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Separaciones matrimoniales

Las denuncias falsas siembran dudas en pleitos de divorcio

El Poder Judicial subraya que en 2007 sólo se registraron oficialmente 18 casos frente a 126.000 denuncias de maltrato

AGENCIAS

Lunes, 8 de junio 2009, 10:54

Aunque las estadísticas oficiales no reflejan la existencia de denuncias falsas por violencia machista, en distintos ámbitos se sospecha que, en un número reducido de casos, se utiliza esa artimaña para lograr una posición favorable en un divorcio. Y, de hecho, una acusación de malos tratos puede tener consecuencias «muy drásticas y rápidas», como la detención del presunto agresor o una orden de alejamiento del domicilio familiar y de los hijos, según explica el abogado Luis Zarraluqui, presidente de honor de la Asociación Española de Abogados de Familia.

«Hay quien intenta coger el atajo -añade el letrado-, el camino más rápido. Es difícil de constatar, pero hace tiempo que venimos detectando la existencia de denuncias falsas que pretenden alterar la situación de paridad para el inicio de un divorcio».

El pasado 31 de mayo, el juzgado de Violencia de Género de Sevilla archivó una causa contra un hombre que permaneció encarcelado once meses por ocho denuncias de maltrato presentadas por su mujer, que, además, se autolesionó con un cúter, y contra la que el juez ha deducido testimonio por si se hubiera producido una denuncia o acusación falsa.

La única estadística oficial sobre este asunto es la Memoria de la Fiscalía de 2008, que recoge dieciocho casos de deducción de testimonio durante 2007. Pero desde el Observatorio contra la Violencia de Género, dependiente del Consejo General del Poder Judicial, se apresuran a recordar que es una cifra mínima frente a las 126.000 denuncias de violencia de género presentadas en 2007.

La palabra de uno

No obstante, la magistrada María Sanahuja, de la Audiencia de Barcelona, crítica hacia la Ley Integral de Violencia de Género, recuerda que el hecho de que las acusaciones falsas sean escasas, «no significa que no se produzcan en muchas ocasiones, y perseguirlas es muy difícil, porque es la palabra de uno contra la del otro».

En opinión de la magistrada, que fue decana de los juzgados de Barcelona, «hemos pasado de un extremo al otro a lo salvaje; del pasado, en que no servía la palabra de la mujer ni para comenzar una investigación, a la situación actual, en la que esa palabra, casi sin nada más, ya sirve para una condena».

En cualquier caso, en el Observatorio de Violencia de Género consideran «absolutamente incierto» que las mujeres que acusen de maltrato a su pareja puedan conseguir beneficios en un divorcio respecto a la pensión de alimentos o la vivienda. Por el contrario, la jefa de sección de ese organismo, Paloma Marín, subraya que «sí se ha jugado con la guarda y custodia de los menores cuando los padres se han percatado de su vinculación con la atribución del domicilio, o para conseguir un convenio regulador en condiciones más favorables».

Una opinión opuesta es la que del presidente de la Asociación de Madres y Padres Separados, Juan Luis Rubio, quien afirma que de los 22.000 miembros de ese colectivo, un 60% declara haber sido víctima de una denuncia falsa. «Tal y como están las cosas -se lamenta-, ningún juez se atrevería a archivar o absolver una denuncia que tenga el mínimo indicio de ser verdad. Muchos hombres están siendo detenidos e ingresados preventivamente en contra de la Constitución y luego son declarados inocentes». Sólo con una denuncia, prosigue Rubio, el juzgado dicta una orden de alejamiento, por la cual el padre no se puede acercar ni a la madre ni al hijo hasta que se celebre el juicio. «En todo ese tiempo, que puede ser de meses, se va perdiendo mucho en la relación padre-hijo».

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