La visita fugaz de 17 rusos encantados a Bilbao en 1966
Cuando se iniciaba un acercamiento entre España y la URSS en pleno franquismo, un grupo de viajeros soviéticos recorrió España y pasó un día en la villa
En los años 60 del siglo pasado la llegada de turistas a Bilbao era una anomalía, una novedad llamativa que era recogida por los diarios ... de la industriosa villa. En julio de 1966 sucedió con un grupo de visitantes más exótico de lo habitual: eran 17 ciudadanos soviéticos que realizaban un recorrido por España en pleno franquismo.
Tras la guerra civil, España y la Unión Soviética rompieron sus relaciones diplomáticas, que no se reestablecerían hasta 1977. Aunque empezaron a recomponerse bastante antes, a partir de 1963, cuando se dieron los primeros contactos entre Franco y Kruschev. Hubo cierto acercamiento y se estableció una vía de comunicación extraoficial que se canalizaba a través de las embajadas soviética y española en París. El contacto culminaría en 1969, ya con Breznev al mando en Moscú, con la apertura en Madrid de la oficina comercial de una empresa estatal soviética que funcionó como una especie de legación informal.
Fue en aquellos primeros momentos de aproximación cuando se produjo la iniciativa que trajo a Bilbao a los «turistas rusos», como se refirió siempre a ellos la prensa. Los tres diarios bilbaínos –'El Correo Español', 'La Gaceta del Norte' y el vespertino 'El Hierro'– la siguieron con curiosidad y sin hacer demasiadas lecturas políticas, más allá de subrayar que los visitantes eran bienvenidos en la «España que trabaja y vive en paz, abierta de corazón para quienes nos visiten con rectitud».
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El 14 de julio 'El Correo' avanzaba que la expedición había llegado a Barcelona procedente de Roma «en viaje de carácter turístico de diecisiete días de duración».En el grupo figuraban «dos mujeres y el compositor de música del filme ruso 'Don Quijote', el escritor Konstantin Simonov, afamado en la Unión Soviética por sus obras que tratan de diferentes episodios de la última guerra mundial, el director cinematográfico Roman Karmen, que ha dirigido recientemente un documental sobre Cuba, y los periodistas Fedor Bourlatsuy, de 'Pravda', y Nikolai Shislín, de 'Magazines Abroad'».
Recordaba el periódico que se trataba de los primeros viajeros rusos que llegaban «a Barcelona después de más de cinco lustros» y destacaba que les interesaba conocer «todo, cómo vive el pueblo social, política y económicamente, en contacto directo». Además de la capital catalana, tenían previsto visitar Pamplona, San Sebastián, Bilbao, Santander, Madrid, Málaga, Sevilla, Granada y Córdoba.
Paso por los sanfermines
A la capital navarra llegaron el último día de las fiestas de San Fermín, por lo que lo primero que hicieron las autoridades pamplonicas fue ponerles el pañuelico rojo y llevárselos a los toros. El Gobernador civil insistió en que los dos periodistas vieran y fotografiaran la corrida desde el burladero. Tras pernoctar el jueves 14 de julio en San Sebastián, se dirigieron a Bilbao, a donde llegaron la tarde del día siguiente los 17 viajeros. «Les deseamos una grata estancia», decía la noticia en 'Hierro'. 'El Correo', por su parte, puntualizaba que, siendo estrictos, no se trataba de los primeros rusos que visitaban la villa –tras la guerra, se sobreentendía–: «Recientemente estuvieron en Bilbao once técnicos rusos en el Congreso de forestalistas. Aunque creemos que es esta la primera vez que llegan a nuestra villa, en calidad de turistas, ciudadanos de aquel país».
La visita fue una escala gastronómica. Según 'La Gaceta del Norte', «poco han podido decir de nuestra villa puesto que su permanencia ha sido muy breve. Pero como impresión general les ha gustado por su semejanza con algunas ciudades industrales rusas. Conversamos brevemente con alguno de ellos en español», añadía el periodista Francisco Miranda. «Había dos o tres que lo hablaban regularmente. Su impresión general de lo que hasta ahora han visto es óptima». Sobre todo, «les ha maravillado la cordialidad y simpatía con que el pueblo español les ha acogido».
En 'El Correo', Félix Ortega destacaba que el grupo había llegado en un autobús «sobre cuyos asientos venía un auténtico arsenal de cámaras fotográficas y de cine». La visita a Bilbao «casi se ciñó a una comida típica en el Guria. Menú: bacalao a la vizcaína, chuletas a la brasa, tostadas de la casa y el consiguiente riego de tinto riojano...»
Fedor Bourlatsuy, de 'Pravda', aseguró que «la fiesta de los toros es un reflejo interesante de la sicología del país», tras lo que se lanzó a una llamativa defensa de la tauromaquia: «El torero se juega la vida en la plaza. Muy bien, pues entonces tiene derecho a matar al toro», argumentó. Por su parte Maya Ouchinnikova, «muchacha joven y simpatiquísima, de profesión abogado», comentó que se sentía «gratamente sorprendida por la amabilidad de la gente. He encontrado a las chicas españolas muy bonitas y elegantes».
Yurij Sdanaf, «primer bailarín del teatro Bolshoi», aseguró haber estado «en cuarenta países. En 1964, estuve cinco meses en los Estados Unidos. Pero la recepción aquí ha sido inolvidable. Los españoles son únicos en esto de dar bidnvenidas». Aunque hubo algo que le desconcertó: «Lo que no entiendo es por qué les gusta tanto la cultura musical rusa. Vuestras jotas son para nosotros algo enormemente familiar».
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