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ENVERGADURA. Ramos intenta cerrar el rebote al estudiantil Young en pretemporada. / E. C.
El Superman boricua
TAU CERÁMICA

El Superman boricua

Con 22 años y 2,21 metros de altura, Peter John Ramos ejerce de techo de la ACB enrolado en el Fuenlabrada y ya es el máximo taponador de la competición

C. PÉREZ DE ARRILUCEA c.p.arrilucea@diario-elcorreo.com

Miércoles, 17 de octubre 2007, 04:26

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Es el techo de la ACB y reside en Fuenlabrada. Sus interminables 221 centímetros de altura serán mañana una muralla a superar para los interiores del Baskonia en el pabellón Fernando Martín. Mucho ojo con Peter John Ramos. Tan sólo ha disputado dos encuentros en la Liga ACB y ya es el máximo taponador de la competición, con 3 'chapas' por partido. Con 22 años, su mochila de viajero guarda multitud de vivencias que contar. La suya es una corta pero intensa carrera baloncestística que aún no ha escrito su capítulo final. Y en ella priman la fe ciega en sus posibilidades y su determinación, a pesar de los reveses o los errores de juventud. Por algo es natural de Fajardo, una pequeña localidad del Este de Puerto Rico cuyos pobladores son conocidos por su carácter inquebrantable.

Para el Alta Gestión Fuenlabrada, la llegada de John Peter Ramos ha supuesto una auténtica bocanada de juventud para una plantilla en la que ha primado la veteranía. No en balde, una reciente encuesta en la web oficial del club madrileño le apuntó como el jugador favorito de los aficionados entre las nuevas incorporaciones. No está mal para empezar.

A pesar de su juventud, al jugador boricua la vida ya le ha enseñado unas cuantas lecciones. La primera fue la del desarraigo de su tierra natal. «Puerto Rico y su gente se añoran siempre», confiesa. Miembro de una familia obligada a sobrevivir al abandono del padre, Ramos emigró con tan sólo cinco años con sus otros cuatro hermanos y su madre a Nueva York. Una vida de constante supervivencia marcó su niñez en Brooklyn, arropado al menos por la nutrida colonia puertorriqueña. Ya por aquel entonces su talla comenzaba a descollar y tuvo sus primeros titubeos con el baloncesto.

La irrupción definitiva de Peter John Ramos en el mundo profesional de la canasta es tan precoz como fruto del azar. Con sólo catorce años sus entonces 2,10 metros de altura coincidieron en una tienda de su barrio de adopción con un ex jugador puertorriqueño con contactos en la isla caribeña e hilo directo con el presidente del Criollos de Caguas, Félix Rivera. Éste apenas tardó en viajar a Nueva York para entrevistarse con Ramos y ofrecerle un contrato profesional.

Aprendizaje constante

«Hasta entonces, el baloncesto no era algo especial para mí. Había jugado en la 'high school', en la calle o en alguna Liga menor», rememora el pívot del 'Fuenla'. Sin haber cumplido los quince, debutó en la Liga portorriqueña. A partir de ahí, comenzó un lento pero constante aprendizaje.

La competición puertorriqueña y los Criollos de Caguas fueron su centro de alto rendimiento hasta el decisivo verano de 2004. A los 19 años, Peter John Ramos emprende entonces un auténtico salto sin red al declararse elegible para el 'draft' de la NBA. Los Washington Wizards le eligieron en segunda ronda y le ofrecieronn un contrato. Quizás fuera un caramelo envenenado, pero lo aceptó para después apenas jugar minutos en la primera liga del mundo. «Lo hice porque pensé que estaba listo. Cogí el contrato de tres años y estuve bien», afirma Ramos.

Su estancia en Washington apenas duró una temporada, ya que seguidamente cayó a la Liga de Desarrollo enrolado en los Roanoke Dazzle y los Idaho Stampede. De ahí, viaje de retorno a Puerto Rico y suscribir posteriormente un contrato de dos temporadas con el Fuenlabrada.

Lejos de casa, en la piel de Peter John Ramos también está escrita su historia familiar. Los nombres de sus hermanos y de su madre brillan en un tren superior repleto de tatuajes. En el bíceps de su brazo izquierdo el logotipo de Superman y la frase 'Hombre de acero' resumen su filosofía. «Significa que soy el protector de mi familia. El que cuida de todos ellos. Soy joven y quiero mejorar para intentar de nuevo jugar algún día en la NBA».

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