Los panaderos tramposos de hace un siglo y otras historias del viejo Bilbao

Repesos de pan: abuso incalificable de los panaderos. Es verdaderamente deplorable lo que ocurre con el pan en Bilbao, pues, en cuanto las autoridades descuidan la orden de los repesos, los panaderos cometen abusos con el público, dignos de las más acres censuras. El alcalde Sr. Laiseca (para quien nunca han de faltar nuestros aplausos en casos como el presente) ordenó el domingo a la guardia municipal que verificara un repeso de pan en la villa y el resultado no pudo ser más elocuente, en demostración de los abusos de los panaderos, pues se decomisaron cuatrocientos setenta y tres kilos de panes faltos de peso. En vista de ello, el Sr. Laiseca organizó ayer lunes otro nuevo repeso y también el resultado demostró que el abuso seguía, pues el decomiso fue de cuatrocientos sesenta y seis kilos, lo que hace un total en ambos días de novecientos treinta y nueve kilos. Esto no puede seguir así.

Un hijo 'modelo de picardías'. Doña Adriana Espinosa, domiciliada en la Travesía de Ollerías, 2, primero, ha denunciado en la Guardia municipal que no puede encauzar por buen camino a su hijo Esteban Ortiz Espinosa, de 12 años, que es un ladronzuelo redomado. Después de haber cometido mil raterías, le robó un reloj de pulsera y se fugó a Madrid, donde lo vendió en seis pesetas a un militar. Como no sabe nada de él, ha denunciado el caso al jefe de la Guardia municipal.

Otro atropello. El domingo, a las cinco de la tarde, al ser arrastrado el toro lidiado en segundo lugar en Vista Alegre, ocurrió una desgracia. En las proximidades del matadero a la plaza, las mulillas atropellaron al niño de cinco años Ángel Pueyo, que resultó con diferentes heridas en distintas partes del cuerpo, de pronóstico reservado.

Gente imprudente. A Pantaleón Rábanos, de 45 años, encontrándose en la taberna que en San Francisco tiene don Aurelio Zalaberría, se le disparó una pistola Browning sin que afortunadamente el proyectil causara daño alguno.

Casos de viruela en Baracaldo. Por haberse declarado dos casos de viruela en la casa número 2 de la calle de las Escuelas y 15 de la de San Juan, la autoridad municipal dio orden severa de vacunación a todos los inquilinos. En virtud de esta orden, y por el practicante señor Irureta, fueron vacunados 70 individuos.

Desgraciado suceso en Uríbarri. En el sótano de un chalet de Uríbarri (Begoña), donde tiene un taller de fotograbado la Sociedad Hispano-Gráfica, se registró ayer una dolorosísima desgracia. A dicha hora se hallaban trabajando Vicente Santos, de 30 años, casado, natural de Madrid y domiciliado en Bilbao, y su compañero Manuel Rodríguez. Este fue a buscar una lata de aguarrás y para ello encendió una cerilla, con tan mala desgracia que el fósforo se le cayó en el líquido, el cual se inflamó, produciéndose fuerte explosión a consecuencia de la cual resultó muerto el infortunado Vicente Santos.

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Un hidroavión en Bermeo. En el Gobierno civil se recibió el siguiente telefonema de Bermeo: «A las 4 de la tarde de hoy entró en este puerto, remolcado por el vapor Izaro, el hidroavión F.E.C.F.B. correo de Bilbao-Bayona que amerizó por pérdida de hélice, no habiendo desgracias personales».

La joven desaparecida en Guecho. Se ha deshecho la leyenda forjada alrededor de la joven desaparecida, creyéndola raptada. Parece comprobarse que esa muchacha fue reclamada por un hermano suyo a la familia que la tenía en su compañía, llevándosela a Aranguren, en donde vive el reclamante. Se ha desmentido también que fuera la joven vista con ninguna mujer de mala nota.

Crónica taurina. En varios establecimientos de la villa fueron ayer expuestos los retratos de los toros que se lidiarán el domingo y que fueron muy elogiados. Hoy, de 4 a 6 de la tarde, podrán ser visitados los toros en los corrales mediante el pago de 50 céntimos.

Persecución de perros a tiros. Anteayer algunos vecinos de la calle de Zabala dieron cuenta a los laceros del Depósito de Mena de que, por la mañana, había aparecido por la parte alta de dicha calle un perro, al parecer hidrófobo, el cual había mordido a cuantos perros hallaba por el camino. Los laceros hicieron un recorrido inútil, pues el perro denunciado no pareció por parte alguna. Alguien dijo que había escapado hacia el monte. Ayer por la mañana, los laceros repitieron el reconocimiento por las campas de la calle de Zabala y, en una de ellas, sorprendieron a dos de los perros mordidos por el can que se buscaba. Esos animales también daban señales de estar hidrófobos, por lo que se determinó capturarlos y llevarlos al depósito. Pero los dos canes emprendieron vertiginosa carrera por sitios distintos y los laceros se dividieron para perseguir a los canes fugitivos. Algunos municipales secundaron la persecución y, al ver que eran inútiles sus esfuerzos, dispararon contra los perros, logrando darles muerte.

Alarma. Un carretero dejó su carro, al que estaba enganchado un caballo, frente a una tienda de la calle de Hurtado de Amézaga. Al pasar el Santo Viático para los enfermos de la 5ª Parroquia, el caballo de dicho carro se asustó de las cornetas y escapó desbocado con su carro. Con tal motivo, se originó un revuelo, produciéndose alarma.

Suicidio de un joven oficinista. En su domicilio de la calle del Cristo, número 8, cuarto, se suicidó anoche, disparándose un tiro de revólver en la sien derecha, el joven José Diego Ipiña, de veintitrés años de edad, soltero y natural de esta villa (...). El pobre muchacho dejó escrito un papel en el que hacía constar que sentía mucho proporcionar a sus padres un gran disgusto, pero que se quitaba la vida abrumado por el dolor que le producía verse sin ocupación. Añadía que no se culpara a nadie de su muerte. Este muchacho estuvo colocado en Barcelona en una oficina y, al quedarse cesante, regresó a Bilbao.

En la vía pública recogieron los municipales a un sujeto conocido por 'Begoña', presa de grave ataque de alcoholismo agudo. En el coche camilla hubo de ser trasladado al hospital civil, en donde ingresó en deplorable situación.

El papel envolvente. El señor Salinas, de los Almacenes Generales de Papel, visitó ayer al alcalde para pedirle que se ponga en vigor una disposición de la superioridad por la que se prohíba el uso de papeles ya usados para envolver sustancias alimenticias.

Se desea una muchacha de 26 a 33 años, para servir a un señor. Razón, Noticiero.

Joven abrasada. En la casa de don Guillermo Gorostiza, vecino de Santurce, se hallaba anoche dando lustre en los suelos la joven sirviente María Luisa González, de 18 años de edad, cuando, en un descuido, se le incendiaron las ropas, por haberse inflamado el precipitado de cera y aguarrás de dar lustre. Al verse María Luisa envuelta en llamas, salió a la escalera pidiendo socorro, acudiendo las vecinas, las cuales apagaron el fuego. Después avisaron a un médico, que le apreció extensas quemaduras en diferentes partes del cuerpo, todas graves.

Detención de un irreverente. Ayer, al paso del Santo Viático por la calle de San Francisco, ocurrió un incidente sumamente desagradable. Un individuo llamado Luis López Méndez se negó a descubrirse al paso del Santísimo. Muchos transeúntes protestaron de la incalificable conducta de tal sujeto, que, a pesar de todas las amonestaciones, hizo pública ostentación de su barbarie. Entonces el sacerdote que llevaba al Señor le instó con buenas palabras a que se descubriera, pero el tal individuo se revolvió contra el sacerdote, insultándolo groseramente. Entonces, una pareja de guardias de Seguridad le detuvo, conduciéndole a la Inspección de Vigilancia a disposición del gobernador civil, quien sabrá imponer el correctivo que se merece.

Entre un moro y un cristiano. En la calle de García Salazar cuestionaron ayer el moro Mustafá Benhami y el español Melchor Junulla, por asuntos de vino. El moro resultó con algunas contusiones en la cara y labios, por lo que hubo de ser curado en la casa de socorro.

Caballos desbocados. En la carretera de Derio se desbocaron ayer tarde los cuatro caballos que arrastraban un coche fúnebre. Los dos delanteros rompieron los tirantes y emprendieron veloz carrera hacia Bilbao, donde fueron contenidos en la Sendeja. A causa del accidente, el coche volcó, resultando herido el cochero Mariano Allue, natural de Zaragoza, de 37 años.

Fatal desenlace. Ayer dejó de existir la desgraciada joven de 18 años María Luisa González, a causa de las quemaduras que sufrió por inflamarse el precipitado de cera y aguarrás con que daba lustre a los suelos de la casa en que prestaba sus servicios. Reclamado por la familia, el cadáver de la desgraciada María Luisa fue ayer trasladado a Las Carreras, en cuyo cementerio recibirá cristiana sepultura.

El suceso de ayer. Ayer, a las nueve de la mañana, en las oficinas que en la calle Ibáñez de Bilbao tiene establecidas la sociedad El Material Industrial, se registró un sangriento suceso (...). El protagonista fue el contador de la sociedad, don Agustín Andrés, de treinta y cinco años, natural de Mullón (Burgos), persona de buenos antecedentes y empleado trabajador y respetuoso. Perteneció anteriormente al Cuerpo de Correos, del cual pidió la excedencia para dedicarse al comercio, que era su afición (...). Es casado y tiene dos hijos. Siempre fue en su trato de pocas palabras, pero hacía ya una temporada que se había aislado todavía más de sus compañeros, viéndosele constantemente preocupado y como ensimismado en una idea (...). El contador llegó a la mesa del consejero-delegado, don Elías Ugartechea, y extendió la carta sobre su carpeta. Cuando el consejero se disponía a firmarla, el contador levantó la mano derecha, en la que llevaba un cuchillo o puñal, y descargó un golpe sobre el señor Ugartechea. Un grito agudo salió del agredido. Los empleados pusiéronse en pie y atropelladamente se dirigieron al despacho. Cuando llegaron a la puerta, vieron cómo el contador descargaba otro golpe, que el señor Ugartechea contuvo con la mano derecha. El oficinista don Luis González se aproximó a él para desarmarle, pero entonces el señor Andrés descargó otro golpe sobre su compañero, hiriéndole también (...). Aprovechándose de esta confusión, el señor Andrés volvió el arma contra sí, clavándosela. Poco después caía desvanecido al suelo (...). Don Elías Ugartechea fue curado de una herida inciso-punzante en la región infraclavicular derecha y de otra herida extensa en el cuarto espacio intercostal de la mano izquierda. Don Luis González, de una herida contusa en la región biparietal. Don Agustín Andrés, de una herida inciso-punzante en la región precordial. Los tres de pronóstico reservado.