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CÉSAR CALVAR
Jueves, 11 de septiembre 2008, 04:51
El Gobierno propondrá este otoño al Parlamento una reforma del Código Penal que contempla la imposición de 20 años de libertad vigilada a los pederastas, delincuentes sexuales y terroristas reincidentes que, aunque hayan cumplido sus penas, presenten a los ojos de la administración riesgo de reanudar sus crímenes tras su salida de prisión. Las anunciadas medidas de control post-condena podrán consistir, según el plan inicial del Ejecutivo, en vigilancias por parte de las fuerzas de seguridad, personaciones en el juzgado, tratamientos médicos y psiquiátricos, la obligación de portar pulseras telemáticas o de asistir a programas formativos.
Los ministros de Justicia e Interior, Mariano Fernández Bermejo y Alfredo Pérez Rubalcaba, dieron a conocer esta propuesta tras reunirse durante más de dos horas para delinear las líneas maestras de la proposición de ley de reforma del Código Penal, que en general endurecerá los castigos contra los criminales sexuales, sobre todo si las víctimas son menores de edad, y los terroristas.
La futura reforma, en cuya letra pequeña trabajan ahora las comisiones técnicas de ambos ministerios, fue pactada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, en su reunión del pasado 23 de julio. El Ejecutivo espera sumar al acuerdo al resto de grupos durante la tramitación.
La novedad más llamativa de estos cambios, que en ningún caso tendrán carácter retroactivo, es la creación de una pena accesoria de libertad vigilada que posibilitará que los delincuentes sexuales que Fernández Bermejo definió como «con mal pronóstico» puedan salir a la calle tras cumplir sus penas, pero con limitaciones a su libertad durante «20 años». La reforma contemplará castigos específicos para delitos sexuales cuyas víctimas sean menores.
Junto a la libertad vigilada, el Gobierno elaborará por primera vez un registro de delincuentes sexuales, mediante la creación de una nueva sección en el registro de penados y rebeldes. En él figurarán sus nombres y sus conductas.
Los dos ministros llegaron además a un acuerdo para que los delitos más graves de terrorismo no prescriban. Eso supondrá que determinados crímenes, entre ellos los asesinatos, podrán ser perseguidos sin límite en el tiempo. «No van a prescribir nunca si sale adelante la reforma», recalcó Pérez Rubalcaba. Además, en adelante será obligatorio que los jueces impongan a los terroristas penas accesorias de alejamiento respecto de sus víctimas directas.
La reforma incluirá asimismo un nuevo tipo penal, próximo a la 'asociación de malhechores' tipificado en el código francés. Permitirá, si la nueva normativa ve la luz, penalizar a aquellos que hayan constituido de forma transitoria una banda con fines delictivos, como el robo a una joyería o el asalto a un chalé.
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