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MACUA charla con Ercoreca en la asamblea del jueves.
En la cocina de la asamblea
ATHLETIC

En la cocina de la asamblea

Los colaboradores de Lertxundi y Arrate tuvieron que intensificar el trabajo en la trastienda cuando, como le ha ocurrido a Macua, les tumbaron las cuentas

IVÁN ORIO

Sábado, 27 de octubre 2007, 04:15

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Fernando García Macua y sus colaboradores deben reponerse cuanto antes del serio revés sufrido en la asamblea de compromisarios para poner en marcha una nueva maquinaria que les permita convencer a los socios de la bondad de su proyecto económico. El abogado bilbaíno no es el primer presidente que recibe un 'no' a los presupuestos y a la subida de las cuotas -ya les pasó a José Julián Lertxundi y a José María Arrate a principios de los 90-, pero quizás en su caso el mazazo ha sido mayor porque el rechazo ha sido inesperado. El presidente y sus hombres de confianza tienen ante sí unos días muy intensos en los que tendrán que pasar muchas horas en la cocina para preparar a fuego lento la próxima asamblea. Se ha demostrado que en la noche del jueves algunos ingredientes no estaban cocidos del todo, probablemente por un cierto exceso de confianza en el resultado final.

Tanto en el caso de Lertxundi como en el de Arrate la historia se repitió. Bofetada a las cuentas en la primera sesión del 'parlamento' y holgada mayoría en la segunda. El castigo a Lertxundi se produjo el 8 de septiembre de 1992 en un 'cónclave' tenso en el que los compromisarios rechazaron un incremento de casi el 21% en los precios de los carnés. Algunos sectores incluso reprobaron su gestión en los dos años que llevaba de mandato. El perdón llegó cinco semanas después y el ex presidente pudo salir airoso de una situación bastante delicada. El empresario vinatero, por su parte, conoció la 'condena' el 28 de octubre de 1994, cuando los socios derrumbaron por abrumadora mayoría sus planes contables y el aumento de un 22% para las cuotas. Su 'indulto', materializado en un respaldo considerable a su propuesta treinta días después, sirvió de nuevo para firmar la paz con la masa social.

El efecto imán

Es evidente que en el tiempo transcurrido entre la asamblea negativa y la positiva hubo ajetreo en la trastienda. Las juntas directivas tuvieron que realizar intensos movimientos para que los socios conocieran de primera mano y de forma pormenorizada las partidas del presupuesto y su destino concreto; y, también, para atraerse a los compromisarios que tienen un efecto imán sobre un importante número de socios, aunque a priori no sintonizaran con ellos.

A nadie se le escapa que en el seno del 'parlamento' rojiblanco hay grupos más poderosos que otros y que contar con su confianza supone un balón de oxígeno cuando los asuntos a tratar son de trascendencia. Lertxundi no oculta su rechazo al actual sistema de nombramiento de los compromisarios -diez firmas de otros tantos socios- y aboga por el antiguo, en el que los representantes se elegían por sorteo. La aleatoriedad, sostiene, impedía que surgieran «reinos de taifas perfectamente instalados» que podían desestabilizar la labor del presidente.

Macua ya ha anunciado públicamente que en la próxima reunión con los socios presentará el mismo presupuesto que puso encima de la mesa el jueves, aunque reconoció que habrá que hacer hincapié en el trabajo pedagógico y divulgativo para no sufrir otro revés. Y es que un nuevo rechazo a sus cuentas sería un mal trago difícil de digerir.

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