Borrar
La Bonoloto de hoy miércoles: comprobar resultados del 26 de marzo
CODO CON CODO. Tres profesoras atienden a los alumnos en un instituto de Getxo. / EL CORREO
Todos los centros vascos tendrán voluntarios para mejorar el aprendizaje y la convivencia
EL FUTURO DE LA EDUCACIÓN EN EUSKADI

Todos los centros vascos tendrán voluntarios para mejorar el aprendizaje y la convivencia

Padres, vecinos y profesores jubilados podrán participar en las clases

ISABEL URRUTIA

Martes, 19 de febrero 2008, 08:34

«Éste será el primer gran hito. Queremos dar a conocer nuestro proyecto y esto es un marco inmejorable», declaró ayer Tontxu Campos, consejero vasco de Educación, en la inauguración del Congreso de Comunidades de Aprendizaje que tuvo lugar en el Palacio Euskalduna de Bilbao y que contó con la presencia de especialistas de EE UU y Finlandia. Ante un auditorio rebosante -se estima una participación de más de 1.200 personas-, anunció que su departamento pretende implantar grupos de voluntarios en todas las escuelas y centros educativos del País Vasco.

Llevan varios años en ello. En la actualidad, Euskadi cuenta con 20 colegios e institutos involucrados (16 en Vizcaya) y otros dos están a punto de sumarse al proyecto. Y, bien, ¿qué son realmente las 'comunidades de aprendizaje'? Pues una manera de introducir en el aula colaboradores -estudiantes universitarios en prácticas, ex alumnos, educadores sociales, profesores de refuerzo lingüístico y de pedagogía terapéutica, maestros jubilados, padres o representantes del vecindario en general-, con el fin de crear un clima de confianza que facilite el aprendizaje. «Está claro que en el colegio hay que trabajar, pero también deberíamos intentar que los chicos sean felices».

El papel de los voluntarios no consiste en impartir clases, sino en fomentar la participación e inculcar valores de convivencia y solidaridad. «No nos confundamos, no es una iniciativa para escuelas con problemas. Todos los centros de Primaria y Secundaria se pueden ver beneficiados», puntualizó el consejero de Educación. Una apuesta que, por tanto, se desmarca radicalmente de la práctica estadounidense. «En mi país -aclaraba Michael Apple, profesor de Política Educativa en la Universidad de Wisconsin-, estos proyectos se dirigen a los más desfavorecidos, chavales inmigrantes y sin recursos».

Los docentes vascos se muestran expectantes. Y los que ya han puesto en marcha la iniciativa se sienten satisfechos: la presencia de varios adultos en el aula mitiga la conflictividad, reduce las interrupciones en clase y permite que los alumnos reciban un trato más personalizado. Todo son ventajas. Ahora bien, esto mismo, ¿no lo pueden conseguir los centros educativos por sí mismos? Tontxu Campos piensa que, a estas alturas, no hay vuelta de hoja. «La escuelas están desbordadas, se enfrentan a demasiados retos y solas no podrán solucionarlos. Tenemos que abrir las aulas a los padres, al barrio, a la sociedad entera Sólo así podrán superar los desafíos. Solas es imposible».

Esta cura de humildad, subraya el consejero, es común a todo el Viejo Continente. «El pasado jueves, estuve en el Consejo Europeo de Ministros, en Bruselas. Y allí, con representantes de los 27 Estados, me di cuenta de que nos unen muchas cosas. Compartimos las mismas preocupaciones, aunque los puntos de partida sean muy distintos. Hay que integrar los colegios e institutos, vincularlo con el entorno. ¿Tengo verdadera fijación en este tema!». Fue el pasado año, cuando en su Departamento decidieron generalizar el proyecto. Hasta el punto de que, en palabras de Tontxu Campos, «la meta es hacer de Euskadi una 'gran comunidad de aprendizaje', donde todos los agentes sociales se impliquen y trabajen para formar mejores personas».

«Entre todos»

El especialista estadounidense Michael Apple alabó el compromiso del País Vasco aunque también dejó entrever el peligro de que «esto se interprete como un simple ahorro por parte de la Administración». Y nada más lejos, en palabras del experto, porque «de lo que se trata es de colaborar entre todos, la idea no es sustituir una cosa por otra, sino de dar cabida a la cultura popular, a la gente del vecindario, dar voz a a las familias y grupos que reivindican la justicia social. Eso no perjudica a nadie, nos beneficia a todos».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Todos los centros vascos tendrán voluntarios para mejorar el aprendizaje y la convivencia