'El Sevilla', un torero del Ebro
Desde los seis años en Viana, Antonio Robles se hizo profesional con la 'gente del toro' de Logroño, tras sus inicios en capeas con 'Rubito' por pueblos de La Rioja y Navarra
PEDRO MARI AZOFRA
Lunes, 29 de octubre 2007, 09:07
Antonio Robles Arriaga, 'El Sevilla' en el mundo taurino, nació en la ciudad del Betis, llegó con 6 años a Viana, de donde era su madre, y aquí hizo la primera comunión. Ya ha cumplido 70 años. En los años 50, alternando su empleo de panadero y a golpe de bicicleta, frecuentó capeos con 'Rubito de Viana' y en plazas como Olite, Aldeanueva, Quel, Autol, Andosilla o similares estoqueó novillos o vacas. Pronto desistió de flirtear con la muleta y se agarró al capote de brega auxiliando a todo chaval que pisaba las plazas de La Rioja y Navarra.
Sus primeros pasos de profesional los dio con Pepe Rioja, Barquero, Ciriaco, Matorro e Illera, banderilleros logroñeses que en los 60 copaban los festejos del Norte. Antonio nos cuenta: «Pepe Rioja era muy habilidoso y nos daba festejos a todos. La primera vez que fui de banderillero me mandó con Pepe Osuna a una corrida en Miranda de Ebro. Había muchos festejos sin caballos y faltaban banderilleros. A veces hacíamos tres la tarea de nueve y repartíamos los nueve sueldos, con lo que se ganaba más que toreando en una corrida de toros».
Antonio se abrió paso en las cuadrillas de modestos, como Chacarte, El Regio, Juan José, Campano o Giraldo, entre cientos más, para colocarse con Antoñete, Mendes, Curro Romero, Pepe Luis Vázquez, Rafael de Paula y con Rafael Camino, con el que se cortó la coleta el 12 de octubre de 1992 en Zaragoza tras apuntillar al Titineco de Dolores Aguirre. Un poco desengañado con el sistema de moda en el trato a las cuadrillas. «Obligaban a ir a un lugar de Madrid para salir con el coche de cuadrillas pero debías pagarte el tren, el taxi y, comida del viaje. No teniendo necesidad, era un poco duro, por lo que con 55 años me quité», recuerda.
Siempre de 'tercero'
Siempre toreó de 'tercero', que es el subalterno que pone el segundo par a los dos toros de su maestro y los apuntilla tras la estocada o después del descabello, que ejercitó en el matadero logroñés.
'El Sevilla' no olvida las mañas y, como le puede la afición, ahí está en las plazas cercanas con el 'cachete' rematando novillos o sirviendo banderillas que él confecciona: «Ya lo voy a dejar. Tiene trabajo, hay que encargar el palo, vestirlas, desplazarse a las plazas y se va perdiendo afición que es lo que te mantiene. Cada par vale 9 euros y he estado llevando a Llodio, San Adrián, Lodosa, Navarrete, Cenicero, Aldeanueva, Olite Si cuentas viajes, comida y demás no queda un duro. Tiene de bonito que sigues en la plaza».
'El Sevilla' ha cotizado por 2.370 festejos toreados, más los casi 30 años que fue doblador, empezó con Chico de Olite, Isidro Marín y Alaiza, y 18 puntillero en Pamplona donde a veces actuaba doblando, en un festival mañanero y en la corrida de la tarde.
«Yo le he ganado un dinero considerable al toreo. Antes respetaban a los puntilleros y recuerdo la felicitación de Ordóñez por mi eficacia en un mano a mano pamplonés con Camino. Hoy el puntillero no existe oficialmente. Todos los 'terceros' de las cuadrillas cachetean y así se ve lo que se ve. No me faltó nunca 'jefe' porque se valoraba la puntilla para redondear las faenas», explica.
Debido a sus múltiples actuaciones percibe un sueldo de jubilación alto por cotizar en nivel especial. Vive con Mariluz, su esposa desde 1964, en una casa de tres pisos y bajera que estrenó hace 6 años y su única hija, Nuria, está casada en Pamplona, donde estudió la carrera y trabaja de enfermera. Al lado, tiene el torero su 'laboratorio' de talla y fundición donde punzonea, diseña, esculpe, graba y cincela en metal, madera y piedra.
Hablamos de los toreros de La Rioja y Navarra que le dejaron huella y le cuesta mucho espigar recuerdos: «Sergio Sánchez es lo más sencillo y afable que hemos tenido. Torero fácil. De Gallito de Alfaro recuerdo algún buen pase, El Satélite era buen torero y Chucho Ortega ha sido el que mejor ha toreado con la capa».
Antonio fue maestro en los principios toreros de Amilburu, Buzarrita, El Niño del Piquillo, de Lodosa (hoy en la cuadrilla de Hermoso de Mendoza), Paquito de Torre, Pablo Simón 'Chicuelín' y ha organizado numerosos festejos, especialmente en Aldeanueva de Ebro donde gestionó la plaza casi 20 años y era conocido por 'Julito', por el parecido con un nativo aldeano homónimo.
Cuando habla de las aficiones taurinas actuales y las pasadas nos aclara que «antes había más aficionados y hasta hacían un sacrificio económico por ver festejos modestos. Actualmente se mueve más el público con posibles en festejos estelares por aquello de lo que representa socialmente verse en algún suceso distinguido. Es otro tiempo y hay más diversidad de diversión en las fiestas hasta de lugares menores».
El histórico banderillero ha tenido suerte con la lesiones. Sólo cuenta una cornada que recibió en un festival de Navarrete, en el que participaba Pedrés y al que fue por pasar la tarde.
No resultó grave, pero le estropeó algunos festejos cerrados y también sus sueldos correspondientes.