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DANIEL CASTIÑEIRAS
 Cómo hacer una mudanza... y encontrar todas las cosas

Cómo hacer una mudanza... y encontrar todas las cosas

Antes de empezar a empaquetar, «tira cosas sin piedad y nada de hacer cajas 'mix' con un poco de todo: una planta de plástico, unos cds, bolis... En la casa nueva, empieza a colocar por la cocina»

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Lunes, 15 de febrero 2021

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¡Por fin nos mudábamos! Y yo, que ya me imaginaba como la más aventajada discípula de la gurú japonesa del orden Marie Kondo, pensaba que no sería para tanto. Nos íbamos a un piso a dos portales del nuestro, así que aquello sería sacar de un armario para meter directamente en el otro; coger los cacharros de la cocina, y a la nueva... El plan inicial era fantástico. Pero empezamos a sacar, a sacar, a sacar... y aquello no acababa nunca. Tenía la sensación de que cuantas más cosas sacaba del armario y tiraba, más quedaban dentro. De una estantería salieron dos portátiles que hacía siglos que no usaba, ¿y cargadores de móvil? Aparecían por todos los lados. Pero, ¡¿cuándo se han reproducido?! También asomó por allí una caja llena de papeles y documentación que trajimos cuando alquilamos la casa, hace 13 años. Jamás la hemos tocado y según llegó, así la he llevado al contenedor de reciclaje de papel. Llevamos ya unos días instalados en el nuevo piso y no sé todavía cuántas cajas quedan por abrir... ¡y bolsas! Empecé a colocar las cosas en la cocina y al día siguiente no encontraba nada. Es como si estuviera en la cocina de otra persona. Mi pareja y yo nos pasamos el día preguntando: '¿dónde puede estar...?', '¿no habrás visto?'... Nuestro hijo de 6 años tuvo que ir el otro día a clase con la bata de su hermana de 3 porque no encontrábamos la suya. Así que definitivamente... No, por mis venas no corre la sangre de Marie Kondo».

El relato, un 'no puedo más' con cierta guasa, lo 'firma' Sandra, bilbaína, cuatro en la familia, inmersa aún en la «sobrecogedora» experiencia de hacer una mudanza por su cuenta «¡y con dos niños pequeños!». Desde que empezaron a llevar el primer mueble hasta que entregaron las llaves del antiguo piso pasó «un mes»... y aún no han acabado.

«No dejes sin abrir las cajas más de cuatro días porque no las abres en meses. Nada de 'ya lo haré el fin de semana', que ese finde no llega nunca», dice Alicia, coach de organización. Habla con conocimiento de causa, ya que se cuentan por cientos las mudanzas que ha hecho: «Me he encontrado cajas cerradas que llevaban varios años olvidadas en un trastero», confiesa. La especialista asegura que, si se embala bien, «desembalar después es un juego de niños». Así se hace una mudanza en tres pasos.

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    AÚN EN CASA

    Tirar cosas «sin piedad»

«No empezamos a recoger cosas. ¡Empezamos a tirar! La cacharrería de la cocina no duele mucho y los papeles viejos, tampoco. En el caso de la ropa, depende de la persona. Cuesta mucho más desprenderse de fotografías, de objetos de recuerdo y de esos productos de cosmética caros que compraste y al final no te funcionaron. Lo guardaste porque te costó 49 euros, pero si no lo has usado es mejor tirarlo. Igual es que ese exprimidor manual que quedó arrinconado cuando te regalaron el eléctrico o la batidora que no va bien pero que guardabas 'por si acaso'», advierte Alicia, autora también de la web 'Orden y limpieza en casa'.

  1. Nada de 'cajas mix'

Tras la 'limpieza', toca empezar a meter en cajas. «En una las camisetas, en otra los pantalones, una distinta para los libros, otra para los cojines... Nada de 'aprovecho' este hueco en la caja para meter unos bolis'. Porque luego abres esos empaquetados 'mix' y asoma un cd, una planta de mentira, los bolis que metiste a última hora...». Las cajas, insiste, deben ser «temáticas» e ir bien rotuladas: «Cacharros de la cocina que estaban en la segunda balda del armario de la derecha», sugiere. No olvidemos «el cofre del tesoro», donde propone guardar juntos «joyas y documentación importante».

  1. Y la tele, ¿cómo la llevo?

Si contratas un servicio de mudanza, del embalaje (y de casi todo) se encarga la empresa pero para quienes, como Sandra, se animen a hacerlo por su cuenta, y tengan que trasladar cosas delicadas, existen embalajes especiales. «Un producto que vendemos muy bien es el 'armario portátil', una caja de cartón con barra para colgar perchas y apertura lateral. Gusta mucho porque luego la puedes aprovechar para guardar en el trastero la ropa de cambio de temporada. Se venden en packs de dos –tiene unas dimensiones de 50x50x100– y cuesta 35,95 euros. Nos la han pedido muchas celebrities y tiendas para hacer traspasos de local», cuenta Esther del Rey, comunity manager de Telecajas.com, una empresa 'online' que vende material para empaquetar. Entre las cajas curiosas que tienen, una para llevar televisores y cuadros (7,95 euros) –son dos, una insertada dentro de la otra–, otra para bicicletas, que viene «supereforzada» (35,95) o unas mantas que ayudan a mover por el suelo muebles pesados, pianos... «y que mucha gente reutiliza para hacer yoga» (49,95).

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    DE CAMINO

    Una maleta con lo básico

Rara vez la mudanza acaba en el día, menos aún si la hace una por su cuenta. Así que, antes de empaquetar todo, haz una maleta con lo básico, sugiere la 'coach': «Mete ahí medicamentos de uso diario, copias de llaves de la nueva casa y de la antigua, cargadores de móvil, ropa para tres días, sábanas limpias y toallas, las cosas indispensables del neceser, dinero, las 'joyas de la corona', la documentación imprescindible –mejor si la tienes en una carpeta– y los ordenadores, sobre todo si son portátiles.».

  1. Si contratas, contrata también un seguro

Si vamos a contratar a una empresa de mudanzas para que nos lleve las cosas, «contrata un seguro», advierte Beatriz Belinchón, secretaria general de la Federación Española de Mudanzas (FEDEM), organización que aglutina a 170 empresas del sector. «Y si tienes que trasladar objetos de gran valor, como obras de arte, se puede hacer una ampliación de ese seguro». La ropa, los libros o las cazuelas rara vez sufren desperfectos, pero «los cuadros y la vajilla son muy delicados. ¡Y las lámparas! Nuestras empresas las llevan en unas cajas especiales colgadas del techo del paquete, de manera que no apoyen contra el suelo y haya el menor roce posible». Los muebles se trasladan lo menos despiezados que se pueda –«cuanto menos se toque la estructura, mejor, porque si son de madera, esta cede»– y la televisión, con infinito cuidado también, «que cualquier movimiento puede dañar el plasma».

–Habrán transportado cosas rarísimas...

–Sobre todo, muchas obras de arte, para las que se preparan embalajes a medida; y hasta un traje de samurai que venía en una cámara acorazada y que fue muy complicado de llevar.

  1. Si aún así algo se rompe...

«Si el daño es aparente, pongamos por caso que llevamos cuatro sillas y a una se le rompe una pata, hay que hacer un escrito de reclamación al momento. Para los daños no aparentes, como un plato roto en la caja donde iba la vajilla, el cliente tiene siete días para reclamar», explican desde FEDEM. En caso de que empresa y cliente no se pongan de acuerdo, el conflicto puede llevarse a las Juntas Arbitrales de Transporte, que median y emiten laudos de obligado cumplimiento, «aunque puede demorarse 4 o 5 meses».

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    EN LA CASA NUEVA

    ¡A desempaquetar!

«Empieza a colocar la cocina, que es el centro neurálgico de la casa», sugiere la experta en organización Alicia. «La ropa, si viene emperchada, es sencilla de colocar. Por tipo de prendas –camisas, camisetas, faldas, abrigos, pantalones...– y por colores, siguiendo la gama del arcoíris. Los libros, mejor por temáticas y no necesariamente en la misma librería. Yo, por ejemplo, tengo las novelas en el salón; los de crecimiento personal, en el dormitorio; y los de recetas, en la cocina».

¿Cuánto cuesta hacer una mudanza?

834 euros cuesta de media contratar un servicio de mudanza. La cifra la han calculado en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) después de haber hecho una encuesta entre personas que contrataron un servicio de este tipo. Entre los encuestados, un amplísimo abanico de precios: desde los 200 a los 2.000 euros. Además, un 11% de los encuestados reconoció que al final pagó más de lo que le presupuestaron inicialmente —una media de 218 euros más–. «Dar una cifra fija es imposible porque depende de los convenios colectivos provinciales, del volumen de objetos, de si el edificio tiene ascensor, si se puede instalar la máquina montamuebles...», advierten desde FEDEM.

DOS LITIGIOS GESTIONADOS POR LA OCU... Y SUS SOLUCIONES

Ruido en la nevera

  • El conflicto: La noche anterior a la mudanza el frigorífico funcionaba perfectamente pero al llegar al nuevo piso se dieron cuenta de que «hacía más ruido de lo normal, saltaba la alarma del congelador de forma intermitente y enfríaba poco en ambos compartimentos». Estas anomalías se deben a dos causas: una inclinación excesiva y permanente del aparato provocando la mezcla del aceite con el gas; y que tras la manipulación y traslado del aparato por la empresa de mudanza al citado piso, subido a mano por las escaleras, el frigorífico debería haber quedado en reposo durante 24-48 horas y no las 4 horas que fue el tiempo que estuvo parado por indicación de los operarios de la empresa de mudanza.

  • La solución: La avería se soluciona con una limpieza del circuito de refrigeración eliminando el gas y el aceite e inyectando cada elemento a su posición y con un posterior cambio de compresor al averiarse. Una reparación que costó 538 euros y que asumió la empresa de mudanzas.

La mudanza de Canarias que no llegaba

  • El conflicto: Se trataba de una mudanza de Las Palmas de Gran Canaria a Málaga con un container en barco por un importe de 1.350 euros. El cliente se queja de que sus pertenencias llegan «bastantes días más tarde de lo acordado» y de que no puede acceder a ellas, con el perjuicio que eso supone.

  • La solución: La empresa de mudanza le compensa con una reducción del importe de 340 euros.

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