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Usar o no sujetador, algo que tomarse a pecho

Usar o no sujetador, algo que tomarse a pecho

No siempre es imprescindible llevarlo, pero casi

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Domingo, 27 de septiembre 2020

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Adriana siempre lleva sujetador. «Es por una cuestión de costumbre, excepto en el gimnasio, que me parece realmente necesario. Solo me lo quito en verano según la ropa que lleve». Su amiga Lourdes replica: «A mí me pasa lo contrario, como tengo tan poco pecho prefiero no ponérmelo porque me resulta incómodo». Se suma Ana: «En mi caso, depende. Al tener el pecho operado hay ciertas camisetas con las que no me lo pongo y otras con las que sí». Jimena añade: «Para mí es una cuestión de comodidad y solo me lo quito en casa». Y Helena agrega: «En mi caso es principalmente estético, porque tengo poco que sujetar, pero creo que con él me queda mejor la ropa».

Así es el debate que se forma en este grupo de amigas, con edades entre 26 y 32 años, al preguntarles sobre si son partidarias de llevar o no sujetador. El sostén ha sido motivo de grandes polémicas sociales y también se ha utilizado como objeto reivindicativo durante años, pero parece que sigue sin haber acuerdo unánime.

Uno de los aspectos que más molesta a las mujeres sobre el uso de esta prenda es que los hombres entren a opinar: «No lo usan y, generalmente, no conocen los motivos por los que una mujer decide quitárselo. Cada una es libre de hacer lo que quiera, con el sujetador o con una minifalda, sin que con eso se tenga que hacer ninguna referencia a si va provocando», opina Adriana. Jimena asiente: «A mí, personalmente, no me gusta que se me marque el pecho, algo que parece haberse puesto de moda, pero cada uno está a gusto con una cosa y hay que respetarlo».

Partiendo de esta base, y en un momento marcado por movimientos como #freethenipple o #nobraday, que tratan de normalizar el hecho de no llevar sujetador, preguntamos a varias especialistas sobre la conveniencia o no de su uso. «En general, llevarlo es importante, sobre todo en los momentos en los que se somete al pecho a mayor impacto, como en deportes que impliquen saltos, correr o movimientos aeróbicos. En situaciones normales también es recomendable ponérselo aunque, de vez en cuando, como por ejemplo al llegar a casa, no pasa nada por descansar si no es por un tiempo excesivo», expresa Concepción Pinilla, especialista en cirugía estética y reparadora en Zaragoza.

Para dormir también podemos prescindir de él «porque es mucho más cómodo y la mejoría que se experimentaría al utilizarlo no sería relevante», explica la doctora, «pero durante el embarazo y la lactancia, que el pecho está en constante cambio, o tras una reducción o un aumento de mama, es muy necesario».

Elegir bien la talla

Escoger el sujetador adecuado, sin embargo, es importante en cualquier circunstancia. El problema es que no es tan fácil como parece. «Una manera de identificar si estamos usando un buen sujetador es comprobar que la banda de contorno queda perfectamente recta en la zona dorsal, ajustada, pero sin comprimir. El aro debe recorrer la base de la mama sin tocarla, desde la axila hasta la parte central del pecho, las copas deben cubrir este sin que sobresalga y los tirantes deben ajustarse con una distancia de dos dedos entre ellos y los hombros para que no presionen ni se caigan», explica Náyade S. Pérez, cordinadora de márketing de la tienda de sujetadores Dama de Copas.

Otro factor esencial es la talla, que se define según la copa (A, B, C...) y el contorno (85, 90, 100...). «Uno de los mayores errores que cometemos en España, por la falta de variedad de tallas y asesoramiento, es escoger contornos demasiado grandes y copas pequeñas. Esto tiene como consecuencia una peor salud mamaria y un empeoramiento en la postura corporal, pudiendo ocasionar lesiones en la espalda. Lo ideal es que un sujetador nuevo se abroche en el corchete del extremo exterior, de modo que, si se da de sí, pueda ceñirse en los corchetes más ajustados», señala.

En cuanto al estilo del sostén, la variedades son infinitas ('plunge', 'balconette', 'bralette', 'push-up', reductor,...), aunque también hay algunos más indicados que otros según la firmeza del pecho. «Un formato que funciona bien siempre es el 'full cup', que cubre toda la mama. Las mujeres con el pecho firme tienen un amplio abanico de opciones, desde el 'bralette' hasta el 'balconnet'. Si la firmeza es menor, pueden optar por modelos en formato corazón o un 'balconnet' alto. Por su parte, el pecho pesado necesita copas resistentes y que cubran más, pues la zona de la mama que queda fuera siempre se mueve y eso reduce la sujeción», aclara Pérez.

Breve historia del sostén

Una de las primeras referencias que se tiene del uso de prendas para sostener el pecho data del siglo IV a.C. Se trata del mosaico Sala de las Diez Chicas, situado en la Villa romana del Casale (Italia), donde aparece un grupo de jóvenes vistiendo un traje similar al bikini actual. Sin embargo, el sujetador moderno desciende del movimiento reformista de la moda ocurrido en el siglo XIX.

En contraposición a los ceñidos corsés, que limitaban la respiración y la digestión, empezaron a diseñarse sostenes más ligeros en Inglaterra, Estados Unidos o Francia.

Fue en los años 30 cuando esta prenda adquirió muchas de sus características actuales, como la designación del tamaño de las copas con letras, cierres de corchetes o tirantes regulables. Las mejoras en la elasticidad del tejido, la variedad de colores, estampados y estilos ayudaron a popularizarlo entre mujeres, así como las películas de Hollywood y las campañas de publicidad.

En los años 60 y 70, algunas feministas reivindicaron que el sujetador era un ejemplo de la subyugación femenina a la mirada masculina, pero muchas mujeres continuaron usándolo por comodidad o necesidad.

A partir de los 90, el sostén adquirió connotaciones eróticas debido a empresas como Wonderbra o Victoria's Secret. Hoy en día se utiliza incluso como top, sin nada que lo cubra por encima.

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