Borrar
Directo La carrera de Fórmula 1 con el campeonato en juego, en directo
Planisferio del 'Atlas Miller'. El original se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia, en París.

El mundo en la era de los descubrimientos

Tiempo de historias ·

La Biblioteca Foral de Bizkaia acoge una muestra que conmemora la primera circunnavegación de la Tierra y homenajea a Elcano con reproducciones perfectas de joyas únicas de la cartografía

Jueves, 5 de mayo 2022

Comenta

«Este es el 'Atlas Vallard', de 1547», señala el editor Manuel Moleiro. En la página por la que está abierto se ve una costa trazada con detalle y en el interior aparecen dibujados varios indígenas, desnudos, armados con arcos. Entre ellos, el que parece ser un jefe está negociando con unos europeos. «Es el extremo Sur de América, aquí arriba se ve el estrecho de Magallanes». ¿Arriba? Hay algo raro en este mapa... «Sí», dice el editor, sonriendo. «Una curiosidad de este Atlas es su orientación. En sus mapas el Norte está hacia abajo y el Sur hacia arriba, al modo de los cartógrafos musulmanes».

El libro forma parte de la veintena de obras que se muestran hasta el 30 de mayo en la Biblioteca Foral de Bizkaia, en Bilbao, en una exposición conmemorativa del V centenario de la primera circunnavegación de la Tierra, iniciada en 1519 al mando de Fernando de Magallanes y culminada en 1522 por el guipuzcoano Juan Sebastián de Elcano. Las obras cartográficas, los «atlas iluminados de los años que cambiaron el mundo», son el eje de la muestra, que retrocede más allá de la época de los descubrimientos, hasta la plena Edad Media.

Los libros expuestos parecen antiguos, pero no lo son. Se trata de reproducciones perfectas para las que el término facsímil se queda tibio. «Los han llamado clones. Yo me suelo referir a ellos como casi originales», dice Moleiro, su artífice, más que editor. Son libros elaborados con los mismos materiales que los originales, «que siempre suelen ser obras únicas». A su lado, estos clones «son idénticos, no se distinguen. Tienen las mismas medidas, el mismo tacto. Huelen igual». ¿Imitan el olor de los originales? «Sí, no es algo tan difícil como pueda parecer, si se usa el mismo tipo de papel o de piel, tratada de forma artesana», sin productos químicos. Elaborar cada uno de estos 'clones' supone varios años de trabajo. La edición es de una tirada muy corta, «de 987 ejemplares», un número con connotaciones simbólicas y numerológicas: «El 7 se asocia a la perfección. Si sumamos 9 y 8, son 17, otro 7», revela el editor. «Y no hay más, cuando se agotan, se acabó. No hay segundas ediciones». Esto los convierte en facsímiles muy codiciados por los coleccionistas.

Cuando los atlas eran una rareza y un secreto

Hoy día un atlas es un libro bastante común, una obra de consulta que antes de la Wikipedia era normal tener en casa para resolver dudas geográficas. Los originales de los atlas expuestos en la Biblioteca Foral son otra historia. Eran obras únicas, hechas a mano por los mejores cartógrafos y los miniaturistas más diestros con materiales exquisitos, por encargo para reyes y emperadores. No estaban abiertos a la mirada de cualquiera. Al contrario. Eran considerados documentos secretos. En estos atlas se mezclaba la información novedosa aportada por los descubrimientos tanto en América como en Asia, con la información antigua, sobre todo de la 'Geografía' de Ptolomeo, muy importante en la cartografía renacentista. «Estos mapas son más que información geográfica. Tenían un sentido y un mensaje político también», comenta Moleiro. «El ejemplo perfecto es el 'Atlas Miller'».

Las costas de Brasil, en el 'Atlas Miller'. Todos los barcos representados son portugueses. M. M.

Un mapa con mensaje

De una extraordinaria y suntuosa riqueza decorativa, el 'Atlas Miller' (1517-1519) muestra la visión del orbe que tenía Portugal frente a España a comienzos del siglo XVI. La corona lusa y la castellana se disputaban el mundo, a partir de un reparto establecido por el Tratado de Tordesillas en (1494). «Este atlas se hizo por encargo de Manuel I, de Portugal, para regalar a Carlos I de España, su yerno, y va en contra de la tesis de Magallanes». Su planisferio no es un dibujo inocente: «Muestra un mar cerrado, sin ningún estrecho al sur de América que permita pasar hacia la India, dando a entender que solo se puede llegar a las Molucas rodeando África», como hacían los portugueses. «Le está diciendo aCarlos I que los españoles no tienen nada que hacer, que Magallanes está equivocado».

El mencionado 'Atlas Vallard' «es uno de los más notables del siglo XVI», comenta Moleiro. Realizado en Francia por un cartógrafo portugués, «muestra por primera vez la costa oriental de Australia, algo más de dos siglos antes de la llegada de Cook, que suele ser considerado erróneamente su descubridor».

El extremo sur de la actual Argentina y el Estrecho de Magallanes, representados 'al revés', con el Sur hacia arriba en el 'Atlas Vallard'. M. M.

También se incluyen en la muestra el 'Atlas universal de Diogo Homem' y el 'Atlas universal de Fernando Vaz Dourado'. El primero, realizado en 1565 de mano del más prolífico de los cartógrafos portugueses, que le da nombre, cuando ya se han culminado los descubrimientos más significativos, ofrece ya una visión total del planeta. El segundo, de 1571, fue realizado en Goa (India). Sus mapas del Extremo Oriente incluyen numerosas novedades para los europeos, como Japón y Macao.

La exposición se completa con una selección de obras de temática diversa, reflejo del contexto cultural y político de la época de los descubrimientos que daría paso a la revolución científica: tratados de Medicina, Botánica, Alquimia y Cinegética; además de libros de horas y otras obras religiosas.

Libro de horas de Enrique IV de Francia y III de Navarra. M.M.

Libros de horas

Desde la Edad Media y hasta bien entrada la Edad Moderna los libros de horas fueron un signo de distinción. Elaborados por encargo, eran únicos, realizados en exclusiva para quien los encargaba, reyes, nobles y alta burguesía. Contenían los rezos y salmos que habitualmente leía su propietario en sus devociones diarias. La muestra de la Biblioteca Foral incluye varios, como el de Enrique VIII o el 'Breviario de Isabel la Católica' que, como su nombre indica es en realidad un breviario, un libro litúrgico propio de un religioso, no de un laico como era la reina Isabel, que lo recibió en 1497 para conmemorar el doble matrimonio de sus hijos, Juan y Juana, con los del emperador Maximiliano de Austria, Margarita y Felipe el Hermoso. Entre los libros de horas expuestos destaca el de Enrique IV de Francia y III de Navarra, de 1510, «una obra única y excepcional», según Moleiro. Todas las páginas con texto tienen un fondo dorado. Las grandes iniciales están pintadas en blanco y tienen reflejos púrpuras, «algo totalmente inusual». Su nivel de fastuosidad es tal que su propietario hizo estampar su escudo en la encuadernación.

Una de las 168 ilustraciones del 'Dioscórides de Cibo y Mattioli'. M.M.

Medicina y botánica

La exposición incluye el 'Dioscórides de Cibo y Mattioli', de 1564-1582. Este manuscrito es un ejemplo de la recuperación de un texto clásico, la 'Materia Medica' del médico, botánico y farmacólogo de la Grecia romana Dioscórides Anazarbeo (siglo I), por parte de los humanistas. Gherardo Cibo (1512-1600) fue un artista y botánico extraordinario que recogió una serie de textos del médico sienés Pietro Andra Mattioli (1501-1577). Este, en sus 'Discorsi', había recuperado a su vez los escritos del sabio griego, que completó con comentarios extensos basados en su experiencia directa, haciéndolos accesibles a médicos y herboristas que no conocían las lenguas clásicas. Cibo añadió sus propias observaciones, anécdotas y leyendas. El manuscrito resultante, «una reelaboración inusual de la obra impersa de Mattioli», destaca por sus ilustraciones, imágenes realistas y refinadas.

Folios 34 y 35 del 'Tratado de Albumasar' M.M.

Astrología

El interés por el cielo se disparó en la baja Edad Media y acabaría por eclosionar durante la era de los descubrimientos por pura necesidad práctica, para el desarrollo de la navegación. Fue común que en las universidades las cátedras de matemáticas y de astrología -que se convertiría progresivamente en astronomía a medida que se deshacía de sus presupuestos mágicos- dependieran de una cátedra única, desde la que se dictaban todos los saberes cosmológicos y matemáticos. Se trataba de un conocimiento precientífico, en el que el saber empírico, basado en la observación, se mezclaba con la creencia en el influjo de los astros, común entre los médicos medievales. Uno de los textos de referencia fue el 'Tratado de Albumasar', sabio persa del siglo IX que sistematizo todos los conocimientos celestes que tuvo a su alcance. A él se debe el concepto de era astrológica, asumido todavía hoy por quienes creen en el horóscopo. La versión clonada por Moleiro e incluida en la exposición es un manuscrito del siglo XIV ricamente ilustrado que se conserva en la British Library, en Londres.

La exposición

  • Título: V centenario de la primera circunnavegación de la Tierra. Atlas y códices iluminados de los años que cambiaron el mundo.

  • Lugar: Biblioteca Foral de Bizkaia, Sala noble (2ª planta) C/Diputación, 7. Bilbao.

  • Fechas: Hasta el 30 de mayo.

  • Horarios: Lunes a viernes, de 10.30 a 14.30 horas, y de 16.30 a 20.00 horas. Sábados: de 10.00 a 13.00 horas. Domingos: cerrado.

  • Conferencia: Elcano eta lurraren lehen itzulia - Elcano y la primera vuelta al mundo. Francisco Borja Aguinagalde, director del Archivo Histórico de Euskadi. Jueves 19 de mayo a las 19.00 horas, en el Archivo Histórico Foral de Bizkaia (calle María Díaz de Haro, 11).

El editor Manuel Moleiro con su 'casi original' del 'Atlas Miller'. J. A
Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo El mundo en la era de los descubrimientos

El mundo en la era de los descubrimientos