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Parodia. Un joven con una careta de Koch, presidente de Hesse. / AP
Reeducación en Siberia
viejos tiempos

Reeducación en Siberia

Un gobierno regional germano deporta durante medio año a la estepa rusa a un adolescente autor de actos vandálicos

ENRIQUE MÜLLER

Viernes, 18 de enero 2008, 09:48

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Cada vez que Kurt, un joven alemán de 16 años, se siente agobiado por los efectos de la digestión tiene que caminar sobre la nieve y dirigirse a una caseta de madera que él mismo construyó para hacer sus necesidades. Cuando desea lavarse debe acudir a un pozo situado a doscientos metros para buscar agua y si se olvida de cortar leña su cabaña se convierte en una nevera. Vive desde junio en Sedelnikovo, una remota aldea de Siberia, donde actualmente la temperatura no sube de 30 grados bajo cero.

Allí decidieron enviarle las autoridades sociales de la ciudad de Giessen, en el estado de Hesse. Kurt, culpable de múltiples actos de vandalismo, busca su reeducación en la estepa, un medio hostil donde no existe ni la televisión ni Internet, sus 'otras' pasiones.

En medio de la furiosa campaña xenófoba que lleva a cabo el candidato de la CDU en Hesse, Roland Koch, que pidió la expulsión de Alemania de los jóvenes delincuentes de origen extranjero, la prensa descubrió al adolescente deportado. «Hesse envía a un matón a Siberia», tituló ayer el 'Bild' en su primera página. El rotativo sensacionalista reveló detalles de la personalidad del adolescente y sus nuevas condiciones de vida. «Había golpeado incluso a sus educadores. El joven debe aprender, bajo extremas condiciones climáticas y un exigente trabajo físico, a controlar sus agresiones», añadió el periódico germano.

La reeducación de Kurt en la estepa siberiana durará hasta final de mes y las autoridades creen, de acuerdo a los informes que han recibido, que Kurt podrá reiniciar su educación escolar en un establecimiento normal. Después de confirmar las revelaciones periodísticas, los responsables de educación de Giessen señalaron que el joven no había sido enviado a Siberia en contra de su voluntad.

«La última opción»

«No fue una decisión normal, pero era la última opción que tenía», dijo al 'Bild' Sefan Becker, responsable de la oficina de servicios sociales de Giessen. «Tampoco se trata de un castigo, sino de una experiencia educativa. Nos ha dicho que, por primera vez en muchos años, se siente a gusto con lo que hace y si fuera por él, se quedaría más tiempo», añadió.

De hecho, la práctica de enviar jóvenes violentos a 'campos de reeducación' en el extranjero es una medida común en Alemania, donde las autoridades 'deportaron', sólo en 2006, a más de seiscientos adolescentes a diferentes países europeos. Pero el programa no está exento de críticas. Algunos expertos denuncian que las autoridades pretenden ahorrar dinero y también han cuestionado la pedagogía del sistema, después de que un chaval germano de 14 años asesinara en Grecia a su cuidador.

El caso de Kurt ha tenido una enorme repercusión mediática a causa de la batalla verbal que envenena la convivencia política en el seno del Gobierno de gran coalición provocada por Koch. El democristiano recibió el apoyo incondicional de su partido y del 'Bild', pero las últimas encuestas anuncian su derrota en Hesse ante la socialdemócrata Andrea Ypsilanti.

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