El día que un príncipe inglés llegó 'de incógnito' a Bilbao
Bizkaia vivió como un gran acontecimiento la llegada al puerto de Bilbao del Duque de Connaught, hermano del rey de Inglaterra, de paso a la jura de Alfonso XIII
Domingo, 25 de septiembre 2022, 01:35
Las instrucciones que recibió por duplicado el gobernador civil, José de Echanove, eran claras. El duque de Connaught y Strathearn, hermano de Eduardo VII de ... Inglaterra, iba a llegar «de incógnito» al puerto de Bilbao el 14 de mayo de 1902, de paso hacia Madrid, donde iba a asistir a la jura del rey Alfonso XIII el 17 de mayo. Los dos telegramas que recibió el gobernador -de los ministros de Gobernación y de Estado- repetían que el paso del príncipe Arturo Guillermo Patricio Alberto (1850-1942), séptimo de los nueve hijos de la reina Victoria y del príncipe Alberto, iba a ser discreto, anónimo. «De incógnito», insistían los telegramas que sin embargo fueron reproducidos con todo detalle por la prensa bilbaína. Porque, de hecho, los periódicos publicaron todos los pormenores de la visita desde que se enteraron de que iba a producirse.
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Bilbao, 1902
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Tío de la Reina Años más tarde, el 31 de mayo de 1906, Alfonso XIII se casaba con Victoria Eugenia de Battenberg, hija de Enrique de Battenberg y Beatriz del Reino Unido, una de los nueve hijos de la reina Victoria. La boda convirtió al duque de Connaught, hermano de Beatriz, en el tío de la reina consorte de España.
El domingo 11 de mayo 'El Noticiero Bilbaíno' contaba que las autoridades civiles y de marina y el cónsul de Inglaterra en Bilbao se habían reunido el día anterior para hablar de los preparativos «de la próxima llegada del duque de Connaught, que viene a representar al Reino Unido en las fiestas de la coronación que se celebrarán en Madrid». El diario adelantaba que el príncipe inglés iba a llegar el miércoles al puerto exterior en «el yate real 'Victoria y Alberto'», que arribaría escoltado por dos cruceros. «El duque permanecerá pocas horas en Portugalete, donde recibirá a las autoridades, y en tren especial se dirigirá directamente a la estación del Norte, marchando acto seguido a Madrid». Al día siguiente los diarios bilbaínos publicaban que el ilustre viajero, «además de representar en las fiestas de Madrid a S. M. Británica, impondrá al rey Alfonso XIII el collar de la orden de la Jarretera».
El martes 'El Noticiero' reprodujo los telegramas con las instrucciones ministeriales al gobernador, los horarios de la visita y otros detalles, como que habría salvas de artillería desde el barco real que serían respondidas desde tierra. «Su alteza viaja de incógnito, pero convendría que esté V. S. presente a su llegada por si se le ofreciera algo», se le decía a Echanove en uno de los mensajes. El periódico añadía que el 'Victoria y Alberto' «entrará en nuestro puerto pasado el mediodía de mañana» y que «la colonia inglesa, presidida por su cónsul, irá a recibirle para saludar al duque de Connaught a bordo bajo el pabellón inglés». A esas alturas estaba claro que la discreta visita iba a ser un acontecimiento multitudinario. Así lo avanzaba 'El Noticiero': «Esta tarde, si el tiempo lo permite, ha de haber gran animación en Portugalete y Las Arenas, pues son muchas las personas que se proponen ver la entrada del yate».
Público numerosísimo
El tiempo lo permitió. El miércoles 14 de mayo fue «un día bastante benigno», así que «infinidad de personas se trasladaron después de comer desde Bilbao a Portugalete y Las Arenas», recogió 'El Noticiero'. Desde «la una hasta las tres, hora señalada para la llegada de los buques reales, comenzó a llegar a los muelles de Portugalete y Las Arenas numerosísimo público». A las dos salió de Bilbao un tren cargado de personalidades -gobernadores civil y militar, el presidente de la Diputación, el cónsul británico...- que embarcaron en el vapor 'Elcano', de la Junta de obras del Puerto, «engalanado con multitud de banderas», a recibir al visitante. «Muchas casas de Portugalete, Santurce, Las Arenas y Algorta lucían en sus balcones colgaduras y banderas, teniendo también estas la torre de señales, caseta de salvamento de náufragos y casa cuartel de carabineros». Otros barcos salieron a recibir al duque inglés, entre ellos el remolcador 'España', «a cuyo bordo iban distinguidas familias», y el 'Aitor', que «llevaba muchísimos curiosos».
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Llegaron por fin los barcos ingleses, el yate real, «que no tiene nada digno de mención» salvo su tamaño, y los dos cruceros, 'Minerva' y 'Hyacinth', «muy bonitos» y que «llamaron la atención por su construcción esbelta». Tras las salvas de artillería, a las cuatro de la tarde se «verificó la recepción de las autoridades españolas» a bordo del 'Elcano'. «El duque de Connaught, que estaba de uniforme, se mostró muy afectuoso con los visitantes, estrechándoles las manos». Hizo de intérprete «para la recepción don Víctor de Larrea». Ya a las once de la noche, el príncipe desembarcó, acompañado por el duque de Wellington, para tomar el tren hacia Bilbao y, desde allí, partir hacia Miranda, donde el convoy engancharía con otro tren proveniente de Irún que traía «otros príncipes».
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Los barcos británicos quedaron amarrados en el puerto de Bilbao. Durante la espera, sus tripulaciones hicieron excursiones a Santander, se fueron de pesca o a los toros. El duque de Connaught regresó el viernes 23 de mayo, de nuevo «de riguroso incógnito», según el Ministerio de Gobernación. Acudieron a recibirle a los andenes de la estación del Norte «gran número de distinguidas personas y la mayoría de los ingleses residentes en esta villa», además de las autoridades. Vestido de paisano, saludó a los presentes y escuchó un discurso de despedida del cónsul británico. Después, salió hacia Portugalete, de nuevo en tren, y embarcó. Los buques británicos partieron al mediodía, entre salvas de cañón, hurras y vítores. De incógnito.
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