Mayo da positivo en un Tour negro

Hace tiempo que las carreras no terminan tras cruzar la meta. Quedan flotando en los tubos de un laboratorio. Tras analizar una de esas probetas, la Unión Ciclista Internacional (UCI) informó ayer al Saunier Duval de que Iban Mayo había dado positivo por EPO en el recién terminado Tour. La comunicación dejó en coma al equipo y al corredor. Según la UCI, el ciclista vizcaíno no superó el test antidopaje realizado durante la segunda jornada de descanso de la Grande Boucle, el 24 de julio. El Saunier Duval ha suspendido de empleo y sueldo al corredor a la espera del contraanálisis. Si esta segunda prueba confirma el resultado, Mayo será apartado del ciclismo durante dos temporadas. Sería prácticamente el final precipitado y amargo de una apasionante carrera.

En su primera temporada en el Saunier Duval, Iban Mayo, a punto de cumplir 30 años, había conseguido enderezar su trazado deportivo. Una caída en la París-Niza le había trompicado la primavera. Pero superó el bache con su espectacular victoria en la última etapa de montaña del Giro. Durante la ronda transalpina, su nombre apareció relacionado con un caso 'no negativo'. Había superado la tasa de testosterona en un control. Sin embargo, la UCI aclaró de inmediato que ese índice hormonal era natural, genético en Mayo. No había trampa. El nuevo método de detección, IRMS, distingue entre la testosterona endógena y la artificial. Mayo fue liberado de toda culpa. Así llegó al Tour. Calmado. Con una victoria en el Giro y con la única misión de brillar en la montaña. «Si gano una etapa en los Pirineos ya me puedo retirar», dijo antes de salir hacia el prólogo de la Grande Boucle.

Casi lo consiguió en los Alpes. Fue segundo tras Rasmussen en Tignes. Y se dejó ver también en la etapa que echaba el telón a los Pirineos. Justo después del último día de descanso, de haber pasado el control que ahora puede firmar su despedida. En esa jornada, la que circulaba por Navarra y concluía en el Aubisque, Mayo fue protagonista desde el inicio. Se fugó con Sastre y el colombiano Soler. Luego atraparon a Gorka Verdugo y alcanzaron así las primeras rampas del Aubisque. Allí cayeron ante Rasmussen y Contador. Era la última oportunidad para los escaladores.

Ahora, su futuro está diluido en la orina del segundo test, del contranálisis. El corredor dispone de cinco días para solicitarlo. Si rubrica la presencia de restos de EPO, una hormona que activa la oxigenación de la sangre, Mayo será sancionado y despedido. Además, antes del Tour firmó la carta antidopaje de la UCI. En ella se comprometía a no recurrir a prácticas fraudulentas y a pagar una multa equivalente a su sueldo anual.

'Operación Puerto'

El positivo en el primer análisis de Mayo se añade al Tour más triste. Al que se había iniciado un año antes con el positivo por testosterona de Landis y la 'Operación Puerto'. Y al que ha vivido las expulsiones de Moreni, también por testosterona; Vinokourov, por transfusión sanguínea, y Rasmussen, por esquivar en dos ocasiones a los controladores de la UCI. El descrédito de este deporte es una enciclopledia coleccionable. Por capítulos. Uno detrás de otro.

Ahora, además, el equipo de Mayo, el Saunier Duval, queda muy afectado. Con el UCI Pro Tour agonizando y el Tour de Francia diseñando un nuevo ciclismo, cualquier sospecha vale para quedar tachado. En 2008, el Tour dirá quiénes merecen estar en su carrera. Mayo no estará. Si el contraanálisis le sentencia, será el adiós. Al ciclista con imán. Al escalador vehemente que ganó en Alpe d'Huez. Al plusmarquista del Mont Ventoux. Al genio que puede ahogarse en una probeta. Al chaval que fue cuarto en un Mundial juvenil, campeón de España de ciclocross y que se convirtió en el faro del ciclismo vasco. Ahora, todo eso puede quedar velado por tres siglas: EPO.