El plus para las pensiones bajas enfrenta al tripartito y al PSE

El Gobierno vasco elevó ayer el tono de la polémica que le enfrenta a los socialistas por el complemento aprobado para las pensiones más bajas -las que están por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI)- y acusó al Gobierno central de tratar de «impedir» que los jubilados vascos tengan acceso a la prestación. «El presidente Zapatero no quiere que los pensionistas vascos cobren al menos 700 euros al mes», llegó a asegurar la portavoz del Ejecutivo de Ibarretxe, Miren Azkarate, que contestó de esa forma a una circular del Ministerio de Administraciones Públicas que recuerda al Gobierno vasco que el pago de prestaciones para complementar las pensiones son competencia del Estado. «El Gobierno vasco manipula la realidad, hace una demagogia vulgar y demuestra su falta de escrúpulos al sembrar la alarma de forma infundada entre los pensionistas», respondió de inmediato el PSE. «El pago del complemento de pensiones está garantizado y no corre ningún peligro».

El plus, pactado por el tripartito y los socialistas como punta de lanza de un acuerdo en políticas sociales forjado en 2007, está destinado a complementar las pensiones situadas entre los 616 y los 700 euros mensuales hasta que alcancen esta última cifra, equivalente al SMI prorrateado. Tendrá como beneficiarios a más de 20.000 vascos que ahora ingresan menos que esa cantidad. La mitad de ellos comenzará a cobrar en enero. El resto debía de haberlo hecho ya, pero aún existen 3.000 pensionistas que no han comenzado a recibir el 'extra' mensual en sus cartillas. El Gobierno vasco les obliga a recopilar diversos certificados y pedir cita en los servicios sociales de sus ayuntamientos para reclamar el plus. Los trabajadores sociales están dando vez con plazos de hasta tres y cuatro meses.

«Campaña de boicot»

El Ejecutivo vasco avivó ayer el conflicto con una declaración expresa del Consejo de Gobierno en reacción a la circular del Ministerio de Administraciones Públicas, un texto que ha sido entendido como «un ataque contra el autogobierno». «No vamos a dar ni un paso atrás y vamos a hacer todo lo posible por blindar el complemento de las pensiones», dijo Azkarate, que acusó a los socialistas de haber desplegado «una campaña de boicot» a la iniciativa «para hacerla inservible y culpar de ello al Gobierno vasco», agregó.

Los socialistas, que se atribuyen la paternidad del complemento, creen que el Ejecutivo vasco está haciendo «una tormenta en un vaso de agua», porque lo que pretende el Ministerio es garantizar el encaje legal del plus en la futura Ley de Garantía de Ingresos, que el Parlamento vasco debe abordar este otoño y de la que el complemento es un anticipo. De hecho, remarcan que la prestación ya se cobra en otras comunidades como Andalucía o Cataluña y que en Euskadi «no corre ningún peligro».