José Luis Sampedro, premio Nacional de las Letras

José Luis Sampedro (Barcelona 1917) es un escritor aclamado y una referencia moral. El Ministerio de Cultura le ha otorgado el premio Nacional de las Letras en reconocimiento a su extensa carrera en la literatura de ficción, el ensayo y el pensamiento económico, destacando el aprecio que su obra ha merecido hasta el punto de ser «uno de los más importantes escritores vivos en lengua castellana». Pero no se ha olvidado tampoco de destacar algo que es poco frecuente entre la lista de galardonados con este premio:su apuesta por una economía «más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos».

A los 94 años, Sampedro se ha convertido en un símbolo. Ya no escribe ficción, o al menos no del tipo de La sonrisa etrusca, Octubre, octubre, El río que nos lleva y Congreso en Estocolmo, sus novelas más conocidas. Pero pese a su fragilidad, a los achaques que han ido perfilando su figura de Quijote contemporáneo, no ha dejado de alzar su voz ni un solo día. Lo ha hecho en sus ensayos, en sus conferencias y en las entrevistas que ha concedido, y en los últimos meses en apariciones en reuniones de los indignados del 15-M, donde ha sido recibido con apabullantes muestras de admiración y cariño.

Su pensamiento está guiado por una idea clara: todo ser humano tiene el derecho y la obligación de pensar en libertad. Una idea que viene desarrollando desde que empezó a dar clase de Economía la Universidad de Madrid. Entre sus alumnos estaban casi todos los dirigentes que ha tenido la economía española en los últimos treinta años. Todos muestran un respeto absoluto por su figura, su talante y su talla intelectual y moral.

Trabajador infatigable, Sampedro ocupó durante muchos años una plaza como funcionario en el Banco Exterior de España, mientras daba clase por la tarde y escribía por la noche, robando horas al sueño. Como ha comentado en alguna ocasión, no escribía para ganarse la vida, sino para «dar gusto al cuerpo». Por eso su literatura destaca por ser enteramente libre.