Pistas para moverse y disfrutar de Bucarest
La bella y desconocida ciudad se tiñe de rojiblanco con la llegada de más de 10.000 aficionados. Aquí tienes una guía para conocerla antes de volver con el título
EVA MOLANO
Lunes, 7 de mayo 2012, 22:26
El Athletic promete dejarse la piel en el Estadio Nacional de Bucarest. Y de sangre y sudor se bañará una ciudad para muchos, extraña, que se teñirá de rojiblanco merced alos más de 10.000 aficionados que la tomarán para rendir pleitesía a su equipo en la final de la Europa League. Una tierra de leyendas para un duelo legendario, llamado a hacer historia, y donde los de Bielsa tratarán de recuperar aquello que perdieron en 1977 ante el Juventus. La aldea a la que el emperador Vlad, apodado Dracul - el Dragón- trasladó su residencia de verano es ahora, siglos después, una de las ciudades más bellas del Este, repleta de lagos, parques y monumentos, con una extensa oferta de ocio. Merece la pena recorrer esa gran desconocida, aunque refugiarse en los principales encantos de una ciudad de 2,3 millones de habitantes no es flor de un día. Al menos, esta prima hermana humilde de París es aún muy accesible para los agujereados bolsillos ibéricos.
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Qué ver en BucarestAunque a estas alturas de la jugada los aficionados ya tienen más o menos claros cuáles son los principales encantos de la capital rumana, recordaremos que el recorrido debe arrancar en el casco antiguo. Merece un paso obligado por la Plaza Unirri, el bulevar de Uniiri, rodeado de ministerios y casas de funcionarios y que pretendía ser un pequeño 'Campos Elíseos', la Calei Victoriei, la calle más antigua de Bucarest y donde cayó el comunismo en 1989, o la Plaza Victoria, más soviética que la Plaza Roja y donde se cruzan dos de las cuatro líneas de metro. Muy cerca están el Palacio Real y el Ateneo, rodeados de jardines. Y el edificio más emblemático de Bucarest, y el más grande del mundo después del Pentágono, una mole construida a capricho del dictador Ceaucescu: la Casa del Pueblo, de doce plantas, doce ellas subterráneas. También el parque Kiseleff, cerca de los museos de Geología e Historia Natural y el Museo de la Aldea, quita el hipo. Allí se encuentra el lago Herastrau, surcado por barquitos y cisnes, un edén digno de un zar.
Cómo llegar del aeropuerto a la ciudadLos aeropuertos Otopeni y Baneasa surten internacionalmente a la ciudad, mientras que la estación Gara de Nord enlaza a través de la red ferroviaria con casi todos los municipios rumanos y con muchas capitales europeas. Lo más probable es que los aficionados lleguen hasta Otopeni, a apenas 11 kilómetros del centro. Hasta allí se puede salir con el bus 783, operado por RATV, o en tren, a través de la conexión Otopeni-Gara de Nord y en taxi, lo más cómodo, con la compañía Fly Taxi, que cobra 2,5 leones por kilómetro y es la única con licencia para operar allí. Por menos de 20 euros al cambio se debería poder llegar hasta el hotel o hasta la zona de marcha escogida. La hilera de taxis está al salir de la terminal, aunque nada más salir del avión una avalancha de taxistas ilegales aborda al viajero. El otro aeropuerto también situado al norte, Baneasa, está a sólo 5 kilómetros de la capital y se encuentra cubierto por más líneas de autobuses que Otopeni y por distintas compañías de taxi que intentarán cobrar hasta 50 euros al cambio. Hay que hacer caso omiso.
Cómo moverse por la ciudad Aunque habrá valientes que hayan apostado por trasladarse en coche hasta la París del Este y recorrer 3.000 kilómetros inmersos en la euforia, hay que aparcar nada más llegar a Bucarest. Y es que allí sólo se cumple relativamente con las normas de seguridad vial. Las carreteras dejan bastante que desear, aparcar es frustrante y además, hay que tener cuidado con trolebuses y tranvías. En contrapartida, hay una eficaz red de transporte público.
El metro de Bucarest tiene 4 líneas y 48 estaciones. La red está operativa entre las 5 de la mañana y las 23.30 horas, y la frecuencia varía entre los 5 y los 15 minutos. El metro cuenta con cuatro líneas de las que solo dos nos resultaran útiles. Sus nombres son 1 y 2 (amarillo y azul respectivamente) y atraviesan la ciudad de forma circular y de norte a sur. El precio es de 4 lei por billete de ida y vuelta, y de 10 lei por un billete de 10 viajes. El mapa puedes descargarlo en la web http://www.metrorex.ro/prima_pagina_p785-1
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También existe una extensa red de autobuses y de tranvías, con aglomeraciones en horas punta. Los billetes se compran los quioscos RATB y valen por dos viajes, el de ida y el de vuelta. y se cancelan a bordo. Funcionan desde las 5 de la mañana hasta la medianoche.
Por otro lado, los taxis son una forma bastante barata de moverse. Aunque hay que elegir una compañía fiable y reconocida- los coches son de diversos colores-, ya que proliferan las 'pirata'. Además, los taxistas rumanos son tristemente conocidos por su picaresca. Hay quien se atreve a decir que incluso son más timadores que los de Marruecos. Por eso, es importante escoger taxis oficiales. Los precios por kilómetro deben venir reflejados en las puertas delanteras de los vehículos, indicando la tasa por kilómetro. Varían desde 1,29 lei/km de AS Taxi hasta 3,50 lei/km de Orient Taxi. Es recomendable llevar billetes pequeños, pues los taxistas a veces dicen no llevar cambio. Tampoco hay que olvidar preguntar el precio aproximado del viaje antes de subir al vehículo y en su caso, pactarlo.
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Cómo llegar al estadioLa mejor forma de llegar al estadio Nacional de Bucarest ("National Stadonul"), situado en pleno Parque Nacional, al este de la ciudad, es el transporte público. La parada de metro correspondiente, la de Munchii, está a solo una ó dos estaciones de distancia del centro. En concreto, a una de la Plaza Unirii y a dos de la Universidad. Desde allí hay que dar un pequeño paseo a pie a lo largo del parque para llegar a los accesos del estadio. Si se va en coche, hay que introducir la siguiente dirección en su GPS navegador: Bulevard Basarabia (Bv. Basarabiei) nº 39, Sector 2 Bucarest. Allí hay plazas de parking.
Comer y tomar copas Aunque las importadoras alimentarias españolas, italianas o alemanas suelen 'colar' en Rumania sus productos de peor calidad con rentables resultados, podemos encontrar verdaderas delicias, aunque eso sí, no hay que ir predispuestos a comer lo mismo que en Bilbao. No hay que marcharse sin probar los platos elaborados con ingredientes locales, como el sarmale, un rollo de arroz y carne de cerdo envuelto en una hoja de col, o el frigarui de pui, un pincho de pollo con verduras asadas. Cascaval pane es rico queso de oveja empanado, y chiftele, albóndigas de ternera y pollo. Paprica es un delicioso guiso de cerdo o pollo con cebollas fritas y salsa picante. Como huímos de los topicos, nos hemos fijado en algunos restaurantes como The Vintage Pub (Strada Smârdan nr. 43), Casa Di David, en el bello Parc Herastrau, o el Lacrimi si Sfinti, en el número 16 de la Strada Sepcari. Mientras, el Capriciosa, es un restaurante italiano muy céntrico, en el número 2 de Lonescu de la Brad Boulevar.
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Pero la fiesta sigue. Las cafeterías y bares suelen cerrar a medianoche, pero también hay otra vida nocturna después. Hay bares originales y animados cafés en las calles de Lipscani. Mientras, en el bulevar Calea Victoriei está lleno de locales de jazz. En el nordeste de la ciudad están los bares más modernos y exclusivos, como el Kristal Glam Club, una de las discotecas más famosas del Este, y donde tocan los mejores Djs internacionales. (Bulevar Regina Elisabeta, 34).
Si queremos merengue, en la ciudad hay gran afición por la salsa. En la discoteca Salsa II (Strada Mihai Eminescu, 89) se pueden bailar ritmos latinos. Algo más chic es Amsterdam Glam Café, un moderno local en Lipscani (Strada Covaci, 6) donde se lee el periódico mientras se toma café, antes de que los cócteles, la cerveza y la música de baile tomen el relevo. Si queremos algo más pijo, está The Oficce, un llamativo local nocturno en Strada Tache Ionescu, junto al metro Piata Romana.
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ShoppingYa que hemos recorrido 3.000 kilómetros hasta Bucarest para seguir al equipo de nuestros amores, así que, ¿qué menos que llevar un recuerdo para la familia? Al contrario que en las grandes ciudades europeas, la capital rumana carece de una zona peatonal amplia en la que se hallen franquicias y cadenas internacionales y el comercio se ha desplazado hacia centros comerciales. Por ejemplo, en el Bulevar Magheru, que va desde Piata Romana hasta Unirii concentra un número importante de tiendas de todo tipo. Las marcas más famosas están en Calea Victoriei y en Baneasa, a 5 kilómetros al norte de la ciudad, está la superzona de compras, con cines y salas de juegos.
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