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J. O. L.
Domingo, 17 de agosto 2008, 04:45
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Por fin el Athletic se mostró tal y como lo quiere su entrenador. Joaquín Caparrós no tuvo ayer ninguna duda en elogiar a su equipo, al mismo al que había afeado su falta de espíritu combativo en los últimos partidos ante rivales de menor entidad. «Ésta es otra historia», resumió con una sonrisa nada más poner pie en la sala de Prensa del estadio Ramón de Carranza.
El entrenador andaluz no tenía ayer dudas sobre el compromiso de la plantilla. El cambio estaba en la entrega. «Ésta es la actitud que quiero en el equipo. Es la que debemos tener. Hemos hecho un gran esfuerzo ante un rival clasificado para la Liga de Campeones y hemos podido ofrecer un gran nivel de juego tras unos partidos desangelados», subrayó.
Es natural que el utrerano esté feliz. El Villarreal alineó de titulares a jugadores de gran talla, como el ex barcelonista Edmilson, el campeón de Europa Cazorla y Joseba Llorente, arrebatado por los castellonenses al Athletic después de hacer frente a sus cinco millones de cláusula de rescisión con el Valladolid.
Banquillo de lujo
Y cuando Manuel Pellegrini se puso a tirar de banquillo en la segunda parte, Caparrós miraba asombrado la calidad de quienes salían al campo. «Han saltado Guille Franco, Ibagaza y Senna, tres jugadores que han subido muchísimo el nivel de su equipo, pero aún así hemos sido capaces de mantener el resultado sin sufrir grandes sobresaltos».
Partiendo de la felicitación a su equipo, el técnico sevillano tuvo también un momento para detenerse en los aspectos que deben ser mejorados de cara al inminente inicio de la Liga. «En defensa hemos estado bien, pero aún nos falta confianza en los contragolpes. Con un rival volcado como el Villarreal, debíamos tener más capacidad para sorprenderles y no lo hemos logrado».
Caparrós confía a ciegas en Iturraspe, su gran apuesta de la cantera para la temporada. Por eso quitó del campo a Iñaki Muñoz, uno de los aspectos polémicos de la noche porque el navarro encajó de mala manera la decisión. «Lo he hecho porque lo he creído conveniente. Nos hacía falta tener más la pelota, algo que hemos logrado con Iturraspe».
Las gradas del Carranza gritaron en varias ocasiones «¡Caparrós saca a Armando!», que no ha jugado ni un minuto en el torneo de su ex equipo, en donde la afición le idolatra. El entrenador no se dejó llevar por sentimentalismos, lo que le costó escuchar algún insulto aislado en el tramo final del choque. «La Liga está cerca e Iraizoz necesita ritmo de partidos. Entiendo el enfado del público e incluso la rabia de Armando, pero el fútbol tiene estas cosas», zanjó.
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