Denuncian a cuatro policías locales de Portugalete por una presunta agresión

Un joven baracaldés ha denunciado a cuatro policías locales de Portugalete por una presunta agresión ocurrida la madrugada del domingo en la villa. J.M.H.S. fue ayer dado de alta tras permanecer cuatro días ingresado en el hospital de Cruces con numerosas lesiones: un derrame en el ojo, el pómulo hundido, marcas de golpes en el abdomen, una brecha en la cabeza y el hombro dislocado. Todo, según asegura, por dejar estacionado su coche -que entre semana emplea para repartir periódicos-, sobre una línea amarilla. La versión de la guardia urbana, sin embargo, es bien distinta. Subraya que los golpes se produjeron tras abalanzarse esta persona sobre un agente, caer los dos al suelo y golpearse la cabeza contra un bordillo. La jefatura del cuerpo le ha denunciado en los juzgados ya que el policía ha causado baja.

Los hechos se produjeron a las dos de la madrugada en la calle General Castaños. Txema y tres amigos salían de una cervecería y vieron que una patrulla estaba multando su vehículo, un 'Volkswagen Golf'. Según la denuncia interpuesta ante el departamento de Interior, los agentes le preguntaron si había bebido y éste les contestó que «un vino y dos cervezas».

Los policías solicitaron entonces un etilómetro para hacerle un control de alcoholemia. «Soplé dos veces y di negativo», insistía ayer el baracaldés. El escrito de denuncia subraya que un agente le aseguró que estaba «haciendo mal» la prueba y, como le veía con síntomas de haber bebido, la grúa se iba a llevar el coche.

«Les pedí que no se lo llevaran, que me haría cargo de la multa», remarca. Ante la negativa policial, Txema llamó a su padre por el móvil, según el escrito de denuncia, para que viniera a recogerles. Fue en ese momento, según los jóvenes, cuando un agente le golpeó en la cabeza, de la que empezó a sangrar «abundantemente» antes de caer desplomado. Cuando estaba en el suelo, y siempre según su relato, otros tres policías se habrían abalanzado sobre él, propinándole golpes «por todo el cuerpo». En la refriega también se vio involucrado otro joven.

La versión de la Policía guarda importantes discrepancias. El concejal de Seguridad Ciudadana, Mikel Torres, subraya que la actitud de esta persona «fue extremadamente violenta» hacia las patrullas. El edil asegura que «insultó y hasta escupió» a un agente porque no le dejaba llevarse el turismo. «Además, tenía claros síntomas de haber bebido e insistía en realizar mal el control de alcoholemia, no soplaba bien». Por último, Mikel Torres insiste en que el atestado refleja «claramente» que fue el joven quien se abalanzó sobre los agentes «y no al revés».

«Mover cielo y tierra»

La familia de la víctima entiende que éste es un ejemplo claro de abuso de autoridad y está dispuesta a «mover cielo y tierra» para defender a Txema. «Lo que dice la Policía son todo mentiras», sostiene su hermana. El portavoz del grupo municipal del PNV, Javier Miranda, reconoce que no ha podido constatar la veracidad de lo ocurrido, pero sí que le han llegado «rumores» de que en actuaciones puntuales algunos guardias se habrían «excedido» en sus funciones. «La Policía se pone la venda antes de tener la herida y, cuando ocurren altercados, lo primero que hace es denunciarlo a los juzgados para protegerse», critica.

Incluso el Ararteko ha recriminado al menos en dos ocasiones al cuerpo policial de la villa jarrillera por actuaciones irregulares, aunque en ambos casos no hubiese agresiones de por medio. Una se remonta al 9 de diciembre de 2004. Entonces, un magrebí les denunció por haberle tratado con «expresiones xenófobas e irrespetuosas» cuando se encontraba vendiendo en el mercadillo. La otra se produjo meses antes a causa de la inmovilización de un vehículo en la vía pública.