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La Policía autonómica protegió al matrimonio durante su traslado al barrio minero. / FERNANDO GÓMEZ
Acusan a la familia gitana repudiada en La Arboleda de robar en un supermercado
CONFLICTO VECINAL

Acusan a la familia gitana repudiada en La Arboleda de robar en un supermercado

La pareja, que hacía unas compras con su bebé, interpone una denuncia ante la Ertzaintza «por discriminación»

SERGIO LLAMAS

Jueves, 18 de junio 2009, 09:25

Hace ya un mes que la familia procedente de Sestao repudiada en La Arboleda se instaló definitivamente en el barrio minero. Desde entonces, la tensa situación que había precedido al traslado, con manifestaciones por parte de los vecinos que tachaban a la pareja de conflictiva, y acusaciones de racismo del colectivo gitano a los residentes, parecía haberse calmado. Pero la pasada semana un nuevo episodio volvió a poner de actualidad a los Jiménez, que fueron acusados de robar en un supermercado de Trapagaran.

Los hechos tuvieron lugar a las 13 horas del viernes en un establecimiento de la calle José Rufino Olaso, en Trapagaran. Según informó la abogada de la familia, el matrimonio compuesto por Laura y Manuel, ambos de 27 años, realizaba unas compras en la tienda cuando la encargada les pidió que vaciaran el carro y les acusó de estar robando. «Les amenazó con llamar a la Policía y les dijo que se fueran y no volvieran nunca», explicó un portavoz del despacho de la letrada María Tato. En ese momento, la pareja se encontraba con el menor de sus cinco hijos, de sólo unos meses de edad.

Inmediatamente después del suceso, la mujer interpuso una denuncia ante la Ertzaintza basada en una supuesta «discriminación por etnia gitana». «No se les insultó ni se les llamó gitanos», reconocieron en la oficina de la abogada, donde sí subrayaron que el incidente es «una evidencia más» de que estas personas «están marcadas». «No se les tiene en cuenta ni se les da una oportunidad», lamentaron.

Gritos

Ayer, los responsables de la cadena de supermercados donde tuvo lugar el incidente se defendieron de las acusaciones. «Somos un servicio público y nuestros estatutos son muy tajantes al respecto al señalar que no habrá ningún tipo de discriminación por raza, origen, religión o de cualquier otro tipo», zanjaron. Según las mismas fuentes, el motivo por el que se pidió a la pareja que abandonara la tienda fue «para que el resto de clientes pudiera continuar con sus compras». «Durante el altercado hubo gritos y se pidió a estas personas que bajaran la voz», aseguraron.

La encargada del local cuando se produjeron los hechos no estaba ayer en su lugar de trabajo, aunque sus compañeras aseguraron que sólo pidió a la familia que abandonara la tienda. «Aquí viene gente de todas las razas y nunca se ha tenido eso en cuenta», zanjaron.

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