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Los pueblos grandes deben menos.
Una aportación de 312 euros por vizcaíno saldaría la deuda de los ayuntamientos
CUESTIÓN DE DINERO

Una aportación de 312 euros por vizcaíno saldaría la deuda de los ayuntamientos

Nabarniz marca el 'techo' del endeudamiento, que equivale a 1.675 euros por habitante, mientras que 36 poblaciones no debían nada en 2006 «Tener deudas no es malo si va unido a inversiones», asegura el TVC

Yolanda Veiga

Lunes, 26 de mayo 2008, 09:59

Si cada vizcaíno se rascase el bolsillo y aportase 312,5 euros al cajón común quedaría saldada la deuda que tienen contraídos los ayuntamientos del territorio, que supone en torno al 16% de sus ingresos anuales. Claro que las cifras medias no suelen contentar a casi nadie, porque sólo un puñado de poblaciones se sitúa en torno a ese porcentaje. La mayoría se encuentra por debajo y unos cuantos presentan pagos pendientes más cuantiosos.

Según el balance de endeudamiento correspondiente al año 2006 que elabora la Diputación, el 'techo' de la deuda en Vizcaya alcanza los 1.675 euros por habitante en Nabarniz, seguido de Orduña, que tendría que pagar 969 euros por residente para cuadrar sus cuentas, Ziortza-Bolivar (894), Iurreta (872) y un largo etcétera. A la cola, con deuda cero, hay 36 localidades.

Lejos de sacar cualquier conclusión de tipo catastrofista, los ayuntamientos más endeudados aseguran que no hay riesgo de quiebra. El Tribunal Vasco de Cuentas secunda esta tesis. «El endeudamiento no es negativo si va unido a inversiones. Una deuda alta no es un 'agujero' ni compromete el funcionamiento del Ayuntamiento si se puede ir pagando», justifican.

Así, por muy escandalosos que parezcan los números, «ni el Ayuntamiento está en crisis ni es algo alarmante», zanjan en Nabarniz. Esta pequeña población de menos de 300 habitantes acumulaba en 2006 una deuda viva relativa superior al 40% de sus ingresos. Dicho de otra manera, cada vecino debería pagar 1.675 euros para saldarla. El Consistorio la contrajo hace siete u ocho años, cuando pidió «un préstamo para el frontón». Una obra así en un pueblo que presupuesta en torno a los 700.000 euros al año, hace mella. «Era un proyecto excesivamente caro, pero había que hacerlo», explican sus dirigentes.

«Simbólica»

En los ayuntamientos, los créditos, como las hipotecas, se pagan a largo plazo, de manera que la partida que se reserva cada año a tal fin tampoco es tan abultada. Del 5,9% en el caso de Markina, que según los datos de 2006 tenía una deuda viva per cápita de 705 euros. Hoy le quedan por pagar menos de tres millones -su presupuesto anual ronda los siete millones-, que se irán devolviendo en quince años. «El Ayuntamiento se endeudó millón y medio para pagar una residencia y otro tanto para el proyecto del campo de fútbol, los únicos planes para los que ha necesitado financiación exterior», comenta el alcalde, Javi Alberdi.

Markina y Nabarniz son localidades de menos de 5.000 habitantes, como casi todas las que acumulan mayores deudas. «Tienen menos ingresos, pero las necesidades de inversión no disminuyen porque haya menos población. La electricidad o el saneamiento hay que hacerlo en todas partes», apuntan desde el Tribunal Vasco de Cuentas. En Ziortza-Bolivar también fue un frontón lo que endeudó las arcas municipales -894 euros de pago pendiente por vecino-, y en Areatza las obras de urbanización del casco viejo supusieron «un desembolso importante», tanto como el equivalente a 673 euros por habitante.

En Orduña -está segundo en el ranking con una deuda de 969 por persona- las obras acometidas en los últimos cuatro años -inversión en el hotel-balneario, mejora del casco histórico, etc- «han renovado y transformado» la ciudad, pero también han pasado factura. Por eso, este año «se han aplicado medidas de contención y se ha reducido mucho el presupuesto» para no endeudarse más, explica el alcalde, Ricardo Gutiérrez.

«Gran esfuerzo»

En la mayoría de los ayuntamientos consultados, los datos que arrojaba el balance de 2006 son hoy más bajos. Se da el caso, incluso, de otros que ya la han saldado. Como Arrieta. «Hace un tiempo se pidieron setenta millones de las antiguas pesetas para comprar un edificio para servicios municipales, pero en mayo de 2006 se vendieron unos terrenos y se liquidó», aseguran en el Consistorio, que hoy mantiene «una deuda simbólica» y presenta «cuentas saneadas».

Aunque el porcentaje de deuda es más abultado, no sólo los ayuntamientos pequeños deben dinero al banco. También los más poblados. En Portugalete, por ejemplo, el montante del préstamo a pagar en la actualidad asciende a 2,7 millones de euros, una ínfima cantidad comparada con los 65 millones presupuestados.

En 2006, Portugalete figuraba entre los municipios más poblados con mayor deuda, pero por una situación «excepcional». «Se pidieron 9,4 millones para pagar la expropiación de una ladera donde los dueños querían edificar, pero hicimos un gran esfuerzo y vendimos unos terrenos para saldarla», relata el edil de Hacienda, Santiago Pérez. Así que el de Portugalete es otro ejemplo de cómo los datos de endeudamiento pueden dar un vuelco de signo positivo o negativo de un ejercicio a otro.

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