Pruebas médicas a una niña afectada de asma. / EL CORREO
SOCIEDAD

Asmáticos por prescripción

Miles de pacientes que reciben terapia contra el asma podrían sufrir únicamente una deficiencia respiratoria, según un estudio hecho en Madrid

FERMÍN APEZTEGUIA

Viernes, 7 de noviembre 2008, 03:30

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Miles de personas en España, muchísimas más en el mundo occidental, podrían estar recibiendo tratamiento contra el asma cuando en realidad sólo padecen una deficiencia respiratoria. La voz de alerta fue lanzada ayer por los alergólogos reunidos en el palacio Euskalduna de Bilbao, donde tiene lugar estos días el congreso nacional de la especialidad. El consumo innecesario de fármacos inhalados no tiene, segun dicen, más efecto secundario «que el gasto que supone el medicamento». La salud no se resiente, pero tal vez no tenga demasiado sentido medicarse sin necesidad.

Un equipo de profesionales del hospital madrileño de La Paz, encabezado por la alergóloga Pilar Barranco, decidió hace un tiempo hacer un estudio sobre la relación existente entre dos enfermedades que a menudo van unidas: la obesidad y el asma. Según explicó ayer la experta en una rueda de prensa en la que estuvo acompañada por el especialista vasco Ignacio Antepara, coordinador del programa, el objetivo del trabajo era, por una parte, hacer una síntesis de los estudios sobre la materia existentes hasta la fecha y completarlo con un informe propio que sirviera, de algún modo, para corroborar lo que decían los demás.

Bronquios irritados

El asma está considerada como el 'caballo de batalla' de las consultas de alergología. De hecho, es una de las diez patologías más extendidas en el primer mundo. El problema surge cuando se estrechan y se irritan los bronquios, que son los conductos que llevan el oxígeno que respiramos hasta los pulmones. Si se cierran de manera brusca, se inflaman y, como consecuencia, surgen dificultades para respirar. Cuando esas complicaciones se mantienen en el tiempo, la enfermedad tiende a cronificarse.

Muchas veces, las pruebas para el diagnóstico del asma se basan en el conocimiento del paciente y el control y seguimiento del estado de su aparato respiratorio mediante auscultación con el estetoscopio, que es ese aparato que sirve para escuchar los ruidos del pecho y que todos los médicos llevan colgado del cuello. Pero, según dijo Barranco, con esas solas pruebas no basta para hacer un diagnóstico de asma.

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También es necesario someter al paciente a una espirometría, con el fin de medir la capacidad respiratoria de los pulmones, y a la inhalación de una sustancia llamada metacolina. Al tomarla, los bronquios de las personas asmáticas se cierran más que los de las que no lo son; y eso sirve al especialista para determinar si uno es asmático.

Pues bien, el grupo de investigación de Pilar Barranco hizo esto mismo con un grupo de adultos y descubrió que la función respiratoria de las personas obesas estaba realmente peor, como se sospechaba, pero la incidencia del asma en todos ellos no era tan elevada como para poder establecer una relación clara entre ambas enfermedades.

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Una cosa, según dijo, es tener problemas para respirar, que es algo bastante común en las personas con sobrepeso y obesidad, y otra distinta tener asma. «Probablemente», contestó a preguntas de los periodistas, muchos pacientes medicados en España no necesitan terapia. Pero la reciben.

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