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La invitación que acabó en 16 muertes

Tiempo de historias ·

Lope García de Salazar narra en sus 'Bienandanzas e fortunas' la trampa que en 1330 los Ibargoen tendieron a los Zaldibar en una comida

Domingo, 28 de agosto 2022, 01:30

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De los muchos actos de violencia que recoge al detalle Lope García de Salazar (1399-1476) en los últimos seis libros de los venticinco que componen sus 'Bienandanzas e Fortunas', hay uno que llama la atención desde el título con el que se presenta –'De cómo mataron los de Ibargoen a los de Çaldívar convidándolos a comer'–, y por la pincelada con el que el banderizo historiador cierra su lamentablemente breve narración del asunto. Un suceso del que se concluye que en Bizkaia, en el siglo XIV y según con qué compañías, convenía andarse con cuidado a la hora de pedir la sal en la mesa.

El asesinato de estos Çaldivar (Zaldibar) se enmarca en la guerra de bandos, un permanente enfrentamiento entre linajes, la clase dominante en el País Vasco bajomedieval. A pesar de lo que el término 'guerra' puede sugerir desde una perspectiva contemporánea, la violencia de aquel conflicto se materializó de formas diversas, algunas de las cuales, desde esa misma perspectiva, recuerdan más a los enfrentamientos entre los clanes mafiosos que a una guerra propiamente dicha.

Sí, hubo batallas y ataques a torres y villas, pero sobre todo abundaron las celadas, los asaltos y robos, los choques entre pequeños grupos, o a veces singulares, y los asesinatos. En ocasiones de una crueldad tal que el propio Lope la censura en su obra, que sigue siendo la principal fuente para conocer aquel conflicto y a sus protagonistas. Los ataques podían producirse previo desafío formal, pero también a traición, como parece ser el caso que nos ocupa.

¿Cuál era la causa de toda esta violencia? Como otros conflictos similares que se desarrollaron en otros puntos de Europa durante los siglos XIV y XV, la guerra de bandos en el País Vasco ha sido interpretada como el enfrentamiento entre los componentes de una nobleza muy numerosa por unos recursos económicos limitados en una época de crisis. El propio Lope ofrece una explicación en su historia. Para él, que era banderizo, la causa primera de aquellas luchas era el empeño de los nobles por «valer más».

En 'Los linajes de Bizkaia en la baja Edad Media: Poder, parentesco y conflicto', el medievalista Arsenio Dacosta señala que a menudo estas pugnas no rendían ningún tipo de beneficio económico a los contendientes y se pregunta «por qué la violencia banderiza no se dirige a las ferrerías o hacia el resto de las fuentes de renta de los linajes». Y apunta que «la impresión que tenemos es que lo que está en juego es algo menos concreto, más etéreo: se lucha, en definitiva, por el poder, por el 'más valer', sin que éste tenga necesariamente una correlación material».

Poder, pero también honra. De hecho, algunos de las pugnas que narra Lope son respuestas a ultrajes y afrentas casi ridículas: los Otañes y Marroquín, por ejemplo, se detestan y combaten porque uno de los primeros derramó «no a sabiendas un poco de vino sobre un jubón nuevo» que vestía uno de los segundos.

Quién es quién

Una de las características de las 'Bienandanzas' es la minuciosidad con la que Lope quiso detallar los parentescos de los nobles cuyas vicisitudes recogió en su historia. Para un lector actual no especializado, eso convierte su texto en una lectura farragosa y confusa –muchos nombres se repiten entre diferentes personajes emparentados y resulta difícil saber quién es quién–. Pero esto mismo hace que sea una fuente indispensable y preciosa para los medievalistas.

Así nos presenta Lope a los Zaldibar, linaje que «fueron allí poblados antiguamente. E el que pobló primero aquel solar de Çaldívar fue fijo del Señor de la casa e solar de Ureta, que es Navarra, de los más antiguos d'ella. E de los que d'ellos suçedieron, del que ay más memoria fue Juan Roiz de Çaldívar, que dexó fijo mayor a Ochoa Roiz de Çaldívar, que ovo fijo eredero a Pero Ruiz de Çaldívar, que dexó una fija, que casó...», etcétera. En resumen, «d'este linaje d'estos de Çaldívar ay muchos buenos parientes, que son de la sangre e linaje d'ellos e son poderosos en aquella tierra». Gente importante en el Duranguesado.

En cuanto a los Ibargoen, escribe Lope que «son buenos escuderos e antiguos en el tiempo como los de Meçeta». De este linaje de Ibargoen «ovieron e an una alcaidía del Rey, de los çinco alcaldes el uno d'ellos, e son eredados e poderosos en la villa de Gernica e en su comarca». Tenían también una torre en Elorrio. Y eran aliados y parientes de los Avendaño, que estaban enemistados con los Zaldibar.

El conflicto estaba servido. Aunque parece que se intentó evitar o solucionar de algún modo, porque los Zaldibar aceptaron la invitación de los Ibargoen a comer en la mencionada torre. Así lo cuenta Lope. En el año del Señor de 1330 «convidaron los escuderos de Ibargoen a comer a Juan Roiz de Çaldívar, fijo de Ruy Sánchez de Çaldívar», que fue acompañado por 15 hombres a la torre de los primeros. Era una trampa.

Cuando «se sentaron a comer, pidieron 'sal, sal'». Era la señal convenida. Salieron de una cámara 50 hombres que «yazían escondidos e mataron al dicho Juan Roiz de Çaldívar» y a sus acompañantes. Concluye Lope recordando que de aquel hecho quedó un refrán o dicho según el cual cuando alguien pide sal, se le añade: «¡Sí, pero que no sea de la de Ibargoen!».

Otro Zaldibar

En 1360 Furtud Garçía de Avendaño y Martín Roiz de Avendaño mataron en una «çelada en tierra de Durango» a Ruy Sánchez de Çaldívar «porque les contrariava el mando de la tierra».Desde entonces «siempre ovo enemistad entre los de Avendaño e los de Çaldívar».

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