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PATXI ALONSO
Martes, 11 de septiembre 2007, 05:52
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Ayer se escenificó en muchos hogares un clásico de nuestro calendario: la vuelta al cole. Un montón de libros recién forrados se apilan en las mesas de nuestros hijos. Si solo se trata de eso, podemos sentirnos afortunados. Reencuentros, madrugones y vuelta a la rutina. Otra cosa es si quedan cuentas pendientes del pasado curso. Me temo que en pocos hogares hay tanto por hacer como en uno situado en la Alameda de Mazarredo. Son las consecuencias de acumular suspensos en casi todas las materias. El Palacio de Ibaigane es la casa de la familia rojiblanca. Las asignaturas pendientes hacen cola en la agenda del nuevo presidente. Macua necesita que el proyecto deportivo de Caparrós le de tregua para afrontar un otoño caliente. Ya se sabe que el hambre es el mejor cocinero y que de momento nos conformamos con recuperar la autoestima y el respeto general. Pero, resultados deportivos al margen, la agenda se las trae. Veamos algunos ejemplos:
1. Inversión multimillonaria. El Athletic se ha gastado lo que no tiene en un ramillete de fichajes que se antojaban imprescindibles para volver a ser competitivos y devolverle la ilusión a la masa social, pero ahora toca afrontar el gasto de este despliegue de opulencia milyunanochesca. Hay que pasar por caja, y, a falta de Copas, ya sabemos que nos hemos acostumbrado a acumular números rojos. Mucho se habla del músculo financiero que está detrás de la actual Junta, pero que se sepa el Athletic no es una SAD. Así que pagaremos usted, yo y el divino contrato televisivo de Mediapro.
2. Blindajes. Txato Núñez parece decidido a llevar hasta sus últimas consecuencias su pulso ante los tribunales, y me temo que otros 900.000 euros van a volar de las desvencijadas arcas de Ibaigane. Es la punta del iceberg de una demencial política que ha convertido al Athletic en un txoko de amigotes en el que se disparaba con pólvora del rey. Cuando un campeón del mundo llegó a Lezama y vio que corría el Rioja Gran Reserva en las mesas de algunos empleados alucinó en colores.
3. A la vuelta de la esquina está el affaire Guerrero. Se acabaron las vacaciones. Hay que dar la cara. Nadie puede esconderse ante la evidencia de que éste asunto no admite demora. Y la repercusión mediática de Guerrero es infinitamente mayor que la del delegado mejor pagado del planeta. «Duro oficio el de querer agradar», declamaba un personaje de novela de Albert Camus. Aquí toca torear de salón.
4. Si la resolución del caso Zubiaurre nos estalla en la cara, sería una bomba de consecuencias dantescas para el futuro de la entidad. Aquí si que hay responsables subsidiarios, y no somos precisamente los sufridos socios. Mejor pasemos a otro asunto.
5. La Asamblea de compromisarios debe avalar el nuevo presupuesto y hay quien teme que sea manejada por los anteriores rectores, que ya mostraron en el pasado su capacidad para reventarlas. Claro que Lamikiz y su núcleo duro no estarán por la labor de allanar el camino a quienes les obsequiaron con el beso de Judas en la desenfrenada carrera electoral.
6. San Mamés barria. El proyecto del nuevo campo es heredado. Y hay quien cuestiona la viabilidad económica del proyecto en su actual dimensión. Ojo al dato...
Hasta ahí puedo leer, como decía el añorado Kiko Ledgard en los años gloriosos del 'Un, dos, tres'. En el escaparate del Athletic abundan las Rupertas. Y todos éstos frentes se enmarcan en una política de renovación de las estructuras del Club que Macua esgrimió como banderín electoral. «Esta Junta no ha venido a calentarle la silla al siguiente», afirmó rotundo anoche el presidente en el programa 'A por ellos' de Bilbovisión. Aunque asuman de entrada el lastre de mantener en Ibaigane a personas que, cito a Benedetti, saben estar calladas en tres o cuatro ideologías. Peajes de la batalla electoral. Macua y su equipo deben armarse de determinación, coraje, sentido de la responsabilidad y una honradez a prueba de bombas. Sin revanchismos. Con estilo. No necesitamos mercaderes de Venecia que se empeñen en cobrar en carne humana antiguas deudas. Pero sí transparencia y que cada palo aguante su vela. Vamos a ver si los pequeños reinos de taifas que anidan en Lezama o Ibaigane se suman a esta corriente de renovación sin poner palos en las ruedas. En parte dependerá del talante y el talento del propio Macua. Así como los caballos de carreras distinguen a un buen jinete por la firmeza con que los montan, incluso los más dotados necesitan en tiempos revueltos un líder que los espolee. Tan peligroso es blindar a un delegado como si fuera un Garrincha redivivo como tirar por la borda el trabajo de todos con la fatalmente repetida política de tierra quemada. Y es que uno no sabe que es peor, si la apología de la estupidez o el despilfarro del talento.
El escritor húngaro Irme Kercesz afirmaba que si uno busca el éxito tiene dos caminos. «Lo consigue o no lo consigue, pero ambos son igualmente ignominiosos». A riesgo de contradecir a un Premio Nobel, soy de los que piensa que no vale todo. El Athletic no es una inmobiliaria. Es un sentimiento. Un patrimonio histórico. Y es de todos. Este Club merece algo mejor, mucho mejor, que lo que se ha sembrado en el pasado reciente. En manos de Macua y de su equipo está la respuesta. Ahí les quiero ver.
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