Pinceladas de Vitoria en Portugal
La capital alavesa tiene mucho en común con el país vecino; no sólo el nombre de clubes de fútbol, también retazos de su historia
Los vitorianos tenemos, curiosamente, mucho en común con los portugueses. En un viaje al país vecino se pueden descubrir algunas cosas divertidas en este sentido. ... Hay dos equipos de fútbol de la primera división que llevan el nombre de Vitoria. Son el Vitoria de Guimaraes y el Vitoria de Setúbal. La primera ciudad está cerca de Braga, al norte de Portugal. La segunda, a 40 kilómetros de Lisboa, es la patria chica del exentrenador del Real Madrid, José Mourinho. Un puerto de mar y una zona turística con una península extraordinaria, Troia, y un castillo, el de San Felipe, grandioso, con vistas maravillosas hacia el estuario del río Sado, mandado construir por cierto por el que para ellos era Felipe I y para nosotros Felipe II, un rey que gobernó media Europa y Portugal. El barrio marinero de Setúbal conserva todavía rasgos que ya no se ven en otros pueblos que viven de la pesca. Hay un recuerdo especial para uno de nuestros santos, el navarro San Francisco Javier, que pasó por aquí antes de su misión en Goa y La India antes de llegar a Japón.
En otro lugar diferente también aparece la denominación de Vitoria. Se trata de la Rua del mismo nombre paralela a la plaza del Comercio, en la capital, Lisboa. Es una de las calles que configuran la Baixa o la zona reconstruida por el Marqués de Pombal tras el dañino y terrible terremoto de 1755 que obligó a reconstruir la ciudad, derruida por un seismo que llegó a detectarse en la catedral de Santa María de Vitoria. La crisis económica se cebó especialmente con la zona monumental lisboeta. Persisten numerosas casas deshabitadas, desconchadas, con la vegetación como dueña y señora de ventanas, balcones y tejados y los ladrillos haciendo de barrera para que no se conviertan en habitaciones de 'okupas'. Es una lástima, una tristeza que parece adueñarse del pueblo portugués, por lo demás siempre tan amable.
En la batalla de Aljubarrota tomó parte un ilustre vitoriano, Pedro López de Ayala
El hecho histórico más importante de la historia de Portugal es la batalla de Aljubarrota que provoca la ruptura absoluta entre este reino y el castellano y a la larga el distanciamiento de los dos países. Esa batalla tiene muchas curiosidades vitoriano-portuguesas. Se produce en agosto de 1385 y en ella participan, además de la flor y nata de la nobleza castellana un ilustre vitoriano, Pedro López de Ayala, el Canciller de Ayala, que fue hecho prisionero y pasó algún tiempo en la prisión de Ovidos. También murió el que entonces era el señor de Treviño, Diego Gómez Manrique de Lara. Para conmemorar el éxito, Juan I de Portugal mandó construir el monasterio de Santa María de la Victoria (Mosterio de Santa María da Vitória) y fundar la villa de Batalha.
La 'c' de Victoria
Y en esto reside otra de las curiosas coincidencias. Victoria fue el nombre de Gasteiz desde la fundación navarra de Sancho el Sabio. La 'c' fue cayendo por el uso y Victoria pasó a ser Vitoria, no sin alguna polémica porque siempre hay puristas. Y lo mismo ha ocurrido con el idioma portugués que ha convertido la palabra Victoria en Vitoria. Una última curiosidad. En Aljubarrota, la clave de la victoria estuvo en las tácticas defensivas de los portugueses y el apoyo de los arqueros ingleses que utilizaron el famoso 'long bow' que tanto éxito les dio en enfrentamientos posteriores. Enfrente, los castellanos y la caballería francesa. Portugal empezó a mirar a Inglaterra como un aliado desde entonces, mientras que Castilla le empezó a dar la espalda y a mirar a Europa. Muchos siglos después, en la Llanada alavesa se volvieron a enfrentar los mismos ejércitos, aunque con alianzas diferentes. Los regimientos portugueses que participaron en la batalla de Vitoria también tienen este nombre escrito con honor. Muchos de sus hombres murieron entre los trigos alaveses aquel 21 de junio de 1813.
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