Un vecino de Uribarri recibirá 8.455 euros por un patinazo

La Justicia ha dado la razón a un vecino de Uribarri por uno de los continuos episodios de resbalones y caídas que sufren los habitantes de este barrio bilbaíno. Una sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 4 de Bilbao respalda a J.M.R y condena al Consistorio de la capital vizcaína a indemnizarle con 8.455,90 euros -más intereses- por los daños que sufrió en 2006 tras una caída en la esquina de la calle Monte Arno con Trauko.

En la resolución judicial, el magistrado destaca que «la causa de la caída fue la tipología de suelo colocado por el Consistorio, dado que resulta muy resbaladizo y peligroso, al no tener en cuenta ni la excesiva pendiente de la zona -también corregible- ni el clima lluvioso de Bilbao». Y añade: «Obviamente tanto la elección del citado tipo de suelo -rojo de puntos o botones- (en referencia a las baldosas podotáctiles), como su colocación y mantenimiento, son responsabilidad del Ayuntamiento de Bilbao». Y concluye: «Los problemas que se deriven de dichas actividades habrán de ser asumidos por el referido Consistorio».

Los hechos se remontan a febrero de 2008, cuando J.M.R. salió de su casa para ir a trabajar. «Caían las cuatro gotas típicas», relata el damnificado. «Me caí en la esquina de la calle Monte Arno con Trauko». Entonces, su resbalón se saldó con una rotura del húmero que le obligó a permanecer dos meses de baja laboral y otros tantos acudiendo a diario a rehabilitación para intentar así paliar los dolores que su aparatosa caída le causó en el cuello.

Pocos días después del accidente, J.M.R. decidió realizar una reclamación por responsabilidad patrimonial al Ayuntamiento al considerar que había resbalado a causa de las baldosas colocadas. «Vivo en el barrio desde hace 28 años y no habíamos tenido ningún problema con las baldosas hasta que el Ayuntamiento decidió cambiarlas», asegura tajante.

Acuerdo frustrado

El trámite resultó más largo de lo esperado. «Desde el Área de Obras y Servicios nos solicitaban continuamente documentación, pero no fue hasta octubre de 2008 cuando recibimos la primera respuesta», asegura Xabier Bilbao, abogado del damnificado. En aquella misiva, el Consistorio dejaba claro que «no se podía demostrar -con las pruebas aportadas- que las baldosas estuvieran defectuosas y hubiesen provocado la caída», asegura el letrado. Lejos de darse por vencido, J.M.R. y su abogado decidieron continuar su particular batalla por la vía judicial y pocos días después decidieron interponer una demanda por la vía de lo Contencioso Administrativo. Sin embargo, antes de llegar a este extremo, la acusación trató, sin éxito, de alcanzar un acuerdo económico con el Consistorio.

Por su parte, fuentes del Área de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Bilbao recuerdan que desde 2006, año en el que ocurrieron los hechos a los que aluden la sentencia, «se ha realizado un tratamiento integral en todas las calles del barrio de Uribarri» que incluye el abujardado y barnizado de las baldosas. Además, aseguran que «en el primer trimestre de 2010 se realizarán actuaciones con mortero impreso, un material que resulta muy antideslizante, en los puntos más resbaladizos».