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JESÚS L. ORTEGA
Domingo, 18 de enero 2009, 10:30
La asamblea general extraordinaria de Eroski aprobó ayer el denominado proyecto EMES, un nuevo modelo empresarial para el grupo de distribución que, cuando culmine su implantación -dentro de «varios años», según fuentes de la compañía-, supondrá para el grupo vasco convertirse en la mayor cooperativa del mundo, integrada por más de 52.000 trabajadores. Actualmente, sólo algo más de los 8.000 empleados de la cooperativa de origen y otros 5.000 de hipermercados son socios propietarios.
La conversión en cooperativistas de los restantes 40.000 asalariados fue respaldada por una amplia mayoría, que superó el 80% del medio millar de delegados que se dieron cita en las instalaciones que la empresa tiene en la localidad vizcaína de Elorrio.
El plan aprobado contempla la futura transformación de las sociedades anónimas integrantes del grupo en sociedades cooperativas. Para ello, Eroski, como sociedad matriz, promoverá la constitución de las cooperativas mixtas de las que será miembro junto con el resto de los trabajadores que se hagan propietarios. Eroski seguirá siendo el socio mayoritario y de referencia, por lo que conservará la facultad de decidir sobre su objeto social o la ubicación de su sede. Además, no abandonará su condición de miembro de la Corporación Mondragón.
En este sentido, el director general de Eroski, Agustín Markaide, afirmó ayer tras la aprobación del proyecto EMES, que se había renovado el compromiso de la cooperativa con Corporación Mondragón y «con la sociedad vasca de la que formamos parte activa».
Partícipes de la empresa
El cambio de modelo pretende ofrecer a los trabajadores por cuenta ajena de Eroski la promoción al estatus de cooperativistas propietarios, y extender al conjunto de la plantilla la condición sociolaboral propia de los empleados del grupo vasco de distribución. Con ello, la empresa quiere preservar y fortalecer su singular modelo de gestión, a la vez que ganar en eficiencia y competitividad por el mayor compromiso que asumirán los trabajadores, como participes en los resultados de lo que será su empresa, y no sólo la empresa en la que trabajan.
La decisión adoptada ayer culmina «un largo y fructífero proceso de dos años de debate y construcción del proyecto entre todos los socios», señaló Markaide.
El debate interno a lo largo de este tiempo -en el que no faltaron momentos tensos por las suspicacias que el plan despertaba en algunos sectores de la Corporación Mondragón, que veían riesgo de que el centro de decisión de la empresa pudiera alejarse de Euskadi-, y la masiva participación de los socios han permitido presentar un proyecto de consenso que finalmente ha recibido la ratificación de la asamblea general.
A partir de ahora, Eroski inicia otro largo camino hasta conseguir extender de manera escalonada, su modelo empresarial a todos sus centros filiales distribuidos a lo largo y ancho la geografía española.
Agustín Markaide manifestó que «esta decisión, que necesitará de varios años para culminarse, abre una nueva etapa para el futuro de Eroski. Etapa que abordaremos al servicio del consumidor y con la fuerza que aporta que todas las personas que trabajamos en Eroski seamos los propietarios de las tiendas», aseguró.
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