Celebración bipolar

Mezclar pasiones puede ser interesante algunas veces, pero no cuando se trata de fútbol y política. El pasado jueves, día 27, la Policía local de Vitoria reveló que la noche anterior un grupo de aficionados había sido agredido cuando celebraba el triunfo de la selección española sobre Rusia. Los autores del ataque, un grupo de jóvenes radicales, estaban acompañados por los ex parlamentarios de Batasuna Rakel Peña y Antton Morcillo. Hasta el alcalde vitoriano, Patxi Lazcoz, condenó la trifulca, calificó de «despreciable» el comportamiento de los atacantes y los tildó de «gentuza». ¿Qué ocurrió exactamente? Hay dos versiones, y una es falsa.

Opción A. Es la que relatan los seguidores de la selección, donde denuncian su «falta de libertad». Según Javier A., diez jóvenes de entre 30 y 35 años estaban celebrando la victoria en una bar de Judimendi. «Estábamos pletóricos, cantando 'Campeones, campeones...', 'Viva España'...». En el otro extremo de la barra «había tres personas que nos miraban bastante, pero no dijeron nada». Dos de ellas eran Peña y Morcillo.

La cuestión es que, cuando pasaban unos minutos de las once, y mientras uno de los aficionados estaba hablando por teléfono en el exterior del bar, «llegaron dos coches llenos de 'rapados' con aspecto de radicales. Los de un coche se bajaron con palos, amenazando». El resto de la cuadrilla salió del bar en un goteo, y fue entonces cuando se repartieron empujones y algún puñetazo. «Yo llevaba la camiseta de la selección; me dijeron que iba provocando y me golpearon en el pecho, en el escudo». Sin embargo, «cuando salimos todos vieron que éramos muchos, y los del segundo coche ni se acercaron».

Con el follón montado, Peña y Morcillo salieron del establecimiento. «Estamos seguros de que ellos les avisaron por teléfono de que estábamos allí. Además, a los chavales, de unos veinte años, les llamaban por su nombre y todo». Al final, los jóvenes radicales pusieron tierra de por medio poco antes de que llegase la Policía local y la Ertzaintza, que identificaron a los presentes. «Cuando todo pasó, los tres del principio seguían en el bar y les increpamos. Les dijimos que celebrábamos lo que nos daba la puta gana, que somos tan vascos como ellos».

Opción B. Es la mantenida por Peña y Morcillo. Según aseguran, los «hinchas españoles» profirieron «consignas e insultos contra el PNV, el lehendakari y su propuesta de referéndum, entre otras». Tras quince minutos en esta situación, uno de los aficionados dijo «hay bronca, ¡a por ellos!» y, según Morcillo, «salieron todos del bar y se generó un tumulto». Cuando los ex dirigentes abertzales salieron «vimos que los seguidores de la selección española estaban pegando, en relación de 4 a 1, a tres jóvenes de unos veinte años de edad. Uno estaba en el suelo, y estaba siendo pateado por tres hinchas». Además, aseguran que los jóvenes radicales eran «completos desconocidos para nosotros». Ante esta situación, «los clientes del bar intervinimos para evitar el linchamiento, y aprovecharon para salir corriendo».

Morcillo asegura que no hay más denuncia interpuesta que la presentada por él mismo contra el responsable de la Policía local por «falsedad, prevaricación» y por la «filtración a la prensa españolista, que persigue buscar una conexión entre el altercado y la Izquierda Abertzale».