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José Javier Abásolo, autor de novela negra. / LUIS ÁNGEL GÓMEZ
Abásolo mete a un ertzaina en oscuras tramas neoyorquinas
CULTURA

Abásolo mete a un ertzaina en oscuras tramas neoyorquinas

El escritor bilbaíno publica 'Heridas permanentes' convencido de que «la novela es el género realista por excelencia»

ELENA SIERRA

Miércoles, 19 de diciembre 2007, 10:29

Un ertzaina en Nueva York. Dos investigaciones muy distintas en las que Jon Aldekoa, que así se llama el protagonista, ejerce de detective y puede terminar convirtiéndose también en sospechoso. Asesinos en serie, Harlem y el Bronx, cruce de razas, hamburguesas... El escritor bilbaíno José Javier Abasolo ha metido en su maleta todas las piezas del género negro y ha abandonado su escenario habitual, la Villa, para contarnos en 'Heridas permanentes' (Tropismos) una trama de policías con muchos recovecos en la Gran Manzana.

«Me he divertido mucho», reconoce el autor. Para dar forma a su última novela, Abasolo ha rescatado de la memoria esas películas, series y libros con los que se ha criado y que suceden en Nueva York, con policías de todos los colores y razas tratando de poner orden. Quería hacer que interactuaran. «Lo más interesante es el contacto entre personajes. Son tan diferentes, quería jugar con eso», explica. Al «tópico del policía de origen irlandés», al «gafe detective italiano, que cuando cae un caso en sus manos parece que nunca se resuelve», y al jefe de origen mexicano se suma un traumatizado ertzaina en cursillo de perfeccionamiento.

Entretenimiento como escritor aparte, la historia tenía que resultar creíble. Sobre todo si un autor que tiene acostumbrados a sus seguidores al escenario bilbaíno se traslada al otro lado del charco. «Hay que echarle mucha imaginación, claro, pero la literatura de género tiene que ser verosímil», sostiene Abasolo, quien defiende que «el género realista por excelencia es el de la novela negra», encargada de poner en el papel las pasiones ocultas, los límites y los bajos instintos.

En este caso, cuenta con la ventaja de que el público, gracias a los medios audiovisuales y a los libros, conoce Nueva York, sabe los nombres de sus barrios y sus calles, sabe que es un crisol de razas y que allí casi todo es posible. «Es que hoy en día la conocemos todos, por la globalización y como escenario tiene unas características únicas, su apertura al mundo, ese cruce de culturas...».

Ello facilita que Jon Aldekoa ande por la gran ciudad como un personaje más. Este ertzaina, metido en el País Vasco en una investigación que involucra a altos cargos en asuntos sucios, decide quitarse de enmedio y aceptar el curso de perfeccionamiento en Norteamérica para huir de sus problemas. «Pero como todos sabemos, los problemas siempre viajan contigo», dice Abasalo. Su novia fue asesinada en Irak por un grupo de militares yanquis mientras realizaba su labor de periodista, y no se lo puede quitar de la cabeza. «'Heridas permanentes' es ante todo una novela negra, pero quería introducir la idea de que en las guerras nadie gana, todos pierden. Incluso los que creen que han ganado, han sufrido», señala el autor.

En la Gran Manzana el problema vuelve a acosar a Aldekoa: alguien está matando a los culpables de la muerte de su novia y todo apunta a que podría ser él mismo. Además, el ertzaina y sus nuevos compañeros deben encontrar al asesino en serie que se dedica a matar mujeres hispanas, y su origen parece el único vínculo entre ellas. De por medio, también, una historia de amor, «que no se me dan muy bien, eso ya me lo dicen mis amigos», se ríe el escritor. Volverá a intentarlo. Pero la próxima vez, asegura, el argumento volverá a desarrollarse en Bilbao.

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