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A TOPE. Pardeza ha cerrado los fichajes de Ayala, Matuzalem, Oliveira y Luccin. / FOTOS: FERNANDO GÓMEZ
«Los entrenadores mandan, ahora se hace fútbol de autor»
MIGUEL PARDEZA, DIRECTOR DEPORTIVO DEL REAL ZARAGOZA

«Los entrenadores mandan, ahora se hace fútbol de autor»

«Salvo que consiga de repente una gran generación, al Athletic le va a costar mucho tener un equipo competitivo con lo reducido que tiene el mercado»

JON AGIRIANO

Sábado, 15 de septiembre 2007, 04:33

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Miguel Pardeza (Palma del Condado, Huelva, 1965) ejerce como director deportivo del Real Zaragoza, un equipo lleno de talento que esta noche visita San Mamés con la intención de romper su mala racha histórica en Bilbao y lograr su primera victoria de la temporada. El que fuera quinto miembro de la famosa Quinta del Buitre, el único que no pudo triunfar en el Real Madrid, es uno de esos casos atípicos que a veces emergen, con el resplandor de las grandes excepciones, en el mundo del fútbol. Doctor en Filosofía Hispánica -hizo su tesis sobre César González-Ruano, cuya ingente obra periodística reunió y editó-, estudiante de Derecho hasta cuarto de carrera y lector voraz, Pardeza pertenece a ese reducido grupo de personas capaces de conciliar la devoción por Maradona con la que también sienten por Borges. Culto, reflexivo y un punto orgulloso, el que fuera menudo delantero del Real Madrid, el Zaragoza campeón de la Recopa y el Puebla de México no parece a primera vista el sujeto más apropiado para moverse con firmeza y decisión en la peligrosa selva del mercado del fútbol. Pero el caso es que lo hace y que incluso disfruta, dice, de lo que su trabajo tiene de aventura. Para eso lee uno a Salgari cuando debe leerse a Salgari.

-Acaba de volver de unas breves vacaciones tras un par de meses supongo que bastante estresantes. Usted mismo suele decir que el verano es una dura partida de póker. ¿Cómo lleva la presión del cargo?

-Lo mejor que puedo. La verdad es que ha sido un verano muy complejo, muy ajetreado. Casi todas las operaciones que hemos hecho han tenido sus complicaciones. La salida de Milito no fue fácil, como tampoco lo han sido los fichajes de Ayala, de Matuzalem, de Oliveira, de Luccin...

-Por cierto, ¿cómo se gestó lo de Fabián Ayala, si puede saberse?

-Fue tan sencillo como depositar los 6 millones de su cláusula de rescisión. No hay más misterio. A él le atraía el proyecto y nosotros necesitábamos un central ya que habíamos perdido a Piqué y a Milito.

La huella del dinero

-¿Imaginó alguna vez, después de colgar las botas, que seguiría vinculado al fútbol como director deportivo?

-Sinceramente no. Yo estoy aquí un poco por accidente, para qué vamos a engañarnos. Mis aspiraciones cuando dejé el fútbol no estaban encaminadas hacia un cargo que, en aquella época, además, era bastante novedoso. Cuando me llamaron yo estaba haciendo mi tesis y colaborando en diversos medios de comunicación. Llevaba una vida bastante tranquila. Todo lo contrario que ahora.

-No sé por qué, pero no me lo imagino a usted negociando contratos hasta el amanecer, apretando tuercas a representantes y planificando operaciones relámpago como la de Ayala, por ejemplo.

-Bueno, a la fuerza ahorcan. También tiene su parte de aventura. Desde luego, cuando salga de aquí volveré a mi vida con un bagaje interesante porque este trabajo te ayuda a conocer facetas de la vida, de las personas y de las relaciones humanas que uno desconoce. Lo peor, sin duda, es la pérdida absoluta de privacidad y el hecho de estar expuesto constantemente. Esto exige dedicación plena. Trabajas todos los días, a todas horas. Por otro lado, el director deportivo es el rostro del fracaso. La victoria tiene muchos padres, pero cuando las cosas salen mal los señalados somos nosotros.

-Usted que está en el lío puede decirlo. ¿Es tan turbio el mundillo del fútbol como parece o no es para tanto?

-Hay más leyenda que otra cosa, pero francamente es un mundo superduro donde los intereses son muy grandes. En el fútbol se mueven cantidades ingentes de dinero y el dinero inevitablemente deja su huella.

Ser futbolista

-Es usted de Palma del Condado (Huelva). ¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol? ¿Tradición familiar?

-Lo mío fue generación espontánea. No había ningún antecedente en mi familia. Mi padre ni siquiera es un gran aficionado al fútbol. Yo empecé a jugar porque me gustaba y con 14 años me fichó el Real Madrid.

-Dejar el pueblo e irse a Madrid tuvo que ser una experiencia de esas que marcan.

-Efectivamente. Se me hizo duro, sobre todo porque suponía perder la protección familiar, pero yo lo tenía muy claro. Estaba muy convencido. A veces me asombra que tuviera tan claro con esos años que quería ser futbolista.

-¿Le enorgullece o le molesta que le hablen siempre de la Quinta del Buitre?

-Molestarme no. Es una referencia que está ahí, para bien o para mal, en los anales del fútbol español. Creo que su importancia radica en que aquella generación vino a representar un cambio de orientación. Veníamos del fracaso del 82 y había unos hábitos y unas inercias que habían tocado fondo. Y nuestra generación fue como la bandera de una forma distinta de ver el fútbol español.

-De los cinco miembros de la Quinta a usted se le recuerda como el que no pudo triunfar en el Real Madrid y tuvo que irse. ¿Le ha quedado esa espina clavada?

-¿Eso es una nota de distinción! Nunca he negado mi pasado madridista. Le debo mucho a ese club. Las circunstancias me trajeron aquí y tuve la suerte de poder ser protagonista de una de las etapas más gloriosas del Zaragoza.

-¿Cuál es su mejor recuerdo como futbolista?

-La Recopa del 95 y mi debut con la selección.

-¿Y el peor?

-Una lesión que se me complicó en 1993.

Maradona, el número uno

-¿Cada vez se juega peor al fútbol o eso son cuentos del abuelo Cebolleta?

-Son los típicos cuentos de los nostálgicos. Yo creo que al fútbol no se juega ni mejor ni peor. Está claro que, hoy en día, prevalecen nociones distintas a las de antes. Los entrenadores han cobrado un protagonismo que hace años no tenían. Los entrenadores mandan, ahora se hace fútbol de autor. Al jugador, en cambio, se le ha ido restando un cierto margen de libertad y eso redunda en un fútbol diferente, quizás menos atractivo, más táctico y con más músculo, pero no por ello peor. El buen futbolista, sin embargo, siempre destaca.

-Tengo entendido que es usted 'maradoniano'.

-Sí. Maradona forma parte de mi iconografía particular. Yo no llegué a ver a Pelé y alcancé muy poco a Cruyff. Maradona, en cambio, es el gran símbolo. Por reportajes que he visto y por comentarios de compañeros, creo que ha sido el más completo de la historia del fútbol mundial. No me quiero olvidar de Di Stéfano, al que yo le debo mucho, pero mi jugador de la historia es Maradona.

-Maradona es argentino, como Aimar, Ayala, Milito y D'Alessandro... Llevan tiempo ustedes apostado por Argentina como base del equipo. ¿Una apuesta segura?

-No es una cosa premeditada, aunque aquí hay una gran tradición de futbolistas sudamericanos. Realmente, es un mercado que no se puede obviar. Son jugadores muy competitivos y que vienen con un hambre tremenda.

-¿Es eso lo que les distingue?

-Creo que sí. El carácter ganador.

-¿Qué espera de su equipo esta temporada?

-Por lo menos, repetir lo del año pasado. Se ha hecho un gran esfuerzo para estar entre los siete primeros y se han generado grandes expectativas. Se ha dicho y escrito mucho sobre las posibilidades del Zaragoza, pero en el fútbol no hay nada cantado.

-¿Cómo ve la temporada? ¿Volverá a ser un duelo entre Barça y Madrid o hay otras alternativas?

-El Barca y el Madrid estarán ahí. Lo que no sé es quién será el invitado que esté con ellos hasta el final.

-¿Le ha sorprendido el espectacular comienzo del equipo de Schuster?

-No. Cuando empiezan los partidos de verdad, el Real Madrid siempre da otra medida. Es un equipo que se ha renovado lentamente y hay que tener en cuenta que algunos jugadores llegaron al final de la pretemporada y, lógicamente, necesitaron un poco de tiempo para acoplarse.

Una selección sin estilo

-Decía antes que uno de sus grandes recuerdos fue debutar con la selección. Hablemos de ella. ¿Cuál es su diagnóstico sobre los problemas que aquejan al equipo nacional?

-La selección está siempre en la reválida. Es un grupo que no termina de conseguir nada significativo para España y eso va minando su confianza y su credibilidad. Por otro lado, jugador por jugador no estamos a la altura de los mejores. Aquí hay grandes futbolistas, pero los mejores del mundo no son españoles. Ésta es una realidad futbolística innegable. Y no sólo eso. Tampoco tenemos la marca de identidad de otras selecciones como Italia o Alemania. España ha dado muchos tumbos en función del seleccionador de turno y no ha sido capaz de marcarse un estilo propio, defenderlo y cultivarlo.

-El sábado (hoy) juegan contra el Athletic. Ninguno de los dos ha ganado todavía y ambos necesitan la victoria. ¿Cómo ve el partido?

-El de Bilbao nunca ha sido un partido cómodo para nosotros. Todo lo contrario. Hemos ido a Bilbao en todas las circunstancias imaginables, buenas, malas y regulares, y normalmente hemos salido perdiendo. No se nos da bien. San Mamés es una delicia, pero sobre todo lo es para el Athletic. Yo he visto allí situaciones extraordinarias como aplaudir y animar al equipo todo el partido y luego silbarle al final. A cualquier jugador le gustaría tener una afición así. ¿Qué ocurrirá esta vez? Pues no sé qué deparará el partido. Sólo sé que vamos con mucha ilusión. La Liga no ha hecho más que empezar, pero queremos arrancar ya con una victoria para no quedarnos descolgados.

-¿Le parece viable la política del Athletic en el fútbol actual o la considera un anacronismo?

-La política del Athletic tiene su lado bonito, que es el de ser fiel a una vieja tradición y eso está muy bien. Pero...

-¿Pero?

-Pero el fútbol al fin y al cabo es un espectáculo, un juego. No lo sé. No me gustaría meterme en camisas de once varas, ni en casa ajena. No soy quién para hacerlo. Pero, salvo que consiga de repente una gran generación, al Athletic le va a costar mucho tener un equipo competitivo con lo reducido que tiene el mercado. Es mi opinión.

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