Logroño cambiará el nombre de calles que aún exaltan el régimen franquista

La Ley de Memoria Histórica, aprobada en octubre de 2007, tiene por objeto reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia por razones políticas, ideológicas o de creencia religiosa, en la Guerra Civil y la Dictadura, así como promover su reparación moral y la recuperación de su memoria personal y familiar y también adoptar medidas complementarias destinadas a suprimir elementos de división entre la ciudadanía.

Ahora, casi dos años después, el Ayuntamiento de Logroño se propone la creación de una comisión, en la que estarán representados los tres grupos políticos municipales, que estudiará los nombres de calles y plazas de la ciudad que llevan por nombre el de personas o lugares alusivos al régimen franquista y que, por tanto, «exaltan el franquismo, la dictadura y la sublevación militar».

«Nos centraremos en el artículo 15 -sobre símbolos y monumentos públicos-, sobre todo en el punto uno», explica el concejal de Educación y Cultura, Carlos Navajas. Dice textualmente que «las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura».

El edil tiene elaborado un informe, en principio de carácter interno, con una veintena de calles que podrían verse afectadas, en las que «se debería aplicar la Ley». Eso, siempre «desde el consenso», añade, porque quiere hacer hincapié en la importancia de alcanzar acuerdos entre todas las partes.

En ese grupo de trabajo que se constituirá en septiembre también podrían tener cabida técnicos municipales como la archivera o cargos del Ayuntamiento como el director general de Cultura o su homóloga de Urbanismo -el cambio de nombre de calles es de su competencia-. «Pero estará abierto a representantes de toda la sociedad civil, sobre todo a colectivos interesados en la memoria histórica».

Desde el año 1937

En la relación de posibles cambios de calles que maneja Navajas, y que será sometida a consenso, aparecen nombres como Calvo Sotelo, General Sanjurjo, Antonio Sagastuy, aprobados el 13 de febrero del año 1937 con Ángel Moreno Redondo como alcalde de Logroño.

Precisamente, el concejal socialista plantea que entre las alternativas «se pueden recuperar nombres de calles como Libertad -se cambió por Esteban Manuel de Villegas- o Democracia -pasó a ser Marqués de la Ensenada-, muy ligados a la Segunda República».

La segunda gran oleada de cambios de nombres en la capital llegó dos años más tarde, el 5 de mayo de 1939, y entonces el regidor era Julio Pernas Heredia. Se instauraron denominaciones como calle del General Primo de Rivera o del Capitán Cortes.

Gallarza, calle y parque

Existen también situaciones más complicadas o menos claras respecto a la conveniencia -incluso obligación legal- de eliminar nombres. Así, la calle Gallarza adquiere en 1926 -reinado de Alfonso XIII- el nombre del militar y aviador logroñés, que precisamente ese año formó parte del vuelo entre Madrid y Manila.

Sin embargo, Eduardo González Gallarza también da nombre al céntrico parque logroñés, denominación que adquirió en 1939, el primer año del franquismo. «No se discute la persona en cuestión, sino que se utilizara su nombre para exaltar el Régimen», concluye Carlos Navajas.