémica ha causado de las reformas que vienen es el uso obligatorio del casco para los aficionados a la bici. Seguí y su equipo de trabajo quiere minimizar las consecuencias de los accidentes, que hace dos años fueron 4.526. Su interés se centra, sobre todo, en las vías urbanas porque, dicen, es donde "las cifras de heridos, graves o leves, alcanzan mayor notoriedad". Las estadísticas hablan de 3.000 afectados en ese entorno por 1.700 en las interurbanas. Aunque en el capítulo de fallecidos, de las 49 muertes que se produjeron, solo 12 ocurrió en cascos urbanos.
El caso es que muchas asociaciones de usuarios de bicicletas ya le han declarado la guerra a la medida. Entienden que tener que llevar el casco puesto por la ciudad disuadirá el uso de este medio de transporte. ¿Las razones? Incomodidad, innecesariedad, falta de lugares habilitados para dejarlos... Los responsables de tráfico, sin embargo, no comparten su visión. Para la DGT el ejemplo es Canadá, donde no ha descendido el uso de la bici. El otro bando, se queda con Australia, donde sí ha repercutido de forma negativa, y eso que la obligatoriedad del casco no está vigente en todo el país, sino en algunos estados.
Ciclistas en dirección contraria
Pero este asunto es casi anecdótico con lo que se avecina. Sin dejar de lado a los usuarios de las bicis, la DGT planea poner en marcha una batería de medidas que ayuden a su "integración"en la circulación y que modifican algunas costumbres difíciles de desarraigar. Por ejemplo, en algunos caso se va a permitir que circulen por calles de un solo sentido, pero en dirección contraria. Para ello, la vía deberá ser urbana y tener una "baja limitación de velocidad", es decir, una velocidad máxima de 20 ó 30 kilómetros hora.
Hasta hoy, muy pocas lo cumplen, pero el nuevo código revisará estos límites en muchas de ellas. Así, explican, se reduciría la "siniestralidad" en el casco urbano porque a más velocidad del vehículo a motor, mayores probabilidad de que el peatón atropellado muera. "A 50 kilómetros por hora fallece el 50% de los atropellos, a 30, el 5%", subrayan. Con la bajada de la velocidad se crea un "nuevo modelo de calle" que comparten peatones, ciclistas y conductores. Su nombre técnico es "zona de plataforma única". Y en ella, según el futuro Reglamento de Circulación, las bicis podrán ir en dirección contraria, aunque para ello antes se habrán puesto en marcha un grupo de medidas que intentarán reducir los riesgos al mínimo.
Distancia mínima de seguridad
Por otro lado, las bicicletas "tendrán prioridad sobre los vehículos a motor en los pasos de peatones" y podrán llevar remolques o semirremolques para transporte de carga o de personas en vías urbanas. Asimismo, se aumentar la "severidad de la falta relacionada con no mantener la distancia mínima de seguridad de 1,5 metros entre coche y ciclista".
Sin embargo, los ciclistas también tendrán que cumplir un punto importante: hacerse visibles. Para ello, la DGT tomará medidas "tendentes a fomentar su visibilidad". O lo que es lo mismo, se intentará que usen luces y prendas reflectantes homologadas para que el resto de usuarios de la vía puedan verlos a distancia.
La saliva, el nuevo 'chivato'
El nuevo código de Circulación también incluye otras modificaciones interesantes. Por ejemplo, aunque el límite de velocidad máxima en autopistas y autovías seguirá siendo 120, se podrá aumentar a 130 mediante paneles, siempre y cuando lo autorice la DGT o la autoridad autonómica competente. El cinturón de seguridad será obligatorio para todo el mundo, incluidos los taxistas, cuando circulan por la ciudad. Y la saliva se podrá utilizar como muestra biológica para la detección de abuso de alcohol y drogas.
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