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VASCOS. Desde la izquierda, García González, De la Maza y Sacristán. / B. CORRAL
Arbitraje preventivo
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Arbitraje preventivo

La FIBA pide el mayor celo en los finales de partido y refresca el concepto de falta antideportiva

J. M. CORTIZAS

Jueves, 4 de octubre 2007, 04:24

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La temporada 2007-08 no incluirá variaciones en las reglas del juego. Posiblemente llegarán, como suele ser habitual, en el siguiente curso en su condición de año olímpico. Los árbitros de la ACB sólo han sido requeridos por la FIBA para que extremen su celo en los finales de partido, que se han convertido en el escenario del todo vale con el que los equipos quieren sacar tajada. El reglamento es claro, pero nunca está de más recordarlo, por lo que la Federación Internacional ha apelado a los colegiados para que actualicen conceptos que confluyan en un criterio único. Es complicado, porque el baloncesto en sí, en estado puro, ya lo es. Si median argucias, búsquedas alegales de ventajas y situaciones extremas que no se separan una micra de lo que reza la norma, el resultado puede parecer catatónico.

Kiko de la Maza, afronta la que será su vigésima temporada en la ACB con serenidad y ganas de verse de nuevo en activo tras los bolos veraniegos. El colegiado bilbaíno -que junto a los también vizcaínos Juan Carlos García González y Antonio Sacristán defienden el pabellón vasco en su colectivo-, explica a los lectores de EL CORREO la filosofía y criterios acuñados para la campaña 2007-08.

«De la FIBA sólo ha llegado su inquietud por la interpretación de las antideportivas y las simulaciones. No hay novedades, sólo el recordatorio de la regla en sí. Se han constatado los problemas que aparecen en los finales igualados. Con las antideportivas se penaliza, básicamente, el contacto excesivo o la dureza excesiva. Vamos a buscar un arbitraje preventivo, del que ya se vio algún detalle en el Madrid-TAU de la Supercopa en relación con ese tipo de finales, con agarrones, faltas a jugadores en concreto o para que no corra el reloj. Los jugadores deben saber diferenciar entre una falta táctica con inteligencia y la que no lo es. Hablar con ellos en esos momentos, advertirles, puede ayudar. Respecto a las simulaciones, es muy peligroso que vayan a más y la gente crea que consigue que se piten faltas por las exageraciones, por el teatro. Además, en la reunión con los entrenadores hablamos de los pasos. En el caso de los altos se suelen ver muy claros. Hubo referencia a los exteriores en la recepción y salida, también en los de tres y cuatro tiempos para tirar triples», resume.

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