El Barrio y los 'barrieros'
José Luis Figuereo, el hombre del sombrero, presenta en Bilbao su último álbum, ‘Espejos'
CARLOS BENITO
Miércoles, 7 de marzo 2012, 19:55
Hay músicos que dedican más tiempo a quejarse de la crisis del negocio que a dar conciertos. José Luis Figuereo no: él se cala ese imprescindible sombrero negro que le convierte en El Barrio y se recorre España de cabo a rabo, de pabellón lleno a plaza abarrotada, incluso haciendo algún milagrito a su paso. Hace un par de semanas, por ejemplo, el equipo médico del hospital granadino de San Rafael consiguió los complicadísimos permisos para llevar a una de sus actuaciones a Manuel, un chico de treinta años que lleva quince postrado en una cama del centro, con posters de Camarón en la pared y música de El Barrio en el aire. Resulta muy difícil imaginar el grado de felicidad que Manuel alcanzó esa noche.
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Figuereo puede estar orgulloso de muchas cosas. Al fin y al cabo, se ha labrado desde la nada una de las carreras más exitosas de la escena española. «Tuve un padrino muy bueno: la incomprensión, mi sombra y mis ganas de seguir trabajando», ha declarado en alguna ocasión. Pero, sobre todo, este gaditano del barrio flamenco de Santa María puede presumir de fans, porque lo de barriero es una de esas adscripciones que van más allá de que te guste un artista: este viernes, miles de ellos peregrinarán hacia el Bilbao Arena, tocados con sus sombreros incluso se pueden comprar con la entrada, por tres euros más y luciendo la sonrisa de quien va a pasar un rato en la gloria.
El Barrio presenta Espejos, su último álbum, una colección de catorce canciones «como los bollycaos, que antiguamente ponían menos crema y ahora ponen más» en la que combina distintos palos de flamenco con pop y rock, porque no conviene olvidar que el guitarrista Figuereo se lanzó a esto de cantar bajo la influencia de Triana y Medina Azahara. «Hago la música que me gusta, y tal vez por eso soy distinto a otros», explica. No solo por eso: también le distingue una rara coherencia, una rectitud insobornable que no abunda en este mundillo. En Granada, José Luis acudió a saludar a Manuel, su fan enfermo, que esperaba en la zona de minusválidos tumbado en su cama y conectado a su ventilador mecánico. Le regaló un sombrero y una camiseta y solo puso una condición, justo la contraria de la que exigirían otros: El Barrio pidió que ningún medio sacase fotos del encuentro.
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