Orbaiz trabaja su punto débil

Pablo Orbaiz busca por todos los medios no ampliar su historial médico. Como él mismo dice, ya ha pasado «demasiados» meses sin competir por culpa de las lesiones. Roturas de ligamentos, problemas musculares, infecciones en la rodilla... El navarro ha dicho basta. Ayer, en Lezama, fue el único que salió al exterior a ejercitarse. Y lo hizo para proseguir con su plan específico para reforzar las articulaciones.

Mientras sus compañeros se 'machacaban' en el gimnasio, el centrocampista corrió durante cerca de media hora por los bosques que rodean las instalaciones del Athletic. Junto a Xabi Clemente, preparador físico, el futbolista se puso manos a la obra a las 10.45 horas.

Tras caminar unos metros y calentar, el pivote se acercó hasta una loma con gran desnivel, que rodea el campo número uno de Lezama, y de inmediato, empezó a subir la cuesta y a bajarla a toda velocidad. ¿El objetivo? Reforzar la musculatura que rodea sus articulaciones. De esta forma, según los médicos, correrá menos riesgo de caer lesionado en el futuro. A la media hora, dio por concluida la sesión.

Orbaiz aumentó ayer las cargas de trabajo ya que no jugará el próximo choque, ante el Mallorca (Ono Estadi; domingo, 17 horas), por estar sancionado por acumulación de tarjetas amarillas. El día, sin un compromiso cerca por delante, se convirtió así en una oportunidad perfecta para seguir el plan específico.

Al navarro no le cuesta admitir que sigue unos cuidados especiales. Ya lo dijo públicamente en rueda de prensa: «Como todos sabéis, he tenido lesiones que ya están curadas, pero que no se pueden olvidar. Hay que seguir mejorando. Tengo que ponerme más fuerte (...). Para ellos sigo un plan específico para reforzar las rodillas y tobillos (...). Intento reforzar la musculatura, y que mis rodillas y tobillos sufran menos».

El centrocampista sufrió su primera lesión grave en enero de 2003. En un Racing-Athletic, el jugador, internacional por aquel entonces, se rompió el ligamento cruzado anterior de la pierna izquierda. Posteriormente, en el curso 2006/07, sufrió la misma rotura, pero en la rodilla derecha. Orbaiz lo tiene claro: nunca más.