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J. G. P.
Miércoles, 15 de julio 2009, 10:55
El director del Tour, Christian Prudhomme, se mostró indignado con la actitud de los equipos, a los que acusó de buscar «dar el menor espectáculo posible» en la décima etapa, como medida de protesta por la prohibición de no poder llevar los auriculares (pinganillos) por los que reciben las instrucciones de sus directores. «Los dados estaban trucados desde el principio», lamentó el patrón de la carrera, que aseguró que hubo un pacto entre los equipos para terminar al sprint.
Prudhomme señaló que estas circunstancias invalidan la etapa como el test que deseaba para probar la carrera sin auriculares. «Los equipos se han aliado para que hubiera un sprint y el menor espectáculo posible», dijo, a la vez que agradeció el «pundonor» de los cuatro integrantes de la escapada, «animaron la etapa», para lamentar a renglón seguido que el ruso Ignatiev dejara de colaborar cuando su equipo le dio instrucciones desde el coche.
Motivos de seguridad
Alberto Contador opinaba lo contrario. Se opone a la eliminación del auricular porque permite hablar con el director «por razones de seguridad» y abogó por «hacer los experimentos en otras carreras, no en el Tour. El pinganillo es un elemento de seguridad, que a veces sirve para evitar el caos y te avisa de peligros que se presentan en carrera. Hoy -ayer- hemos mostrado el descontento de los corredores», dijo.
Tras constatar que aún así la 10ª etapa se corrió a una velocidad de 40 kms/hora, el ciclista madrileño aceptó que fue una jornada atípica. «Ha sido un día un poco raro. Además no es cuestión de mirar por el espectáculo, ya que si no hay más ataques es porque el ciclismo de hoy ha cambiado, y los equipos son más compactos», concluyó.
Carlos Sastre (Cervélo) estaba tranquilo por la ausencia de pinganillo en la etapa. No le produjo un estrés particular. Le recordaba sus inicios. «Algunos parece que han nacido con el auricular puesto», afirmaba. El ganador del 2008 tiene 34 años y resumía la opinión de los más veteranos del pelotón, aquellos que han conocido en activo la introducción de este invento a mediados de los 90. «Ha sido un día maravilloso. Así podemos aguantar hasta los 50 años», afirmaba tras la etapa.
Le apoyaba el esprinter Óscar Freire (Rabobank): «El Columbia estaba muy fuerte y controló bien la llegada. Los demás les seguimos, pero iban muy rápido. No me coloqué bien. Respecto al experimento del 'pinganillo' creo que ha sido positivo para saber si es bueno o no llevar la radio. También los ciclistas podemos hacer algo por el ciclismo. Se ha demostrado que sin él también se puede controlar la carrera».
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